BATTLE ROYALE: REQUIEM

-18-

Ricardo

¡NADIE TE ESTÁ MIRANDO!  ¡NADIE TE ESTÁ MIRANDO! ¡LOS MATASTE A TODOS!

Intento convencerme  de que no corro peligro junto con mi compañera.

Hace un par de minutos nopude controlarme y decargué toda mi ira sobre varios chicos que seguramente asesinaron e hicieron lo mismo que yo en su momento, no me da nada el haberlo hecho, el detalle está en que lo disfruté, disfruté quitarle la vida a cada insignificante idiota.

No tengo remordimiento, si pudiera lo seguiría haciendo.

Llevo un rato caminando por el bosque, en esta isla hay frío, no es normal ver la nube del aliento delante de nosotros en una isla, pero esta no es una isla tropical.

Esta no es la estúpida isla abandonada adaptada para arena de hace un par de días... Eso no podría ser más que claro

El crujir de mis botas contra las agujas de pino regadas por el suelo, es tan diminuto, que cualquiera podría pasar por aquí sin que lo notasen

Me arde la nariz de tanto correr entre la humedad helada del bosque.

Cargar mi arma y llevar el mismo paso que mi compañera, es agotador, pero no puedo detenerme, detenerse es morir, estoy en territorio enemigo y ya vi a dos víctimas de trampas de los supuestos enemigos.

No entiendo porqué son enmigos... si están en contra de los que nos obligan a matarnos entre nosostros, no son enemigos, son amigos, están de mi lado.

Mi compañera se detiene de golpe y extiende el brazo, golpeando mi pecho, haciéndome caer.

-¡Lévantate bueno para nada!- me ordena

Me levanto y justo a menos de una pulgada de mis ojos, un delgado has de luz  amarilla aparece, cruzando parte del bosque. Retrocedo  y paso justo debajo de esta, Veo a Karime de frente, y ella resopla por un moento, llevando su cabello hacia adelante por la fuerza de su aliento. y justo a partir de donde el has de luz tocó su cabello, este se corta y cae al suelo cubierto por tierra y agujas de pino húmedas.

Me tomo unos segundos para recuperar el aliento y me rehidrato con las gotas de agua que traía el pequeño termo de mis bolsillos.

El collar está helado, el metal se ha enfriado por la baja temperatura.

No tengo ni idea de qué hora ha de ser, pero sé esto: Hay frío

Karime pasa por debajo del rayo láser, cuando dos chicos que no había visto, aparecen apuntandonos con sus armas.

Damos unos pasos para atrás, intento tomar mi arma, pero me resulta difícil e imposible sin que ellos nos maten, con que maten a uno d elos dos les bastará para matarnos a ambos. ya lo he visto, ya he visto la explosión de carne, sangre, piel y cabello que causa la muerte de uno.

Estos chicos deben acercarse a nosotros, nada me combiene más que uno de ellos se nos acerque

-¡SUELTEN SUS JONINAS ARMAS!- nos ordenan y las bajamos

La chica se acerca y apenas pasa del rayo laser, su cabeza retrocede, sin mostrar algúna clase de sufrimiento o reacción. Está muerta

El otro chico suelta su arma en cuanto ve la cabeza de la otra chica y  enseguida l alevanta en cuento su colar comienza a hacer la ya conocida advertencia de explosión

-¡Ojalá se vayan al diablo!- dice el tipo

Y entonces, se mete una ráfaga de balas en la cabeza, dejándo su sangre y carne esparcidas por el suelo.

Esa era sólo un atrampa de tantas que seguramente  hay aquí