Capítulo 2

64 6 1
                                    

Cálmate, cálmate Amanda esto no es más que una horrible pesadilla de la que pronto despertarás, sí así es, despertarás, solo cuenta hasta tres y todo volverá a ser como antes 1....2....y 3 doy un chasquido con mis dedos y nada, sigo aquí.

-Amanda hija, ¿te encuentras bien?, estás muy pálida.
Vaya novedad...

No, no madre, no estoy bien, ¿debería mencionarle a mi madre que conozco Christopher?, no, no lo creo....esperaré, ¿esperarás qué Amanda?, Dios ¿qué te está pasando?, jamás le has escondido algo a tu madre.

-Sí, sí má estoy bien, sólo tuve un día agotador, eso es todo. Disculpa, pero ¿te importaría si me voy a dormir?, estoy muy cansada.
-No, no corazón vé a dormir, pero antes debes cenar, traje tu comida favorita, ¡sushi!.

Al instánte se me abre el apetito como por arte de mágia, es que yo no soy de esas chicas que cuando están preocupadas dejan de comer, yo como y como, y aunque esté muy cansada lo voy a hacer...sushi mmm que rico, amo el sushi. Mi estómago ruge en respuesta a mi necesidad de comida.

.....

El ruido más odioso del mundo me despierta de un derepente y me sobresalta...miro el despertador son las 7:30, doy un par de vueltas y me levanto de la cama a regañadientes.

-Buenos días má.
-Buenos días cariño, ¿qué tal tu descanso?.
-Bastante bien, aunque quedé con ganas de dormir más.-digo. Mamá se acerca y me abraza.
-Ve a pegarte un baño y cuando salgas tu desayuno estará listo.
-Vale.

Voy al baño enciendo el grifo y dejo que toda una catarata de agua caiga sobre mí, lavo cada parte de mi cuerpo; una vez terminada mi refrescante ducha me dirijo hacia el lavabo, giro la perilla y cepillo mis dientes, me enjuago la boca, cepillo mi rebelde cabellera marrón, y por fin ya estoy lista.

Salgo del tocador y me dirijo hacia la cocina donde mi madre ya totalmente lista, disfruta de una humeante taza de café "Guilis, Black Blend", su marca favorita; viste una falda tubo azul oscuro que acentúa su silueta, una blusa color crema y un par de zapatos de taco no muy alto de color beige, al igual que yo se dejó el pelo suelto, le queda de fábula. Me acerco tomo el zumo de naranja lo más rápido posible, cojo un par de tostadas y las deboro al tiempo que guardo mis carpetas en la mochila, un poco de perfume y listo.

-¡Mamá! ¡Ya estoy lista!.

Mi madre recoge su cartera y nos dirigimos a paso acelerado hacia el garage para subir al auto, considerando que salimos 10 minutos tarde, conducimos a toda velocidad.
Llegamos,despúes de 20 minutos, un tiempor record tomando en cuenta el tránsito lento. Como era de esperarse llegué tarde, esto no puede estar pasandome, es mi segundo día, y lo peor es que soy la única estúpida parada aquí, mi yo interno me mira con una cara de te lo dije, y no podía estar más de acuerdo con él.

Y así mientras me lamento este pequeño percance, una limosina negra se para justo en frente del gran portón, un hombre alto, de traje, y pelado sale del asiento del conductor dirijiendose hacia los asientos de atrás, abre la puerta y sale Christopher, ¡¿Qué?! No, esto no puede estar pasando, ¿él? ¿Por qué justo con él?, Dios...ok Amanda comportate y finge que no lo has visto.
A los pocos segundos noto con ese "tercer ojo" que todos solemos tener, que Christopher se acerca hacia mi con paso acelerado...

-¡Amanda!-dice sobresaltandome.
-Chr-christopher...no te había visto llegar.
-Ya veo, pués creo que no soy el único que llegó tarde el segundo día de clases.-dice pasandose las manos por el pelo, de una manera tan tan tan ¿sexy? ¿qué?...¿qué estoy diciendo?...

Asiento descaradamente en respuesta a su aviso.
-Lo siento Am te noto muy fria hoy, ¿acaso hice algo que no te ha gustado?, por cierto dime Chris.

Inevitablemente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora