"Sweet dreams are made of this
Who am I to disagree?
Travel the world and the seven seas
Everybody's looking for something
Some of them want to use you
Some of them want to get used by you
Some of them want to abuse you
Some of them want to be like you."Llego justo a tiempo, cuando el timbre suena estridente mente. Wyatt seguro llegará más tarde. No es de extrañar que legue para las prácticas, y se vaya.
Corro por los pasillos; subo escaleras, hasta encontrar mi aula, que está en el tercer piso. Justo hoy, el ascensor decidió descomponerse, así que llego todo sudado a la puerta del aula. Miro a través de la ventana que tiene la puerta, el profesor no ha llegado aún. Eso me da tiempo para ir hasta el baño, y correr nuevamente al salón.
Me siento en el tercer pupitre cerca de la ventana, junto a mi amigo Marco.
-Hermano, has llegado tarde hoy.-Me reprende. Siempre actúa como mi padre, excepto cuando está borracho, ahí los papeles se revierten.
-Tuve que soportar uno de los tantos desayunos familiares que mi padre empeña en hacer para joderme la existencia, lo siento.-
-Mr. Raymond no aprende nunca eh?- Negándole con la cabeza, y esbozando una leve sonrisa me giro hacia el profesor, que, como siempre, me mira fijo y con el ceño fruncido.
-Raymond, pensé que no estaba aquí.-
-Acá me ve, señor.- Me sostiene la mirada por un momento, y luego se gira para dictar la consigna del día. El resto de la clase prosigue sin interrupciones, excepto de los tontos del fondo que se dedican a molestar al resto, cuán niños de preescolar.
Salgo de mi clase perezosamente después de soportar una clase extremadamente aburrida. Todo el mundo está alborotado, saltando, cantando y pegando posters en cada trozo de pared disponible con el partido de mañana, con el que entraremos al campeonato estatal si ganamos. Hasta el grupo de los Emos parece emocionado. Y es que en el deporte se olvidan de quiénes son y adónde pertenecen por un momento, y se unen por un interés en común.
Como no podían faltar, se escuchan chillidos y gritos cuál fangirl desafinada cuando el equipo se pasea por los pasillos, liderado por mi hermano. Hemos acordado en ignorarnos en el ámbito escolar, quiero seguir siendo invisible, gracias.
Tratando de pasar entre la multitud para ir a la biblioteca, me encuentro con los mismos ojos rojos de mi sueño, reflejados en una chica que choqué con el hombro al pasar. Parecía bastante normal, de hecho. Pero sus ojos provocaron en mí escalofríos. Cerré mis ojos paralizado por el miedo, y cuando los volví a abrir la misma chica estaba mirándome exasperada para que la deje pasar, pero sus ojos ahora eran verdes. Me corrí a un lado.
No puede ser. Juro haberla visto con llamas en sus pupilas, rojas como la sangre. Empiezo a temblar. Corro hasta el baño atropellando gente con ojos rojos. Todos me miran. Todas sus pupilas son rojo sangre. Me siento mareado.
Genial, el baño está vacío. Ni un alma en pena puede sentirme aquí.
Trato de estabilizarme echando agua a mi rostro, refregando mis ojos para ver con claridad. Debo estar volviéndome loco. Un mal sueño no significa que debo estar traumado. Capaz que estoy alucinando porque no desayuné y se acerca la hora del almuerzo, debo tener hambre. Cualquier excusa puede ser utilizada como válida, pero me niego a creer que es real.
-Hombre, que te ves fatal.-Dice mi amigo cuando llego al comedor. –Parece como si hubiesen pintado tus ojos con carbón, o un gigante te hubiera pisoteado el rostro.-
-No tuve una buena noche, a decir verdad.-
-Oh, de eso ya me había dado cuenta, créeme. Es muy raro que el Señor Perfecto llegue tarde a una clase.-Pone una mano bajo su barbilla y entrecierra sus ojos. –Ahora, dile a tu futuro amigo kinesiólogo tus problemas. Vamos, larga todito.-
ESTÁS LEYENDO
El soñador empedernido (Sueños reales 1).
FantasyKellen, un adolescente incomprendido por una familia con prejuicios, queda devastado al saber de la desaparición de su abuela, que permanecía en coma hace cuatro años. Nadie la vio despertarse, nadie la vio irse. Queda en sus manos la misión de enco...