Capítulo 8

30 5 0
                                    

A regañadientes me alejo de él poco a poco.
-Creo que vamos muy rápido.-digo.
-Sí, tienes razón.-dice.
¡¿Qué?!, esto no puede estar pasando, hace un rato no me quería soltar y ahora me deja ir así de fácil, lo minímo insistir ¿no?, ¡YO ME RETIRO!.
Hago que me suelte, tomo mi blazer y me voy a paso apresurado.
¡Lo sé, soy muy histérica!.

-¡AMANDA!.-grita. Pero no me doy la vuelta.

Entonces de la nada me toma del brazo.

-¿Qué te sucede?.-dice.
-¿Qué me sucede a mí?, ¿qué te sucede a ti?, primero no me quieres soltar, ¿y luego me dejas ir así de fácil?, creo que eres muy bipolar Christopher.
-¿Bipolar?, ¿Yo?.-dice sorprendido.
-Sí, tú. Pero sábes qué, yo no soy ningún juguete de niño rico.
-Amanda, ¿acaso enloqueciste?, lo único que hice fue darte la razón en algo que creí que los dos concordabamos.
-Sí, pero te diste por vencido muy fácilmente Christopher.-digo con una lágrima corriendo por una de mis mejillas.
-No Amanda, no llores por favor.-suplica.

Doy media vuelta y empiezo a caminar hasta la salida...

-¡TE AMO AMANDA!, por favor no te vallas.-grita.

¿Enserio dijo eso?. Doy media vuelta.

-Lo siento Christopher me equivoqué contigo, no puedo creer que digas semejante mentira, no puedes hablar de amor con casi 2 semanas de conocernos, sábes, mejor olvida toda ésta noche y has de cuenta que no pasó, porque yo haré lo mismo. Adiós.
-Amanda.

Lo ignoro, llamo un taxi y aguardo fuera de su casa, en la vereda. A los pocos minutos aparece el taxi me subo y en aproximádamente 40 minutos estoy en casa.

Abro la puerta, mamá se para, la abrazo y lloro desconsoladamente...

-Oh cariño, todo va a estar bien.-dice besando mi cabeza.
-Ojalá.-digo.

                                .....

Son las 9:00 estoy en el pasillo dejándo algunos libros en mi casillero, han pasado 3 días desde aquel mal momento con Chistopher, llevo 2 carpetas y un libro en mis manos, cierro el casillero y doy media vuelta, de pronto choco con alguien y todo se me cae al piso, ¡rayos!...

-Lo siento, te ayudaré.-dice una voz.

Levanto la vista y enfrente mio hay un tipo morocho de ojos cafés y bonita sonrisa y creo que alto, me dificulta saberlo porque está de cuclillas.

-No es nada, la culpa fue mía, estaba distraída.-digo a modo de disculpa.

Me incorporo con el libro y las carpetas en la mano.

-De hecho también es culpa mía, estaba distraído buscando el salón de duodécimo.-dice. A propósito mi nombre es James Harryson.

¡Oh no!...otro papelón con um compañero nuevo.

-Que coincidencia, yo curso ese grado, un gusto, mi nombre es Amanda johnson, sígueme te mostraré el camino.

Entramos riendo al salón por el incidente anterior y Mad viene corriendo hacia mi.

-¡Amanda!.-dice abrazandome.-te extrañé mucho amiga, el campamento sin tí fue bastante aburrido....wooow ¿me prensentarás a tu novio?, de lo que una se pierde, veo que avanzas rápido en la vida eh.-dice guiñandome un ojo.

Observo disimuladamente a Christopher y veo que los ojos se le ponen como platos.

-¡No Mad!, él no es mi novio, me lo encontré en el pasillo buscando el salón, será nuestro nuevo compañero.-le digo.
-Ya veo, más para mí. Mi nombre es Madyson Hyde.-dice Mad estrechandolé la mano.
-Un gusto Madyson, mi nombre es James Harryson.
-Hola James, permiteme presentarme, soy Claire McCourtney, segunda delegada del salón.-dice una de nuestras presumidas compañeras.
-Un gusto.-responde James.
-Christopher deberías presentarnos a todos a este adonis, ¿o acaso haces preferencias?, digo porque cuando Amanda llegó la presentaste inmediatamente.
-No Claire, no hay preferencias.-dice Christopher. -¡Chicos prestenme atención!, les presento a James Harryson, nuestro nuevo compañero.

Todos aplauden y luego vuelven a lo suyo sin dejarle decir nada a James.

-Acostumbrate, son así.-le digo sonriendo.
-Tienes una linda sonrisa Amanda.-dice.

Veo con ese tercer ojo que todos tenemos, que a Christopher le sale humo de todos lados.

¡Mi oportunidad!.

-Gracias, pero solo dime Ami.-digo.
-Está bien "Ami".-dice James. ¿Te parece bien si me siento a tu lado?.
-Claro, me parece perfecto.-respondo.

Mad solo ladea la cabeza y suelta un bufido por lo bajo.

Me acerca la silla para que me siente y nos ponemos a hablar los tres, -Mad, James y yo-, hasta que el profesor termine el papeleo...
-¿Y de dónde vienes?.-Pregunta Mad.
-De los Ángeles.-responde. Mi padre viene por negocios y se quedará un año aquí.
-Oh ya veo.

Siguen hablando pero no estoy prestandoles atención, no paro de pensar en lo que pasó aquella noche en la casa de Christopher, ¿por qué sentí eso?...

De la nada James me toma de la mano.

-Amanda, estás pálida, ¿te encuentras bien?.-dice.

Me doy cuenta que Christopher no nos ha sacado la mirada de encima.

-Si no te preocupes.-digo tomandole la mano.

A través de los parlantes el director anuncia que el partido de soccer empezará en 30 minutos, y que se suspenderán las clases.

Christopher y parte del equipo se levantan de sus respectivos bancos y salen del salón, supongo que van a los vestidores, llevan bolsos consigo.

Me siento algo mal, me duele el estómago, a los 15 minutos del anuncio salimos todos del aula y vamos hacias la cancha, Christopher está elongando en medio de ella, y los demás hacen velocidad. Nos acomodamos en los asientos del medio, estoy al medio de James y Mad, el partido comenzará en 10 minutos.

Creo que voy a vomitar...

-Mad, voy al baño, enseguida vuelvo.-digo.
-¿Te encuentras bien?, ¿Quiéres que te acompañe?.-pregunta preocupada.
-Sí estoy bien, no te molestes voy sola.
-Ok.-dice.

Voy hasta el baño y empiezo a vomitar frente al inodoro, me siento realmente muy mal, creo que me cayó mal la comida precalentada de anoche. Me lavo las manos, me arreglo el pelo y salgo...

-¡Mierda!.-digo asustada.

Inevitablemente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora