Y volar...

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Por esos días más negros, que grises.

Por esos gritos interno. Los demonios que no se callan.

Por esas noches que quieres desaparecer, y llega al día siguiente y aún existes.


Por esos días que pesan, sin pasar.

Que duelen, sin más.


Por las ganas de escapar. Lejos.

Desaparecer.

Marchar.

Huir.


Porque por momentos, sabes que no puedes más, no puedes ocultarte a ti misma las pocas ganas que tienes de seguir.

Porque es así.

A todos les gritas, a todos les muestras una jodida sonrisa, que parece tan real, tan bonita. Pero en realidad, detrás de ella solo hay mil pensamientos de odio, de ira, de rabia, de dolor.


Ves que estás en la mierda, que te equivocas constantemente.

Que a veces te dejas llevar por la situación, aún sabiendo que la estás cagando.

Que a veces, no tienes el valor suficiente de decir basta. O de luchar un poco más.

Que a veces, a veces no quieres saber de nadie. Ni de ti misma.


A veces, aún miras esa cicatriz, y sigues pensando: ¿por qué no haber apretado más aquella noche?


Y es que joder.

Hagas lo que hagas, habrá alguien que siempre sale perdiendo.

O pierdes tú, o pierde otra persona. A veces perdemos todos.

A veces perdemos a personas. A veces nos pierdes.

Otras, nos perdemos. Y entonces, solo entonces nos damos cuenta, de que no importamos tanto.


Suena eminem de fondo. Not afraid.

Ojalá no tener miedo.

Ojalá.


Vivir, sin dar expliaciones.

Pero a veces, hasta tú misma te las pides.


Joder, hoy me cuesta retomar las riendas de todo.

Hoy me cuesta hasta fingir.

Hoy me cuesta hasta abrir una conversación.

Hoy me cuesta la vida.


Y...

¿Alguien se ha dado cuenta? No.-


Por eso.

Quiero salir.

Y volar...


Sin rumbo.

Sin hogar.

Como un pájaro.

Libre.





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