El niño del bus

Capítulo 10

Hablar con él era lindo, y así pasaron los días y semanas. Hablábamos todo el día a cada momento.

- Es lindo hablar contigo. - dije en medio de una conversación por WhatsApp acerca del libro Hielo Negro de Becca Fitzpatrick.

- Aw, que linda.

- ¿No te aburro?

- Claro que no. ¿Por qué preguntas eso?

- Porque igual, cualquiera se aburriría de hablar todos los días con alguien que no le interesa mucho, ¿me equivoco?

- Cierto, pero no es el caso.

- Está bien, como digas.

- ¿Qué onda? ¿Por qué te enfadas? Estás loca.

- ¿Quién se enfadó?

- Como digas, hasta mañana, duerme bien.

- No me digas hasta mañana nunca más.

- ¿Por qué?

- Porque al despedirte, estarás terminando la conversación. En cambio, simplemente apaga el celular y así mañana seguiremos charlando, y nunca acabará nuestra conversación.

- ¿Eres Pablo Neruda o qué? Jajaja, eres loquita.

- ¡APAGA EL CELULAR! - dije.

Y se desconectó. Al otro día hablamos bastante, cosas sin mucho sentido, simplemente hacíamos comentarios de libros, cosas que pasaron en el día, etc. Realmente no sabía por qué me gustaba, simplemente hablábamos, pero lo que sí tenía claro es que cada día me gustaba más, ya habían pasado 5 meses, creí que era hora de confesarme.

- ¿Sabes? Te amo. - realmente no lo ama

- Em, ¿a qué se debe esto?

- A que me gustas. Sinceramente me gustas. Eres tan caballero, tan culto, tan inteligente, tan maduro, simpático, comprensivo, sin contar que eres lindo. ¡Ah! Eres tan para mi. ¡Cielos! Eres muy especial.

- Oh, que tierna. Hace tiempo que no me trataban así de lindo.

- Solo te digo la verdad.

- Jajaja, ya.

¿Ya? ¿YA? Quedé exaltada. Hizo algo similar al ''te quiero como amigo'' solo que ni siquiera se dio el tiempo de decirme ''te quiero''. Me amurré. Simplemente me rechazó. Después de eso reaccioné, ¿por qué se lo confesé? ¿qué quería lograr? Solo me gané una humillación similar al ''visto'' pero mucho peor.