ÉREBO I

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Pasé tanto tiempo en la dulce oscuridad
que ya olvidé a la brillante luz y su cruel bondad,
a la belleza de sus ojos verdes, a su sonrisa
que no vuelve, como no volverá aquella brisa
que mecía su pelo suave en el horizonte
donde ella en la más oscura sombra se esconde.

Pero yo te buscaré hasta en el fin del mundo,
mi corazón te quiere de verdad,lo juro,
y si tú no crees a mis palabras sinceras

huye pero al menos déjame morir de pena
y traslada mi oscuridad al fiel día de Éter

para que luzca en el amanecer y el atardecer.

No me olvides, yo tampoco lo haré,
no me quieras pues yo ya no volveré,

y cuando suba al cielo no escribiré tu nombre
siempre serás eterna como la luz de mi noche.


ODISEA DE LOS DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora