BATTLE ROYALE: REQUIEM

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Ricardo

Mi compañera me ha dicho que guarde silencio, veo a una persona morena y alta, junto con una chica que no ha de ser ni la mitad de su altura... es el otro Sergio, por lo que sé, de nuevo contamos con dos tipos connombres similares entre los concursantes.

Están perdidos, se han quitado los cascos... lo hago ahora o no lo haré nunca.

Él no me cae bien, más de una vez se ganó mi odio en el colegio, pero quizás y me llegue a servir de algo llegar a la base con alguien más.

Sacó mi rifle y apunto directamente a su cabeza, me tiembla la mano. No tenía idea de lo difícil que es acabar con alguien que ya merecía morir, debo hacerlo ahora que tengo la oportunidad.

Disparo.

La bala impacta la correa de su collar, veo una pequeña nube de sangre en el momento, pero sigue con vida. Sergio cae y su compañera dispara sobre nosotros. Estamos en una trinchera natural y vemos cómo pasan las balas sobre nosotros.

Escucho el crujir de un árbol entre la distancia, seguido de gritos. Mi compañera no me deja acechar, por lo que sólo puedo imaginarme lo que son los rujidos y gritos.

No me importa.

Acecho y ceo como las raíces de un árbol, se arrancaron y comenzó a atacarlos a golpes, hasta enrroscarse en ellos. La raíz estalla en llamas y los carboniza.

No hay más gritos para  cuando regreso a la trinchera.

El viento rosa las copas de los arboles,  y entro en un ataque de nervios por lo que vi

¿Es que acaso ya ni en la naturaleza de un árbol podemos confiar?

Mi duda se resuelve sola al escuchar como el fuego causado por el árbol comienza a propagarse por el suelo, que comienza a afectar a otros árboles.

Me levanto después de mi compañera  y siento el ardor ante mi ropa.

Corro apenas podiendo respirar.

Siento que el fuego nos persigue, y no me equivoco. Es otra trampa

Ir colina abajo para rodear, ese es el plan que rápidamente hago mientras evito las llamas que se propagan con mayor velocidad que mi marcha.

Estamos rodeados contra un acantilado.

El paln no salió como quise.

Tomo la mano d emi compañera y saltó, sólo para sentir el agua como mil cuchillas atravesando mi piel al mismo tiempo.