BATTLE ROYALE: REQUIEM

-9-

Emely

Hay unas palabras que surgen en mi mente, no sé por qué suenan como un siseo, o algo que se relacionaría con Ricardo, pero comienza a tomar sentido poco a poco

"ED debe ser destruído"

Ni siquiera tiene sentido, estoy dormida... eso si tiene sentido en el momento

Me duele la cabeza y siento que algo se abraza a mi cuello

El tiempo...

¿Cuanto tiempo llevo dormida?

Recuerdo un humo azul, mi encierro y algo más

No puedo procesar nada, es como si tuviese conciencia de lo que pasa, pero al mismo tiempo no tenerla.

Tengo miedo, el miedo se podera de mí en todos los ambitos y casos posibles

Definitivamente lo que viene es peor, pero ¿Qué es lo que viene?

Siento que me sacuden y me sacuden con cada vez más fuerza, y entonces abro los ojos, para toparme con Nahomy, que me sacude detrás de un casco y ropa militar de guerra oscura

Todo es confuso.

incluso creo que pude haber hecho mejor en no  despertar... seguro que todo esto se refiere a la fase dos

No puede tratarse de otra cosa, mas que de la fase dos

Me da miedo pensar en lo que este traje, los collares y las armas puedan significarse, cuando las luces se encienden, cegándonos a todas las chicas en el lugar.

Las demás chicas se miran las unas a las otras, una grita y se quita el casco e intenta darse un tiro con su arma, pero el arma no reacciona y se pone a llorar

Probablemente también sabe que esta es la fase dos, que no sirvió d enada ver a todos los compañeros morir

no me interesa lo que deba pasar, no quiero vivir un sólo segundo más, no quiero ver más muertes delante de mí.

Nahomy se acerca a mí y d eno ser por el caso, tal vez pudiera sentir más su respiración.

No me agrada la idea de volver a formar alianzas y tener que idear algo para sobrevivir, mientras que alguien no confia en ti.

No me agrada estar en una sala con asesinas en serie o suertudas con los nervios de punta por no morir.

Entonces una mujer robusta, seguida de cuatro guardias de blanco, con máscaras en sus rostros, por lo que no podemos verlos al rostros.

La mujer nos examina a todas y entonces

dice probablemnte lo que jamás en la vida quise escuchar