Cuando te rompen te reemplazan, sin intentar arreglar los desperfectos, sin intentar componer cada pedazo roto. No. Simplemente cogen tus pedazos y te echan fuera de su vida. Y como si nada, buscan a su nuevo juguete, desesperados como si en eso se le fuese la vida, y que triste, y que tristeza.
Te sientes tan reemplazable que piensas en qué te has equivocado, y al principio crees que la culpa estaba en ti, cuando no es así, cuando quien dio todo por alguien has sido tú. Bueno, quizás sí, la culpa siempre será tuya, por haberte fijado en alguien que te tenía como su juguete. Alguien que te usa tanto hasta que se cansa y te rompe.
Y es que así es. El amor un juego, nosotros los juguetes.
Cuando alguien se fija en su juguete favorito hace lo que sea por conseguirlo, y cuando al final lo tiene en sus manos, disfruta, disfruta como un niño pequeño, pensando que no hay nada mejor, hasta que te desgasta, hasta que empieza a ver que no es el juguete perfecto, hasta que se da cuenta de ahí fuera hay muchos más juguetes y sin pensar dice: necesito otro juguete.
Y tú, te rompes, en mil pedazos, o en más. Pero a pesar de eso, eres fuerte y sabes recomponerte, porque las decepciones son las que nos hacen serlo. Empiezas a ver todo de otra forma. Sientes dolor, pero no el mismo. Y sientes pena, pena porque ves que cuando vuelves a brillar, intentan recuperarte, pero entonces ya no estás a su alcance, y es lo que pasa con los juguetes. Cuando alguien no consigue ese juguete porque no puede permitírselo, busca otros con las mismas características, otro que sea similar, otro que intente ser como tú.
Qué paradójico todo.
Personas. Juguetes. Sentimientos.
Y qué triste, de nuevo, ver que las personas necesitan un juguete en su vida para sentirse mejor. Y que si no es un juguete se conforman con uno parecido. Qué triste, porque solo demuestran que no saben luchar por alguien, por lo que realmente sienten, o decían sentir.
Qué triste, que reemplacen tan rápido a las personas.
Qué triste que no sepan vivir sin necesidad de mentirse.
Porque tenemos miedo a quedarnos solos, cuando en realidad ya lo estamos desde que hemos nacido, hasta morirnos.
El amor y la amistad no dejan de ser una pequeña ilusión que nos ayuda a vivir las emociones de forma más intensa. Y las decepciones también. Porque a veces esperamos mucho de personas, y esas personas se van, te fallan, y entonces empiezas a crear tu iceberg.
No sirve de nada buscar al amor como si fuese un juguete, porque el amor llega cuando tenga que llegar. Al igual que la amistad.
Y a ambas cosas hay que cuidarlas, y si a veces algo se desgasta o se rompe, no se debe reemplazar a la mínima de cambio, simplemente hay que saber tener paciencia, e intentar recomponer cada pedazo.
Porque de eso se trata la vida, de personas y pedazos, de reconstruirse entre todos. De quererse más y mejor. Sin ser a medias. Sin ser juguetes.
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Vías de escape
Mystery / ThrillerUna serie de pensamientos que dejo fluir en las teclas cuando más lo necesito. Cuando menos me necesitan. A veces pensamientos en lo más alto, rebosantes de alegría. Otras, pensamientos después de la caída. También estoy en: http://elsilenciomasoscu...