Recuérdame.

Capítulo 3; No sé quién eres.

Llegamos a la discoteca.
Joder, ya solamente el exterior impresionaba.
- ¿De verdad que tu tío nos dejará entrar?
-Claro, a parte de estar como un tren es muy buena persona.
- No sé que le harías si no fueses su sobrina.
-Ten imaginación- me miró maliciosa.
-O dejas de poner esa cara o juro por mi vida que me voy.
Ella soltó una carcajada y apartó la mirada.
-Mira allí está Rosa - dijo señalando a una de nuestras pollollonas.
-¿La que está hablando con el alto ese?
-Sí... Y la que acaba de dejar que el alto le toque una teta.
Reímos y corrimos hacia ella.
La apartamos del chaval.
-¿Ligando ya?- dije y la abracé.
Poco a poco fuimos encontrando a las demás.
Fue la hora de entrar y, con la mejor cara de niña buena que fuimos capaces de adoptar, fuimos pasando por al lado del vigilante.
-TITO RAFA- saludó Blanca
-Sh, cállate, como se enteren de que tengo contacto contigo o con tus amigas me echan.
-Si es que eres lo más buenecico que hay por dios.
-Lo que tú digas- sonrió- Hola Val - me miró.
- Hola Rafa, eres un buen tío dejándonos pasar ¿sabes?
-Dejad de hacerme la pelota y entrad.
- Wiiii- gritamos todas.

El interior de la discoteca era tal y como me esperaba. Pijo, demasiado pijo. Me daba asco estar aquí. No sé cuánto dinero costará entrar, pero yo tendría que vivir con un sólo riñón por lo menos.
La altísima música nos envolvió haciendo que, para comunicarnos, tuviéramos que chillar.
Fuimos a la barra para pedir. Cada cual empezó a beber y yo no fui menos.
Cada vez nos adentramos más en ese ambiente y, cuando llegamos a las copas suficientes para que algunas perdieran la vergüenza, nos fuimos a la pista.
Y empezó la fiesta. Lo dábamos todo bailando, disfrutando y riendo. Estar con ellas era un show porque, para que engañarnos, casi ninguna bailaba bien. De hecho, parecíamos patos mareados. Pero nos daba igual.
Cuando una de las canciones acabó Rosa me llamó la atención.
-OYE ¿HAS VISTO A ESE? - señaló con el dedo.
Seguí la trayectoria y me fijé en un chaval situado en una de las esquinas de la disco, mirándome.
-¿QUÉ PASA?
-QUE NO PARA DE MIRARTE
- ESE QUIERE TEMA- soltó Irene.
-ESE QUIERE QUE LO REVIENTEN- intervino Cris.
-ESE LO QUE QUIERE ES UN AUTÓGRAFO- dije con asco.

Lo miré de nuevo y, efectivamente, seguía mirándome.
Estuve a punto de hacerle la peseta pero Blanca tiró de mi para seguir bailando.
No sé cuánto más seguimos bailando cuando unos de los camareros me interrumpió.
-Señorita, esta bebida la han pedido para usted.- señaló al mismo tío que no había parado de mirarme.
Miré la bebida y luego al gilipollas que me miraba mientras me dedicaba una sonrisa...¿tímida?
Cogí la copa y, decidida, fui caminado hasta el desconocido.
-Esto se pone interesante- escuché a Alicia decir.
Nuestras miradas se conectaron mientras fui andando hacia él. Me fijé en que se puso nervioso y no paraba de acariciarse las manos.
Cuando estuve frente a él le sonreí. Pareció tranquilizarse un poco y me devolvió la sonrisa.
Y yo... Le tiré la bebida a la cara.
- No sé quién te creerás pagándome algo. Tengo para las copas que quiera.- Dije con desprecio.
Sus amigos empezaron a reírse.
- Y vosotros- les señalé- como os sigáis riendo os puede pasar lo mismo pero con el vaso incluido.
Ellos dejaron de reírse de golpe y me fui.
Mis amigas no paraban de reírse.
-Tía, eres mi ídola- dijo Ainoa cuando llegué junto a ellas.
Hice como si nada hubiera pasado y seguimos con nuestra diversión.

Eran las 3 de la mañana más o menos cuando algunas estaban demasiado borrachas ya. Decidimos terminar con la fiesta e irnos a casa.

Salimos de la discoteca y nos encontramos a Rafa hablando con el chaval de antes.
-Vaya, tía, es muy mono- me pegó un codazo Rosa- Está muy bueno.
-No te ilusiones Rosa, estaba mirando a Val- dijo Zaira
-Bueno... El cloroformo es fácil de conseguir.
- Que basta eres- dije riéndome.
-Basta no sé pero yo me lo follaba.
Blanca fue a hablar con el tío y nosotras nos acercamos.
El desconocido buscó con la mirada hasta que me vio.
-Tito, nos vamos ya
Rafa la miró serio y luego miró al chaval.
-Tu sobrina eh- sonrió
Rafa rió. Parecía no importarle que lo supiera por lo que tendrían que ser amigos.
Pero Rafa nos miraba nervioso, como buscando una reacción.
-Bueno Pablo- Así que Pablo eh- ¿Puedes irte solo? Yo hasta que no acabe aquí...
-Sí sí- joder, que voz mas sexy- no te preocupes.
Rosa susurró: Joder, ahora si que me lo follaba.
Un susurro demasiado fuerte. Lo suficiente fuerte para que ellos dos nos miraran y nosotras rieramos.
-¿Qué pasa?- decidí hablar- ¿No puede irse solo el niño mimado?
Pablo me miró curioso.
- No, bueno, es para que no...-intentó explicarse Rafa
- ¿Para que no lo violen?
Las chicas rieron y Pablo también.
-Para que no me reconozcan- concluyó Pablo- Soy Pablo Alborán.
- Ah ¿Sí? Pues yo me llamo Valeria Muñoz- reí y miré a las demás- ¿Desde cuándo la gente se presenta con su apellido?
Rafa y Pablo se miraron.
-¿De verdad que no le conocéis?- preguntó Rafa.
-Hostia, pues ahora que lo dice me suena su nombre- dijo Irene.
- Yo creo que lo he visto en la tele- Eli
-Yo veo borroso- Ali
- ¿Dónde estamos?- Juli
- Creo que voy a potar- Iris
Y así con todas.
- Pues no sé quién eres ni me importa- dije yo
-Ha empezado como cantante, y se ha dado a conocer muchísimo. Lo suficiente para que algunas le acosen
-Pues no será nuestro caso- concluí.
De repente la famosa risa de foca de Alicia empezó a escucharse. Todos nos giramos para mirarla. Y ella no paraba de reírse.
- ¿Qué pasa?
- Pues que-carcajada- pues que antes dijiste- carcajada- que lo que él quería- carcajada- era un autógrafo- carcajada- y en realidad es él el que te lo tiene que dar a ti.
Dijo riéndose y todos le siguieron. Incluidos Rafa y Pablo. Y yo también, para que vamos a mentirnos.
-Yo tengo sueño vamono'- dijo Blanca.
Le hicimos caso y cada una se fue para un lado.
A las que estaban demasiado borrachas las llevó el hermano de Blanca.
Las demás nos fuimos andando. Yo me fui con Blanca ya que vivíamos prácticamente al lado.
-¿Queréis que os lleve? - preguntó Pablo- Tengo coche.
-Hombre, pues no estaría m...- empezó a decir blanca.
Le tapé la boca.
-Prefiero que nos violen dos camioneros, gracias.
Tiré de Blanca y nos fuimos.