Narra Zane:
No sé que pasa por mi mente, tengo destellos de memoria corta pero constantemente me suele suceder. Quizás en verdad creo que tenía una vida acompañada de horribles conflictos con mis padres, al igual que un rechazado en la escuela, sólo recuerdo a dos personas. Dos sombras que están siempre detras mío, y me apoyan, me alientan pero no sé quiénes o qué son.
Pero de algo puedo estar seguro: Nunca estoy solo.
Tengo tres días en este lugar, he retirado los escombros y con madera que comienzo a reparar, aquélla que parece ser una casa me la imagino realmente abundantemente acogedora que estaba en ruinas.
¿por qué estaba en semejante estado?
No lo sé, todo me es confuso.
Tampoco sé que es lo que me mantiene en este lugar solo sé que me mantiene ocupado y amortigua un poco mi necesidad vehemente de matar.
El atardecer se comenzaba a formar en el cielo al igual que la casa tomaba forma, pero por lo menos ya tenía un techo más extenso donde pasar la noche, me tranquilicé y opté por descansar un momento en la nueva entrada de la casa.
De pronto comencé a sentir un fuerte y brusco escalofrío que me erizaba la piel, sentí que alguien estaba rondando la casa así que tomé mi cuchillo y me puse alerta a cualquier ruido, crujido, quejido, o, graznido siquiera. Cuando de repente entre los árboles aparece la chica del mechón morado de nuevo, pero esta vez está acompañada de dos chicos, pero...
¿por qué siento este extraño y sordo dolor dentro de mi cabeza ?
—Zane, escuchano. Habla con nosotros, por favor permitenos ayudarte— dijo la chica del mechón morado que siendo sincero me parecía atractiva, y interesante.
—¡Alejense! no quiero su ayuda—Hice una pausa y pregunté — ¿Quiénes son y por qué me buscan? ¿Qué es lo que quieren de mí?— Les dije exigiendo respuesta alguna mientras empuñaba mi cuchillo con fuerza. Estaba apuntando hacía la clavícula de la chica, pues si me trataban de tender una trampa me les adelantaría.
—Yo. Soy Nina. Te extraño, Zane. Por favor escuchanos— Imploró arqueando las cejas aquella chica.
— Soy Blade, tu amigo, Zane. Recuerda que siempre hemos estado juntos— Confesó.
—Yo soy Yosh, Zane. Cuando nos enteramos de lo que paso quisimos ayudarte— Dijo con su voz quebradiza— Hablemos tal vez así recuerdes algo.
Al ver a esos chicos fue tan extraño como un golpe en mi cabeza, el cual me enfureció. ¿Esta sensación ?
Tenía que asesinar, así que permanecí en silencio sin decir ni siquiera una palabra. Sólo saqué mi cuchillo lentamente y me abalancé sobre ellos, tenía que asesinarlos, pues el tan solo verlos me provocava un dolor insoportable, y una frustración desesperante.
Me acerqué rápidamente hasta ellos, pero se interpone Nina rápidamente.
— ¡No lo agas! tú no matarías a nadie— Dijo Nina que saca su cuchillo para protegerlos.
—¡TÚ NO ME CONOCES! —Le grité mientras la pateé en el estómago.
La arrojé contra un árbol sin remordimiento.
Blade y Yosh comenzaron a correr. Los seguí. Estaba detrás de ellos, pero no podía librarme de Nina. Un golpe tras golpe comencé atacarla de nuevo, pero aún sin importarle su estado ella seguía protegiendo firmemente a esos chicos hasta que de manera brusca y repentina la tomé por el cuello.
—¿Por qué los proteges tanto, Nina? ¿Por qué te sacrificas por ellos mientras te abandonan?—Pregunté, y proseguí— Pero nada servira, los mataré— Confesé arrojandola al arduo suelo.
Parecía que al fin Nina no podía más, así que decidí seguir adelante para matar a los chicos y así dejar de sentir este dolor en mi cabeza. Con dificultad me sujeta Nina del pie, estaba haciendo un intento mediocre por salvarlos.
—No te dejare que los lastimes ellos son tus amigos, y vinieron hasta aquí para ayudarte. No permitire que le toques un solo cabello— dijo Nina con su voz temblorosa a punto de romperse.
—Está bien, si tanto te importan te mataré primero a ti y luego a los chicos —Sentencié mientras pisaba su cabeza aprisionadola contra el piso.
Levanté a Nina, y la apoyé sobre un árbol cercano para poder apuñalarla mejor. Estaba recorriendo el filo de mi cuchillo bajo su cuello cuando recibí un golpe en la cabeza.
Al voltear eran los chicos lanzandome rocas.
—Dejala, Zane —Exigió Yosh.
—Alcánzanos sí puedes —Dijo Blade con un tono algo retador, y después de acto seguido comenzaron a correr.
Los seguí por un largo camino hasta llegar a un gran y nublado lago el cual se me hacía familiar. Una vez más me llegaban destellos de recuerdos pero nada en concreto era muy confunso al llegar al lago no tenían haciadonde huir, estaban pérdidos.
—Este es su fin —Declaré emocionado mientras solté una carcajada llena de vehemencia, que en el fondo estaba repleta de agonía.
Ambos comenzaron a temblar del miedo, y rogaron por sus vidas. Incluso se arodillaron ante mí pidiendome que nos los matara, pero era inútil. Yo no tengo corazón, lo único que tengo es odio y nada ni nadie puede detenerme.
Me acerqué a ellos con un cuchillo en cada mano y al mismo tiempo hice una tajada en sus gragantas y escuche una voz.
—Zane, no lo hagas.
—¿Nina? —contesté.
Narra nina
Despues de seguir el rastro me llevo al lago, donde Zane y yo tuvimos nuestra primera cita, pero no podía creer lo que veía: Era zane arrodillado con los cuerpos de Yosh y Blade entre sus manos mientras sus lágrimas no sé retuvieron al caer.
—Nina ¿Por qué? ¿Porque lo he hecho? —Sus hipidos eran casi gritos— Ellos eran mis únicos amigos, pero ¿por qué tuvo que pasar esto? —Dijo Zane llorando sobre los hombros de esos cadáveres que eran sus amigos.
No sabía que hacer lo único que podía hacer era abrazar a Zane.
—Tranquilo, Zane ellos están felices ahora porque haz recuperado tu memoria. Les haremos un entierro digno. Vamos, Zane, tenemos que ir a casa — Le dije a zane para después levantarlo y llevarnos los dos cuerpos a casa.
Gracias @DearQuinn por ayudarme a corregir la ortografia y puntuacion en serio gracias:3
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Mi lado humano
RomanceLa historia se vasa en un chico llamado zane es el tipo serio de la clase que no tiene muchos amigos su pasion son los creepypastas su vida cambia gracias alas invocaciones de creepypastas se vuelve su pasatiempo investigar todo hacerca de todos el...