"Gravity release me,
And don't ever hold me down
Now my feet won't touch the ground."
Despliego las sábanas y la colcha a cuadros de su lugar habitual. Los destiendo, y me recuesto, al fin. Ha sido un largo día. Igual de largo que los otros.
Cierro mis ojos. Me cierno en un profundo sueño, dejándome abrazar por los brazos de Morfeo, listo para relajarme y dormir hasta un nuevo día.
Todo se vuelve oscuro. De repente, una luz muy brillante y cegadora se materializa, y me encuentro a mí mismo. Solo. En una versión más oscura de un acantilado. Hay niebla a su alrededor, que me impide ver lo que hay frente a mí. Sólo hay rocas esparcidas por todos lados, en distintos tamaños. No me extrañaría si tropiezo con una de ellas. ¿Qué es esto? ¿En dónde estoy?
Miro mis manos, están ensangrentadas. ¿Es mi sangre acaso? No hay nadie a mí alrededor, estoy perdido y no puedo pedir ayuda, no puedo gritar.
Algo me jala del tobillo velozmente y caigo. Desde abajo el lugar es aún más tenebroso, y siento un vértigo demasiado real para ser un simple sueño. Toco mi cara. Estoy llorando; no entiendo el por qué. Mis manos se dirigen al suelo, y logran palpar algo. Es duro, y óseo. Algo rugoso, y sucio. Trato de disipar la niebla agitando la misma mano, porque la otra está bajo mi cuerpo y no logro hacer que reaccione.
Es un cráneo. Un cráneo humano. Eso rugoso son pedazos de piel arrancada. El vértigo empieza a aparecer en mí. Me volteo, intento encontrar una salida, pero la niebla nubla toda salida posible y no me deja ver nada. Trato de levantarme, pero algo metálico me retiene. Alzo mi vista y me encuentro con un par de ojos rojos como la sangre. El vértigo se apodera hasta de mis huesos, asustándome demasiado.
Abro mis ojos, totalmente asustado. Estoy en mi habitación, y la luz se cuela por las rendijas de mi ventana. Sólo fue una pesadilla. Pero una pesadilla que no termina nunca. La misma empezó la noche de mi cumpleaños, hace dos semanas. Al principio empezó sólo con la oscuridad absoluta, pero parece que se van agregando nuevos detalles cada noche. A esta altura, ya debería estar acostumbrado. Pero esa sensación de vértigo siempre persiste. Durante todo el maldito sueño.
Esos ojos rojos son nuevos. Son perturbadores. Me dan mucho miedo. Aun cuando estoy despierto, siento que me persiguen. Junto mis rodillas y las abrazo fuerte. "Tú puedes alejar ese pensamiento de tu mente. Es sólo un mal sueño. Esta es la vida real, nada puede perturbarte". Repito ese mantra hasta que logro calmarme.
En una silla junto a mi cama hay ropa limpia, unos jeans básicos, y una camiseta blanca con el logo de The Who, que compré en un festival de música al que asistí hace dos años; es mi favorita.
Recogo la ropa y me dirijo junto al baño que hay dentro de mi cuarto para bañarme. Sudé mucho durante el sueño. Como si realmente hubiese estado ahí. Siempre lo mismo.
Mi habitación no es demasiado grande; lo suficiente como para mí. Tiene un pequeño baño dentro; un escritorio que está contra un ventanal, para ver el exterior. En este escritorio se pueden ver esparcidos hojas de todos tipos y color; alguna que otra tableta de chicles por la mitad, mi posavasos negro, que resalta con la blancura del escritorio, mis carpetas del colegio, y mi laptop. Siempre hay una taza de café vacía junto a ésta, ya que la lavo, y vuelvo a servirme café en ella, es como "The Coffee Cup". Mi habitación está pintada de color canela, con una pared blanca, que casi no se nota, ya que está cubierta de fotos, y bocetos hechos por mí. Mi cama está junto a mi gran estantería, cubierta de libros, y con un confortable sillón rojo a juego con el felpudo del suelo. En el otro extremo, hay un espejo de pared, y a su lado, mi armario. Mi parte favorita es la puerta de cristal que da al balcón. Éste es increíble, es como mi pequeño refugio. Cuando era pequeño, mi abuela lo ambientó con enredaderas, y varias plantas, con una pequeña alfombra y un ambiente muy bohemio, y casi mágico, para que yo jugara allí.
Bajo las escaleras, guiado por un excelente aroma a tortitas que me indica que el desayuno está listo.
-Buenos días, Kellen. ¿Te sirvo tortitas?- Me dice Sylvia, la empleada doméstica. Es como de la familia, ya que nos sirve desde que tengo memoria.-Sí, gracias.- Le respondo afablemente. Me siento a desayunar, mientras se escucha la puerta de la entrada abrirse cautelosamente (entiendan el sarcasmo) y resuenan ruidos huecos de tacones en el piso de madera, seguidos de unos un poco más fuertes. Se cierra la puerta, y aparece mi hermano en la cocina.
-¡Kelman! ¡Aquí estás, chico!- Mi hermano Wyatt me revuelve el cabello húmedo con el puño en forma de saludo. Es exasperante. Huele a perfume de mujer, y a sexo. El muy cabrón debe haber llevado chicas a su habitación en la noche, sin que nuestros padres se enteraran. –Anoche me pasé la noche estudiando, mis ojeras son inmensas.- Dice mientras mira su reflejo en la taza de metal, y toca bolsas inexistentes debajo de sus ojos. Mentiroso. Se digna a aparecer sólo con unos pantalones de chándal en la cocina.
Somos tan distintos. Aunque tenemos la misma altura, él es dos años mayor que yo. Nunca podrían confundirnos. Wyatt tiene ojos azules como el mar, su cabello es rubio como el oro, y tiene una gran musculatura; es perfecto a los ojos de muchas mujeres. Pero su personalidad es una mierda. "No todo lo que brilla es oro" es una frase perfecta para él. Dedicó su vida entera a fastidiarme, y no porque sea mi hermano mayor y yo le tuviese envidia, que es lo que todos dicen, sino porque ha arruinado cada logro que he tenido. Ante mi padre, es el hijo perfecto, con un futuro puesto en las ligas de fútbol de la Universidad de Mareville, la misma a la que ha ido todo nuestro "linaje".
Pero lo que no sabe es que consigue ñoños para que asistan a clases por él, y que les paga con el dinero de su cuenta bancaria. Sólo asiste a los entrenamientos, y después está fuera del campus en moteles con la primera estudiante que se encuentre por allí. Me da asco, pena y lástima. En cambio, yo soy castaño, un poco rojizo en el sol, y mis ojos son mieles. Él aparenta tener menos edad de la que realmente tiene, y yo aparento más.
Somos como el agua y la tierra. La nieve y el fuego. El invierno y el otoño. Totalmente distintos, pero unidos en un cierto punto, la sangre. Familia. Nada más.
Termino mi desayuno. Oigo a mi padre bajar por las escaleras mientras habla por teléfono. Ese hombre algún día se caerá si sigue desafiando a la escalera de esta manera. –Buen día muchachos.- Nos dice mientras se pone sus zapatos y se sienta junto a Wyatt. –Hoy iré a verte a las prácticas, chico.- Ahora ven de dónde saca mi hermano el "chico". –Quiero ver los progresos de los que me ha hablado el entrenador. Deberías hablar con él, Kellen. Por lo menos para hacer las pruebas de comienzo de temporada, ya sabes que reclutan a nuevos jugadores. O por lo menos dejar tu clase de Escritura Creativa y apuntarte en alguna otra, ya sabes que la Uni ofrece excelente programas de estudio a futuros contadores.-
Y empezamos con lo mismo. Cada comienzo de temporada es la misma propuesta. Y siempre la misma pelea. Sólo porque él sea amigo del técnico, y un aburrido hombre de negocios, no significa que yo siga el mismo camino. El hombre más obtuso que se cruzó en mi corta vida de 18 años recién cumplidos.
Mientras habla, se pasa la mano nerviosamente por su cabello canoso, alguna vez rubio, mientras sus ojos mieles como los míos se entrecierran. Alguna vez, fue un hombre muy apuesto, jovial y cordial. Palabras de mi madre, no mías.
Mi madre era activista en Blueland, una especie de ONG que salvaba animales marinos. Hippie hasta la médula, y todo lo contrario a mi padre. Pero no tengo dudas de que se aman, como que los polos opuestos se atraen, estoy seguro. Sigue usando algunas de sus prendas de los 70's que conserva, las usa mientras pinta retratos, o paisajes. Nunca necesitó trabajar, ya que mi padre tiene gran capital. A veces, vende sus cuadros a galerías de arte, o las dona a caridad. Es maravillosa.
Miro mi reloj, 08:50. ¡Maldición! ¡Voy a llegar tarde a clases! Tomo mi saco verde oscuro del perchero y monto en mi bicicleta listo para salir e ir a toda velocidad. Necesito cruzar todo Mareville en diez minutos.
HOLAAAA, VOLVPI DE NARNIA PARA TRAERLES EL PRIMER CAPÍTULO!!!
Por si les interesa(sólo por si acaso) obtuve una mención especial en las Olimpíadas, algo así como un cuarto puesto, que, en mi escuela eso ya es mucho.
ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAPÍTULO, SI LES GUSTÓ, POR FAVOR, VOTEN, COMENTEN,Y COMPARTAN :)
See you later, Jul.
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El soñador empedernido (Sueños reales 1).
FantasyKellen, un adolescente incomprendido por una familia con prejuicios, queda devastado al saber de la desaparición de su abuela, que permanecía en coma hace cuatro años. Nadie la vio despertarse, nadie la vio irse. Queda en sus manos la misión de enco...