Capitulo 3

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En el camino nadie había dicho nada y cuando el asiático planeaba abrir la boca, los otros tres chicos lo miraban mal haciendo que se callara y se encogiera en su asiento.

Cuando llegamos no pude evitar abrir la boca debido a la sorpresa y es que, ¡la casa era en realidad una mansión! Los chicos se rieron debido a mi reacción y bajaron mis cosas mientras yo me adentraba en la casa para explorarla.

Al entrar a la casa lo primero que observe fue la sala de estar. Su decoración era bastante simple pero aun así, no perdía la elegancia. Consistía en un piso de mármol blanco, el cual no se notaba mucho debido a la gran alfombra que cubría casi todo el lugar, la cual era de un color blanco opaco. Los sillones eran negros al igual que uno que otro mueble y había pinturas colgando de las paredes. Al frente de los sillones había una enorme chimenea y delante de esta, pero más arriba, había una televisión que descendía del techo.

Al lado derecho habían dos puertas y al izquierdo tres. Detrás de las sillas había una escalera que subía en forma de remolino y conducía al segundo piso mientras que había otra en la esquina de la sala de estar, pero esta era diferente, en vez de llevarte arriba te llevaba abajo.

-¿Quieres que te muestre la casa? -Pregunto el de cabello azul. Le sonreí mientras asentía con la cabeza. El me devolvió la sonrisa y me hizo una seña con la mano para que lo siguiera.

Primero abrió una de las puertas de la izquierda y entramos. Esta era la cocina que consistía en un enorme mueble en el fondo. Encima de ese mueble había una máquina de café, una tostadera, y otros frascos y maquinas que no sabía el nombre y mucho menos que eran. En la pared de la izquierda se encontraba el refrigerador y otros dos muebles que se abrían. Luego había una mesa que estaba prendida a la pared de la derecha y solo la agarraba un palo del lado que estaba al otro lado de la pared y alrededor de esta había unas seis sillas, tres en cada lado.

-¿Tienes hambre? -Me pregunto el de cabello azul. Negué con la cabeza.- Bueno si te llega a dar hambre, te puedes sacar lo que quieras. En los dos muebles de abajo, esos que se abren -los apunto- hay galletas, cereales, dulces, etc. Y en los muebles del otro lado, los que están detrás de la mesa -los apunto- están todos los cubiertos, platos, etc. Y en los muebles que descienden del techo -los apunto- están todas las cosas para preparar comidas como harina, levadura, etc. pero eso no usaras tú, ya que nosotros cocinaremos o almenos lo intentaremos.

Asentí y luego me hizo una seña para que lo siga, eso hice y volvimos a la sala de estar para luego abrir la otra puerta y entrar a lo que parecía ser la sala comedor.

-Bueno esta es la sala comedor -dijo como si leyera mis pensamientos-. Aquí almorzamos, desayunamos y cenamos ¿entiendes? -Asentí.

La sala era hermosa, había una enorme mesa en el centro con la forma de una "i" y a cada lado había dos sillas. En vez de una pared al fondo, había un cristal que dejaba ver el norme jardín y en las otras dos paredes habían fotos que cambiaban a cada rato ¿Cómo es eso? Bueno primero había una foto de ellos cuatro juntos y luego de diez segundos la foto cambiaba a otra con ellos juntos o de cada uno solo.

-¿Las paredes son geniales, cierto? -Asentí embobada y el rio-. Hay fotos de cada uno de nosotros juntos y solos. Cuando tengamos fotos contigo o fotos de ti sola las pasaremos al sistema e igual se proyectaran en la pared -asentí con una sonrisa y luego apunte hacia la mesa-. Ah la mesa -rio- Es en forma de "i" porque significa "Inseparables" los chicos y yo llevamos años juntos y somos muy buenos amigos, como una familia y ahora tú eres parte de ella.

Aquello hizo que sonriera y a pesar de ser una mentira me hizo sentir feliz. En serio quisiera creerla, quisiera creer que todo va a salir bien y voy a vivir aquí para siempre pero es difícil creer eso cuando anteriormente te abandonaron incontables veces.

Si hablara, te insultariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora