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Eran las diez de la mañana, y mientras esperaba ansiosa la llegada de Jhosep, el sol se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una suave luz dorada

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Eran las diez de la mañana, y mientras esperaba ansiosa la llegada de Jhosep, el sol se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una suave luz dorada. Mi mente estaba llena de incertidumbre y preocupación por Jhon, y cada minuto que pasaba sin noticias suyas aumentaba mi inquietud.

Finalmente, mi teléfono rompió el silencio con su vibrante timbre. Lo tomé con manos temblorosas y respondí, anhelando respuestas.

—Briana, no pude llegar porque me estaban persiguiendo. Creo que Jhon está en algo mucho más profundo de lo que imaginábamos, y esas cajas son solo el inicio. Tienes que ser cuidadosa y no confiar en ningún mensaje, a menos que esté en morse. Mantendré contacto contigo desde diferentes números para evitar ser rastreado.

La voz de Jhosep resonó en mi cabeza mientras colgaba la llamada. El suspenso en el aire se volvió palpable, y mis emociones se mezclaban entre la preocupación por Jhon y la sensación de estar en medio de una trama de intriga que iba más allá de mi comprensión.

Colgó la llamada sin ni siquiera dejarme preguntarle si necesitaba algo.

Jhon en que coño estás metido.

...

Vestí un elegante vestido holgado para mi primer día de trabajo en la empresa. La tela suave se deslizaba sobre mi piel, brindándome una sensación de confianza
Los casos eran tan simples que no se como mi padre no lo supo resolver.

La oficina estaba llena de casos legales, pero la mayoría parecía increíblemente sencillos. Me sorprendía cómo mi padre no había logrado resolverlos antes, considerando lo obvios que eran.

Con determinación, me sumergí en mi trabajo, abordando caso tras caso. En mi primer día, ya había logrado gestionar exitosamente tres casos de fianzas, aunque solo uno de ellos era inocente. Los demás involucraban cómplices de robos o individuos que habían sido confundidos por su apariencia condenándolos a delitos que no habían cometido.

Mi concentración se vio interrumpida por la voz de mi secretaria, quien asomó la cabeza por la puerta de mi despacho.

—Señorita Davis, su padre la llama por la línea dos.

Pulsé el botón correspondiente en el teléfono y escuché la voz de mi padre al otro lado de la línea.

—Cariño, ven a mi despacho. Tengo un nuevo cliente que quiero que conozcas. Tu hermano está en camino también.

Colgué el teléfono rápidamente y me ajusté la ropa nerviosamente. No sabía qué esperar, pero estaba decidida a dar una buena impresión.

SAGA SOMBRAS | Sombras Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora