BATTLE ROYALE: REQUIEM

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Emely

Estoy agarrada de Fred, ambos corremos por el bosque, mientras escuchamos disparos en la playa, mientras la explosión de los collares causa un eco.

Tengo la  fuerte acorazonada de que nuestro objetivo y salvación se encuentra en la otra montaña, la que sobresale de entre la isla

No tengo el más minimo interés en los demás jugadores con lo que no me haya involucrado en mis otros juegos,  no tengo ni idea de qué haya sido de Ricardo, puesto que  no hay algun aviso d emuerte como en la arena de los juegos, esta vez, tengo la certeza de que no estamos en una arena, puesto que no podrían hacer una arena tan grande que incluya todo un oceano y una isla montañosa, esto no es una arena, puesto que de ser así, lo notaríamos a simple vista.

Tengo el fuerte presentimiento de que no hay nada a lo que tenga que temer a lado de alguien como Fred

De qué escuela fue seleccionado, eso no lo sé, pero puedo asegurar que ha ganado con mucho esfuerzo, a diferencia de mí, que con estar protegida por una alianza que se rompió por la mínima gota de veneno de un arma shamissen.

Alguien viene a nuestras espaldas y no sabemos quienes puedan ser... por nuestro bien, espero que se trate de algun amigo

Escuchamos sus pisadas a nuestras espaldas y  comenzamos a acelerar el paso, con estos uniformes de guerra, uno no puede confiar en nadie que tenga puesto un maldito casco.

Estamos en los malditos dominios de una maldita organización rebelde, que bien podría haber puesto mil trampas mortales, así como también  algún maldito muto

estoy harta de correr por mi vida, pero no me queda de otra, no sé quienes sean y aunque estamos de subida, es lo mejor que podemos hacer.

Una bala pasa  justo al lado de mi casco, y puedo sentir la vibración que su velocidad sónica ha causado.

Debo correr más rápido, correr más rápido de lo que Fred me esta jalando

No puedo parar o moriré en manos de algun enemigo, y por consecuente, Fred moriría

Me tropiezo contra un cable y salgo disparada hacia adelante, junto con Fred.

Los chicos que nos seguían y venían disparando, se detienen y en ese momento, dos troncos suspendidos en el aire por otros cables, colicionan, aplastando a la chica, en una explosión de brazos y  piernas, liberando toda una lluvia de sangre

El otro chico sabe qué es lo que se le avecina en cuanto el collar comienza a silbar con mayor intensidad, al ritmo de la luz roja y verde  del aviso de explosión, pero sin embargo, sólo se arrodilla y nos dice un simple "Gracias con los labios" Seguido por la completa explosión de su cráneo.