Desde ese día, todo cambió. Realmente me sentía a gusto hablando con él. Teníamos las típicas conversaciones de dos desconocidos que estaban conociéndose.
– ¿Y qué cosas te gusta hacer?
– Bueno, me gusta escuchar música, tocar guitarra, salir, y eso jajaja, cosas normales de jóvenes. ¿Y a ti?
– Igual jajaja, sólo que también adoro dibujar, es uno de mis hobbits.
– Yo igual dibujo.
– Eso es cool. ¿y qué bandas de música te gustan?
– Onda, me gustan bandas como All Time Low, System, La Dispute, Nirvana, entre otras. ¿y a ti?
– Jajaja, igual. También me gusta el rap, mi cantante favorito sería Porta.
– Yo escuchaba a Porta hace unos 3 años.
– ¡Wow! ¿Qué comidas te gustan?
– Pizza. La amo.
– Eres de los míos, hermano. – le respondí.
Y así fueron pasando todos los días, jamás finalizábamos la conversación en las noches, sabíamos que alguno de los dos se quedaría dormido, pero no decíamos: ¨adiós, buenas noches¨ simplemente nos dejábamos mensajes del día anterior, pues así era más fácil seguir una conversación hilada.
Hasta que llegó el momento en que, con mucho temor a la respuesta que me diera, le pregunté:
– ¿Tienes novia?
– No ¿y tu? – no, dijo no, esas palabras me motivaron a mil, automáticamente solté un suspiro de alegría.
– Yo... tampoco.
Se me pasaron miles de pensamientos por la mente, eran cosas absurdas, pero tenía derecho a pensarlo. Pero, ¿en realidad me gustaba? Claro que no, simplemente lo encontraba atractivo. En otras palabras, me gustaba su físico. Es válido, pero lo importante es lo que está dentro de esa carcasa, y no me refiero al hígado o páncreas, me refiero a los sentimientos.
YOU ARE READING
El niño del bus
RomanceUn romance adolescente, bastante común. Donde Vee conoce a un chico que llama su atención y porsupuesto, se vuelve su ''ap'' (amor platónico).