Prólogo

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Mi mano ensangrentada con el bolígrafo aun temblaba en dirección suya cuando salió del elevador con las manos alzadas, me quedé mirándole sin poder decir nada más pero pensando una y otra vez lo que acaba de decirme. "Edith, confía en mi una vez más." Y fue lo que hice.

—Iré a destruir los documentos, puedes irte  o esperarme si quieres.

No respondí, lo miré alejarse hacia la habitación de Lucille a toda prisa, me quedé pensando una eternidad en como pudo haberle perdonado la vida a Alan, en cómo logro engañar a Lucille haciéndole creer que me había robado lo último que quedaba en mi vida, en que después de las horrendas cosas que había hecho quería redimir todo aquel daño y sufrimiento perdonándole la vida a Alan. Miré la palanca, por un momento desee poder jalarla e irme directo al conducto de las minas e ir a salvarlo, olvidarme de todo, inclusive de Thomas pero no pude, a pesar de todo lo que había pasado mi amor por él me retuvo todavía en la barandilla de la puerta del elevador a esperarlo.

Conté los segundos, los minutos hasta que un estallido de vidrios quebrándose en mil pedazos y un golpe pesado contra el suelo que parecía ser un mueble que también parecía haberse caído me asaltó en un susto que me robo el aliento, todo aquel estruendo venía de la habitación de Lucille, realmente no supe que hacer, mi respiración se agito repentinamente, me aferré a lo que pude y mantuve mi única arma lo más cerca posible.

Dios mio, Thomas. ¿Qué ha pasado?.Pensé. En ese preciso instante tuve que hacer fuerza para salir solo un paso del elevador e ir y mirar por el pasillo hasta que en ese instante oí un grito de una mujer completamente desenfrenada y furiosa, al principio creí que se trataba de otra aparición más pero fue Lucille, entonces escuche algunos forcejeos que indudablemente daban a conocer una pelea entre los dos, no hice más que meterme al elevador y cerrar la puerta, mi mano ya estaba sobre la palanca hasta que de repente la mención de mi nombre con urgencia me hizo reaccionar.

—¡Edith!

Vi salir a Thomas de la habitación con la ropa rasgada y un escarpelo en las manos, llevaba las manos bañadas en sangre, tenía el rostro envuelto en una máscara de pánico, estaba lívido y temblaba, por un momento me quedé inerte hasta que rápidamente abrí de nuevo la puerta y el entró, cerró a toda velocidad de nuevo la puerta y en ese instante jalo la palanca, el elevador no se movió, ni siquiera se sacudió, temí por ambos, me aferré a su brazo cuando de la oscuridad fría y ahogada del pasillo salía Lucille como una alma empena implorando venganza y con un odio avanzo hacia nosotros dando gritos de impotencia y rabia, su rostro se desfiguro cuando nos vio y su garganta se sacudió en un grito que me heló la sangre.

Llevaba marcas recién hecha en las manos y una casi cerca del cuello que seguramente le había provocado Thomas con el escarpelo, se aferró a la barandilla de la puerta, Thomas tomo el control y le impidió que pudiera deslizarla y abrirla, me arrincone en lo más profundo del elevador cuando ella metió las manos e intento tomarme de donde fuese

Gruño de enojo pero al final sonó como un gruñido de dolor y tristeza, odiaba que estuviesen lastimandola sin su permiso, no lo soportaba.

—¡Te mataré! ¡Igual que a las otras!—grito a todo pulmón, aprovechando todo aquel enojo que la sofocaba.

Fue ahí cuando el elevador se sacudió y con desgana descendió hacia las minas.

Hola!!!

Espero que se encuentren muy bien, esta es una probadita de lo que verán si siguen la historia, ojala les guste, la verdad yo amo mucho esta película y pues quería darle un giro completo al final así que esperen la siguiente actualización que será muy pronto.

Gracias por leer :)



La Condena Sharpe©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora