(Maratón 5/10)
-¿Por qué tus pechos están tan enormes? -pregunto como un niño muy curioso
-¿hasta ahora lo notas?
-no me había dado cuanta hasta hace como una hora, no estaban así -sonreí
-no, están así por Adam
-¿Cómo? ¿Por qué siempre está chupándote? Lo hubieras dicho antes
-Zayn -reí- no es por eso, siempre en un embarazo los pechos se ponen así como globos, porque se llenan de leche ¿Cómo es que no lo sabías?
-no soy mujer -dijo obvio- no me gustaba saber sobre esas cosas que le suceden a las mujeres. Me gustan así grandes
-¿quieres decir que no te gustaban pequeños?
-también me gustaban. Pero más así como los tienes ahora -se acercó a mí y puso su mano en uno de mis pechos- enormes
-déjame -quité su mano riendo- son solo de Adam, los tuyos son los pequeños
No hay problema con eso, me gustan pequeños -me saco la lengua y volvió a sentarse como estaba
Negué con la cabeza y reí, realmente parecía un borracho, pero era solo el sueño lo que lo tenía así.
Zayn nos llevó hasta la casa de mi madre, antes de irse a trabajar.
-te amo, cuídate -besé sus labios
-_____ -sonrió- nos veremos en unas horas, no es el fin del mundo
-no me importa, tienes que saber que te amo demasiado y que eres lo más importante, después de mi hijo -sonreí
-ya lo sé amor, no seas dramática -me besó- también te amo y también eres lo más importante, después de Adam
-te amo -lo besé una vez más
-_____, ya déjalo irse, tanta mezcla de saliva me está dando nauseas -dijo Josh detrás de mí
-está bien -sonreí- te amo
-y yo a ti -me dio un beso corto y subió al auto, se despidió con la mano y se fue
-¿Por qué tanto amor?
-porque lo amo ¿algún problema?
-sí, estaban fuera de mi casa y ya iban a hacer actos triple equis frente a mí
-exagerado, también es mi casa -le saqué la lengua
-no, tú ya ni existes
-cállate, sabes que sigo siendo la reina de la casa -me burle y golpeé su cabeza
-te salvas solo porque tengo a tu hijo -levanto la pierna y pateó mi trasero, justo cuando mi mamá salía de la casa
-¡Josh! -lo regañó- ¿no te ves tan grande?
-ella empezó
-dejen de pelear y entren
-¿Quién es la consentida? -me burle otra vez
-mi trasero -me empujó
Entré corriendo y riendo a la casa.
Incluso siendo mayores peleamos como niños y era algo que extrañaba hacer.
-los hubiera visto su padre
-nos hubiera castigado a ambos -reí
-no, a mí me hubieran castigado, nunca te hacen nada porque eres "la niñita" -me miró mal
