Recuérdame.

Despertar con buen pie

Ese puñetero ruido.
No había dormido nada y mi despertador me daba a entender que a él le daba igual.
Tanteé en la mesita de noche, buscando el causante de mi dolor de cabeza. Cuando noté el metal frío, lo agarré y, con las pocas fuerzas que podría tener una por la mañana, lo arrojé contra la pared situada al frente.
Joder, para la poca fuerza había sonado bastante. 
Susurré un 'a la mierda' y me volví a meter debajo de la colcha. Abrazada a mi almohada, no podía pedir más.

Pasos...

Pasos...

La puerta se abrió con fuerza dejando entrar al enérgico de mi hermano mayor.
Mierda.
- HEEEEEEERMANITAAAA DE MI CORAZÓN- canturreaba creyéndose gracioso.
Me hice la dormida. Sí, la dormida. Con la voz de pito de mi hermano se había levantado hasta el vecino, no me iba a despertar yo.
Y tuvo que hacerlo, levantó la maldita persiana dejando que el Sol entrara de lleno.
Se me agotaba la paciencia.
- VAMOS NENA- se tiró sobre mí.
Se me agotó.
- ERES GILIPOLLAS O QUÉ TE PASA EN LA PUTA CABEZA- grité levantándome y pegándole a mi hermano.
Un 'TAN TEMPRANO NO' proveniente de la planta baja hizo que mi hermano saliera corriendo. Y yo detrás.

Llegamos al salón y mi hermano se escondió detrás de mi madre aprovechando, así, para besarle la mejilla.
Mi madre me miró con desaprobación.
-Buenas tardes ya.
- Mamá, son sólo las 11 ¿Qué me estás diciendo?
- ¿Te parece eso madrugar?
- En verano sí.
- Para ti siempre es verano- intervino mi padrastro, que entraba en la cocina con su periódico en la mano.
- Así da gusto levantarse en esta casa, claro que sí.

Subí a mi cuarto intentando no escuchar los comentarios de mi familia.
Bueno, ahora que más o menos estoy despierta me presento.
Me llamo Valeria, Val para los amigos. Y para los que no, con no llamarme me basta.
Tengo 18 años y dejé los estudios ya que me aburría tener que hacer bachillerato.
Como ya habréis visto, mi hermano tres años mayor que yo, Kevin, es el favorito de mis padres. Bueno, 'padres'. El favorito de mi madre, ya que mi padre nos abandonó cuando tenía 2 años.
Mi relación con mi madre era complicada, sí, pero eso no quita que la quiera. Sólo que no se lo demuestro. No soy de decir te quiero ni chorradas de esas.
Vivía en Málaga, sí, en Málaga. Algo bueno tenía que tener mi vida ¿no?

Mi teléfono sonó y pude ver 'Blanca' en la pantalla.
Sonreí y descolgué.
- Alégrame el día por favor.
- woowow ¿tú despierta? - rió y reí con ella.
- Sí, hija mía, sí.
- Eso suena a despertador roto... O a tu puto hermano.- creo que ya se sabe porque es mi mejor amiga.
- Las dos cosas- suspiré
- Tranquila nena, yo te salvaré. A las 3 estoy en tu casa. Hoy toca fiesta.
- ¿Fiesta? No tengo ga...
- Fiesta. - Y cuelga.

Pues que genial todo, supongo.