Capítulo 6. La recuperación

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No pude escabullirme cómo lo había hecho la noche en el que Thomas y yo habíamos estado juntos, no sabía como pero la enfermera me aplicaba morfina y medicamentos para que yo pudiera caer rendida y despertar exactamente a plena luz del día, no sabía como pero necesitaba llegar hasta él de nuevo, no iba a preguntarselo a la enfermera ni menos a Alan así que traté de no decir nada en los momentos en que Alan me preguntaba algo acerca de Thomas.

Esta vez Alan pudo salir finalmente de la cama así que ambos anduvimos por la habitación en silla de ruedas, nos habíamos puesto frente a la ventana, aun era invierno así que vimos los copos de nieve incrutarse en las ventanas, estaba con aire pensativo cuando me preguntó algo que no le pude negar.

—¿Lo has visto?

Sentí una premonición terrible en el pecho cuando me lo preguntó, había una urgencia en mi que causo que quisiera salir directo hacia el pasillo e ir donde estaba Thomas pero me contuve, lo miré sin rodeos y se lo dije.

—Sí, lo he visto y necesito volver a verlo.

Alan tragó con dificultad, parecía que la pregunta que estaba a punto de hacerme le daba miedo o más bien miedo lo que yo pudiera responder.

—¿Lo perdonaste, cierto?

Un calor abrigador me surgió del pecho cuando recordé nuestra noche juntos y entonces miré hacia la ventana llena de copos de nieve e imagine que no había nada más que quisiera poder hacer que salir de ahí junto con él y Alan.

—Lo amo, ¿Qué se puede hacer contra eso?

Seguía mirando la ventana con intensidad pero eso no evito que de reojo pudiera ver el desagrado que le produjo mi respuesta, aquello hizo que diera la vuelta con la silla y se alejara, entonces lo detuve sosteniendolo del brazo y con mi mirada.

—Alan, no me dejaste responderte. —le recordé.

Frunció el ceño.

—¿De que hablas?

—Cuando me declaraste tu amor ¿Recuerdas —sus ojos se iluminaron solo un poco al recordarselo —Yo te quiero y te quiero de verdad, no quiero que te vayas de mi vida, no quiero que desaparezcas, no quiero que me dejes por favor, estar contigo es como volver a vivir mis queridos momentos en casa, con mi padre, con mi antigua vida, tú me llenas de bienestar.

Logré hacerlo sonreir, se veía tan inocente, fue como verle por un momento el semblante de cuando era niño, me abrazo con su mirada y luego con sus brazos, después me dio un beso en la frente y se acerco lo bastante cerca de mi rostro pero no me aparté, no podía y no iba a hacerlo.

—No voy a ir a ningún lado, a donde vayas ahí estaré Edith, sea donde sea, aunque sea un peligro total para mi ahí me tendrás luchando por ti.

Junté nuestras frentes para escuchar nuestras respiraciones tan tranquilas y sosegadas, quería demasiado a Alan, quería tener una respuesta tan sincera y justa para su declaración de amor pero ciertamente no sabía si podría corresponderle algun día, no me daba miedo hacerlo es solo que yo necesitaba sentirlo tan fuerte como él lo sentia.

Pasaron las horas y llego el atardecer para cuando yo intentaba encontrar la forma de realizar mi plan entró un doctor, me encontró todavía en mi silla de ruedas, se sintió complacido de verme al fin fuera de la cama.

—Lady Sharpe ¿Cómo va ese pie?

Rectifique el grado de dolor e incomodidad y todo iba mejorando, estaba algo menos pesada, tal vez la hinchazon se estaba calmando un poco.

—Va mejorando ¿Cuándo cree que sane?

El doctor se arrodillo alado de mi pierna, no toco demasiado para evitarme dolor pero aun asi no me molesto ninguna de sus revisiones.

—Bueno tenemos que ver como va su equilibrio ¿Puede sostenerse?

Lo pensé, me era incomodo andar por ahí con un yeso tan grande pero no quería razones para que me dijera que necesitaba esperar.

—No tengo problemas pero no me vendría mal un bastón, así podría tener un apoyo, no creo que sea necesario la silla, puedo moverme si me brindan algo para sostenerme ¿No lo cree?

El doctor me miró con escepticismo, revisó de nuevo mi pierna y entonces me ayudo a levantarme de la silla, me ayudo a dar unos pasos muy pequeños pero me sentí triunfante cuando sin su ayuda avancé por mi cuenta, el doctor lo dudo de nuevo pero entonces llamo a una enferma fue ahí cuando encontré finalmente mi pequeña libertad.

—De todas maneras Lady Sharpe no avance demasiado, traté de no levantarse en exceso, necesitamos que no haga esfuerzo.

No contradije nada más, despues de eso me hizo curación en la mejilla y pasó a revisar a Alan, me enorgullecio que estuviera recuperandose de maravilla que incluso el doctor había quedado sorprendido, ambos estabamos haciendo un esfuerzo enorme para poder salir finalmente de Cumberland llevandonos lo menos posible de cicatrices.

(...)

De nuevo pasé otro día sin haber podido ir a ver a Thomas, era increible que siguieran dandome morfina para dormir profundamente, eso me hiso pensar ¿Sabrán que habré salido esa vez de la habiación? No podía ser, nadie me había visto, tal vez solo querían que pudieramos recuperarnos como era debido pero aun así nada podía quitarme de la mente que nadie quería que estuviese despierta en la noche, no sabía quien pero era seguro que así era.

Esa mañana Alan y yo charlamos la forma en la regresariamos a Buffalo, al principio yo no quise decir nada pero Alan insistió, yo regresaría sin una casa, lo había vendido todo así que prácticamente iba a empezar desde cero lo cual no era tan molesto si considerabas realmente empezar una vida nueva, aun así añoraría mis recuerdos sin duda.

Pase dos días completos sin ver a Thomas, se volvió desesperante para mi porque no quería perder más tiempo, tenía que hacerlo huir de aquí antes de que ese comandante viniera con una acta de aprensión y se lo llevaran, no quería perderlo, no otra vez y menos ahora que era mío finalmente, no sabía si podía contar con la ayuda de Alan pero no podía perder la fe sin intentarlo antes.

Hola chicas muchas gracias por votar y comentar, me ayudan mucho al hacerme saber que les está gustando :) 

Por ahí les dije a algunas chicas que el capítulo final esta listo así como el epílogo así que esperenlo, se que les gustara. 

Nos leemos. Besos


La Condena Sharpe©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora