Despertar con los rayos del sol filtrándose a través de los grandes ventanales es una experiencia hermosa y relajante, como si la luz misma acariciara mi piel y llenara la habitación con una sensación cálida y acogedora.
Deslicé mi mirada hacia mi teléfono, que reposaba en la mesita de noche, y noté que tenía trece llamadas perdidas de Julián, y unas quinientas de Camilo. "Tus tíos de Italia son muy pesados, pequeñín", murmuré con una sonrisa, imaginando las preocupaciones y el cariño que me habían demostrado a lo largo del tiempo.
Decidí que era hora de levantarme y enfrentar el día. Me arreglé rápidamente, sintiendo la urgencia de desayunar y prepararme para ir a visitar a mi padre a su oficina. Si iba a quedarme aquí y trabajar con él, necesitaba mostrar mi compromiso desde el principio.
Mi desayuno consistió en tres tostadas con queso de untar y un vaso de zumo de naranja bien frío que saqué de la nevera.
Opté por un conjunto cómodo pero apropiado para la ocasión: una blusa que podía pasar como vestido y mis sandalias blancas. Miré mi reflejo en el espejo, notando cómo mi barriga ya se hacía más evidente a pesar de mis esfuerzos por ocultarla.
Mi cabello rebelde parecía tener vida propia, se había vuelto un enredo incontrolable debido al calor que ya se hacía sentir en la ciudad. Decidí recogerlo en una coleta desordenada y me puse unas gafas de sol para completar el look.
Agarré las llaves que Damian había dejado, mi bolso y salí de mi departamento. Al llegar a la puerta, me encontré con un pequeño obstáculo. No sabía cómo cerrarla correctamente y me sentí un tanto frustrada.
-Siento ser un entrometido, pero creo que tienes que empujar la puerta hacia ti y subir un poco la llave. -Una voz masculina, suave pero con un tono ronco, me sacó de mi desconcierto.
Siguiendo sus indicaciones, logré cerrar la puerta con éxito, y suspiré aliviada. -Muchas gracias. -Agradecí, volteando para buscar al dueño de la voz.
-De nada, mujer. Encantado, soy Zach Ross. Me ha pasado lo mismo con la puerta... espera un momento. ¿Tú no eres la hermana de Damian Davis?
Mis recuerdos comenzaron a hilvanarse, recordando aquel nombre que me resultaba familiar.
-Encantada, y sí, soy Briana Davis.-Mis pensamientos se aclararon, recordando que Zach era el mejor amigo de aquel nombre que evitaba mencionar.
-Cuánto tiempo, Briana. Han pasado tantas cosas. -Zach comentó, su voz ligeramente cargada de nostalgia.
Un rápido vistazo a mi reloj de pulsera me recordó que tenía asuntos pendientes.
-Zach, ¿te parece si hablamos en otro momento? Tengo que ir a la oficina de mi padre. -Corté su intento de conversación, sintiendo que no estaba lista para abordar ciertos temas.
...
Atravesé la calle con determinación, dirigiéndome hacia el imponente edificio que albergaba el bufete de abogados de los Davis.
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SAGA SOMBRAS | Sombras Del Pasado
RomanceRegresando después de un largo lapso, enfrento los vestigios de una tragedia pasada. Los recuerdos de aquel fatídico día resurgen mientras vuelvo a revivir la pérdida del que creí sería mi amor eterno, Jhon Lambert. A medida que retorno, afloran los...