16º

379 11 0
                                        

(Maratón 5/10)

-¿Por qué tus pechos están tan enormes? -pregunto como un niño muy curioso

-¿hasta ahora lo notas?

-no me había dado cuanta hasta hace como una hora, no estaban así -sonreí

-no, están así por Adam

-¿Cómo? ¿Por qué siempre está chupándote? Lo hubieras dicho antes

-Zayn -reí- no es por eso, siempre en un embarazo los pechos se ponen así como globos, porque se llenan de leche ¿Cómo es que no lo sabías?

-no soy mujer -dijo obvio- no me gustaba saber sobre esas cosas que le suceden a las mujeres. Me gustan así grandes

-¿quieres decir que no te gustaban pequeños?

-también me gustaban. Pero más así como los tienes ahora -se acercó a mí y puso su mano en uno de mis pechos- enormes

-déjame -quité su mano riendo- son solo de Adam, los tuyos son los pequeños

No hay problema con eso, me gustan pequeños -me saco la lengua y volvió a sentarse como estaba

Negué con la cabeza y reí, realmente parecía un borracho, pero era solo el sueño lo que lo tenía así.

Zayn nos llevó hasta la casa de mi madre, antes de irse a trabajar.

-te amo, cuídate -besé sus labios

-_____ -sonrió- nos veremos en unas horas, no es el fin del mundo

-no me importa, tienes que saber que te amo demasiado y que eres lo más importante, después de mi hijo -sonreí

-ya lo sé amor, no seas dramática -me besó- también te amo y también eres lo más importante, después de Adam

-te amo -lo besé una vez más

-_____, ya déjalo irse, tanta mezcla de saliva me está dando nauseas -dijo Josh detrás de mí

-está bien -sonreí- te amo

-y yo a ti -me dio un beso corto y subió al auto, se despidió con la mano y se fue

-¿Por qué tanto amor?

-porque lo amo ¿algún problema?

-sí, estaban fuera de mi casa y ya iban a hacer actos triple equis frente a mí

-exagerado, también es mi casa -le saqué la lengua

-no, tú ya ni existes

-cállate, sabes que sigo siendo la reina de la casa -me burle y golpeé su cabeza

-te salvas solo porque tengo a tu hijo -levanto la pierna y pateó mi trasero, justo cuando mi mamá salía de la casa

-¡Josh! -lo regañó- ¿no te ves tan grande?

-ella empezó

-dejen de pelear y entren

-¿Quién es la consentida? -me burle otra vez

-mi trasero -me empujó

Entré corriendo y riendo a la casa.

Incluso siendo mayores peleamos como niños y era algo que extrañaba hacer.

-los hubiera visto su padre

-nos hubiera castigado a ambos -reí

-no, a mí me hubieran castigado, nunca te hacen nada porque eres "la niñita" -me miró mal

Engaño PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora