Single Mother.

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  Ser madre soltera es una mierda. O al menos eso es lo que la mayoría piensa y opina, aunque para mi, ser madre soltera ha sido lo mejor que me ha pasado, después de haber tenido a mi pequeña Melody a los diecisiete. Realmente no me arrepiento para nada de haberla tenido, de lo que si me arrepiento es de que su padre sea famoso.
Lo mejor de todo es que nadie sabe quién diablos es el padre de Melody, ni siquiera ella, pero yo sí, naturalmente.
Niall Horan, el integrante de la exitosa boy-band británica irlandesa. A penas tenia dieciséis cuando quede embarazada de Niall, el cual tenía dieciocho para entonces, pero nadie nunca supo sobre nuestro encuentro, el cual se había dado en una fiesta en la cual nos habíamos conocido pero después de esa vez no nos volvimos a ver jamás en la vida, y es mejor así, porque algo me dice que si él se entera de la existencia de Melody se volverá un dolor de cabeza.
Nunca fui de las chicas enamoradizas, solo estuve enganchada una vez por un tío, y ni siquiera él sabía que existía, iba en último curso y tenía el cabello rubio hasta los hombros y unos grandes ojos verdes esmeraldas.
Termine de servir el desayuno, antes de si quiera llamarla ya ella estaba aquí, lista, traía puesto su uniforme del colegio y aun estaba sin peinar, su cabello rubio lacio caía en cascada. Le sonreí y ella me sonrió de vuelta mostrándome los dientes.
––Hola, Mami. ––observe sus ojos azules, eran preciosos, tal como los de su padre.
––Aquí tienes tu desayuno.
Lo puse frente a ella y me senté en mi lugar a desayunar. Melody estuvo hablando sobre una serpiente que habían llevado a la escuela para que los niños la vieran.
––¿Y te asustaste?
––¡Si! ¡Era grande! Pensé que me comería, y DaddyBoy la toco, ¡le puso la mano!
––¿DaddyBoy?
––¡DaddyBoy! ¡Mi amigo!
––Ah, vale. Entonces, eso de ahí. ––señale el dibujo que habíamos pegado en la nevera. ––Es una serpiente, la rubia eres tú y el chico de cabello rojo es... ¿DaddyBoy?
––¡Siiiiiii!
––Te quedo perfecto. ––le sonreí y tome un trago de mi café. Ni siquiera había podido entender el dibujo hasta ahora. ––Ya casi tenemos que irnos, ¿estás lista?
––Sí.
––Pero no te has peinado...
––Quiero llevarlo suelto igual que tu mami.
––Bien, pero pásate el peine por lo menos.
Ella termino su desayuno y corrió escaleras arriba para peinarse y buscar su mochila. Tome la lonchera donde le guardaba el almuerzo, mi cartera y mis llaves. Un minuto después Melody estaba con su mochila puesta y su pelo más arreglado, tome su mano y salimos de casa.
***
––¡Bebe! ––chillo ella.
Me gire para verla en el asiento trasero del auto, estaba abrazando a su muñeca la cual había abandonado en el auto la noche anterior sin querer. Me incline hacia ella y le puse el cinturón de seguridad y luego me puse el mío.
Deje a Melody en la escuela y fui a mi trabajo, trabajaba en una buena empresa de Londres donde me pagaban bastante bien por mi trabajo., lo suficientemente bien como para haber comprado nuestra casa, el auto y mantenernos a ambas y los gastos.
Algunas veces tuve complicaciones, lo admito, como cualquiera otra persona, pero Sali de ellas con ayuda de mis padres.
Hablando de mis padres...
Tenía una semana sin llamarlos, probablemente ya estaban maldiciéndome allá en Irlanda, diciendo lo mala que soy por abandonarlos. Ambos habían sido muy unidos conmigo y cuando decidí irme a los dieciocho para Londres y empezar una nueva vida con Melody casi les da un ataque al corazón.

––¿Quiere un café? ––pregunto Wilr, mi secretaria.
––No, gracias, estaré en mi oficina.
––De acuerdo.
***
Mire una vez más por la ventana del auto mientras esperaba impaciente a Melody, entonces, como si yo los hubiera invocado con mis ojos, montones de niños empezaron a salir del colegio, me costó unos minutos encontrarla, pero lo hice.
Estaba caminando junto a un pelirrojo y a una niña de cabello rubio, casi parecían hermanas ellas dos, o primas. Ella vio mi auto y sonrió, se despidió de sus amigos y llego corriendo a donde estaba estacionada.
Abrió la puerta con un poco de dificultad y entro al auto.
––¡Holaaaaaaaaaaaaa! ––grito.
––Hola, preciosa. ––me beso la mejilla. –– ¿Qué es eso?
––Es para ti, no sé, me lo dio Karla.
––¿Karla?
––¡Mi amiga!
––Ah, vale, preciosa. ––Tome la tarjeta en mi mano, era una invitación. ––Es para el cumpleaños de Karla.
––¿Karla cumpleaños?
––Si, es el sábado, en la casa de Karla.
––¡¡YO QUIERO IR!!
––No lo sé...
––¡¡POR FAVOR!!
––Si te portas bien, vas.
––¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!
Encendí el auto y regresamos a casa, me di una ducha con Melody y ella se vistió con su ropa de Ballet.
Cuando termine de vestirme, ella se estaba terminando de comer un emparedado, le hice dos chongos o moños perfectos en su cabello para que pudiese bailar mejor y ambas estuvimos listas y nos marchamos.
––¡Es mi primer día en ballet! ––sonrió ella de oreja a oreja.
––Lo harás genial, preciosa.
***
Nueva novela, espero les guste.
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Single Mother. Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora