Capítulo 3

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-Ten esto...-dice en tono frío y seco.
-¿Qué es?
-Son unas planillas que debes llenar para completar tu pase...te recomiendo que las presentes mañana a primera hora, al director no le gustan los retrasos.
-Ok, muchas gracias.
-Es mi deber.-responde, da media vuelta y se va.

Bien eso fue bastante incómodo, ¿por qué se fue así? ¿tan enojado está? ¿es tan importante ese juego para él?, mi subconsciente me mira con desaprobación.

Salgo de la sala de teatro al oír la campana y estoy llendo directo hacia el aula, hasta que el señor Schmitd se cruza en mi camino, se me ocurre hablar sobre lo de Chritopher...

-Señor Schmidt-digo enérgicamente. Quisiera hablar con usted, ¿podrá ser eso posible?...
-Claro-responde. Mira su reloj y dice ¿pero usted no tiene clases ahora?
-Son solo unos minutos, por favor.-le suplico.
-Esta bien.-accede

Entramos a preceptoría...

-Tome asiento por favor alumna.-dice- y bien, ¿qué es eso de lo que tanto le urge hablarme?.
-Es sobre Christopher, Christopher Collen, él quedó muy mal con lo del partido, parece importarle mucho...¿hay algún modo de cambiar el castigo?.
-No, no lo creo señorita...
-Por favor...
-Pero...¿por qué quiere hacer esto?.

Ni yo misma sé la respuesta.

-Bueno...no quiero ganar enemigo en mi segundo día, el parece algo molesto.
-No se preocupe ese carácter es típico del joven Collen, de hecho a mí me llamó más la atención el por qué de mentir por usted sin necesidad, generalmente es de carácter tosco, algo rebelde y difícil de controlar.
-Que raro, conmigo se ha comportado amable ayer, y creo que me siento en deuda por integrarme de esa manera al grupo.
-Está bien...entonces él tampoco irá de campamento, y tendrán que venir usted y él a pasar clases normales ese día...¿conforme?
-Sí, muchísimas gracias. -digo totalmente satisfecha.
-De nada señorita, puede retirarse ahora. Ah por cierto llame al señor Collen a mi oficina.
-Por supuesto, con su permiso.

Estoy tan feliz, aunque no sé por qué hice eso, supongo que cuenta como mi buena obra del día. Me dirijo al salón dando saltitos...entro.

-Christopher, el señor Schmidt te espera en su oficina.-digo con cierta seriedad.
-Vale, gracias.-dice retirándose del salón.

Me acomodo en mi asiento y empiezo a tomar apuntes, en alguna que otra pausa que hace el profesor aprovecho para contemplar el hermoso día nublado de hoy, las nubes están muy negras y pareciera que el cielo se va a caer... a los pocos minutos aparece Christopher, pero sin ninguna expresión particular en su rostro, me resulta muy difícil saber si le cayó bien o no la noticia...

-¡Amanda!-dice madyson susurrando.
-¿Qué sucede?-respondo.
-¿Sábes por qué llamaron a Christopher?

¿Le digo o no?...

-No lo sé.-respondo.

Hace puchero y vuelve su cara al frente.

A los pocos minutos de esta breve conversación toca el timbre para irnos, guardo mis cosas a la mochila, acomodo mi banco y salgo del salón.

Está lloviendo, ¡mierda!, no traje paraguas.
Me pongo mi chaqueta y me dirijo hacia el gran portón negro de salida, la lluvia cae sobre mí, me encanta, pero no ahora, me agarró desprevenida y sin paraguas... de pronto el agua dejan de caer gotas sobre mí, miro hacia arriba y un enorme paraguas negro está encima mio...
-Hola Amanda-dice una voz que creo reconocer..
.
Me voltéo, y sí efectivamente es él, es Christopher...

-¡Christopher!.-digo sobresaltada.

-¿Quiéres que te dé un aventón hasta tu casa?.
-No, gracias estoy bien, creo que mejor me tomo un taxi.
-Vamos, insisto.-dice.

¿Acepto?, ashhh no sé que hacer, mi subconsciente aprueba...

-Está bien, gracias.
-Púes ven conmigo...

Caminamos 1 cuadra hacia atrás y nos subimos a su limosina...

-Buenas tardes señorita, dígame su dirección por favor.- dice el tipo pelado de la mañana.
-Buenas tardes, a Westchester al 2354 .-respondo.
-Entendido.

Estoy tan nerviosa, nos pasamos el camino a casa totalmente callados, ninguno dice nada...¡Que desagradecido!, no mencionó nada sobre el juego, todos los ricos son iguales...

El sonido de un móvil interrumpe mis pensamientos, lo miro y él me mira, revisa el suyo y no atiende, haci que claramente es el mío, es Mad, ¿Qué querrá?...

-Hola Mad-digo.
-¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?- dice llorando...
-Mmm, está bien ¿sucede algo? ¿por qué lloras?...
-Luego te cuento, tengo que colgar, muchas gracias, enseguida estoy allí.-dice y cuelga.

Me pregunto qué le habrá sucedido, estoy muy preocupada...

¡Llegamos!, por fin, ahora puedo salir de este ambiente tan incómodo.
Christopher sale primero y me abre la puerta...

-Gracias por el aventón.-digo, y me dirijo hacia la puerta de entrada de mi casa, entonces el me toma del brazo por sorpresa y me abraza.

Inevitablemente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora