Yo era un chico normal, vivía una vida como la de cualquier joven de mi edad. Tenía compañeros, amigos y una familia – Ya ni siquiera recuerdo los rostros de la mayoría de ellos– pero todo cambio aquel día cuando el infierno se volvió una realidad.
Desperté como todas las mañanas para ir a la escuela, me puse mi camisa favorita y un pantalón negro y después de despedirme de mis padres tome el transporte en donde platicaba con mi amiga Elvira muy a gusto hasta que en la escuela cada uno se dirigió a su salón.
Las clases seguían la rutina normal, pero un par de horas después mientras la profesora de matemáticas (una mujer muy bonita como de unos 30 años) explicaba su tema, desde afuera del edificio se escuchó un grito de auxilio y como un reflejo inmediatamente mis compañeros salieron corriendo del salón.
– Permanezcan en sus asientos– dijo la maestra con un tono fuerte como si fuera una orden a la cual nadie obedeció ya que en pocos segundos todos estábamos en el pasillo.
Al salir del edificio se dejó ver un ambiente totalmente horrible, había sangre y cuerpos por todos lados, se podía ver a los alumnos y profesores corriendo, tratando de escapar.
– ¿Por qué corren?– dije en voz alta sin obtener respuesta alguna
En ese momento sentí una presencia y al dar la vuelta justo detrás de mi había un muchacho al que reconocí inmediatamente se trataba de Alejandro uno de mis compañeros del salón, pero se veía diferente a como estaba en la mañana esta vez se veía sucio, su ropa tenía unas manchas de sangre y en su brazo derecho tenía una herida como si le hubieran arrancado un pedazo de carne.
– ¿Qué te paso? – fue lo primero que se me ocurrió decir, pero no obtuve respuesta de el
Justo después levanto su rostro se veía pálido, sus ojos se habían tornado de un color blanco cristalizado y de su boca escurría una combinación de baba y sangre, no supe en qué momento se abalanzo sobre mi pero al darme cuenta ya lo tenía encima tratando de morderme el cuello comencé a forcejear con él y de la nada su cuerpo callo encima de mí, al levantarme lo observe y en la nuca tenía un fuerte golpe y al lado de mi estaba Zaira una muchacha de ojos cafés y un cabello largo que le llegaba a la parte baja de la espalda y que además también era mi compañera de salón.
– ¿Estas bien? – me pregunto mientras me estiraba la mano para ayudarme a levantar.
– Si, muchas gracias– le respondí mientras me ponía de pie.
– ¿Qué está sucediendo? – volví a preguntar pero esta vez dirigiéndome a ella, no pudo contestarme ya que en ese momento vimos que 3 muchachos más se dirigían corriendo hacia nosotros.
– ¡Corre! – fue lo único que escuche mientras salía a toda velocidad y yo detrás de ella.
Volvimos a entrar al edificio y corrimos hasta el salón en donde se encontraban la maestra junto con 5 compañeros, rápidamente entre todos comenzamos a formar una barrera en la puerta con las bancas y el escritorio.
–Eso servirá por el momento– dijo la maestra con un tono calmado para tratar de tranquilizarnos mientras del otro lado de la puerta se escuchaban los golpes de esos chicos tratando de entrar.
– ¡Son zombis!– grito una de las chicas que se encontraban en el salón
Al darme vuelta para ver de quien se trataba la reconocí a ella y a los otros cuatro chicos, se trataba de mis amigos: Natalia una muchacha callada que tenía unos ojos cafés un poco obscuros y un cabello largo que le llegaba por arriba de los codos a su lado se encontraba Karen quien había gritado antes, era una chava con ojos color café clarito y su cabello largo alcanzando sus glúteos ambas de estatura no muy alta y tenían 18 años.
De repente la puerta comenzó a romperse lo que hizo que todos trataran de buscar una salida para que un momento después Roberto un chavo alto, de ojos cafés, complexión delgada, cabello corto y quien todos sabían que tenía una orientación sexual diferente, movió uno de los cuadros del techo, lo que nos dejó ver un espacio por el cual podíamos escapar todos.
– Vámonos por aquí– dijo señalando el ducto.
Uno por uno comenzamos a subir, pero para cuando la mitad ya había subido un fuerte golpe hizo que la puerta se viniera abajo con todo y la barricada. Rápidamente Santiago un chavo de estatura mediana, tés morena, ojos cafés y cabello corto ayudo a subir a su novia Samara una chava de estatura mediana, complexión delgada, ojos cafés y un cabello largo con cierta totalidad azul, para posteriormente subir el.
Mientras los zombis entraban la maestra se quedó paralizada en una de las esquinas del salón, para cuando pudo moverse ya era demasiado tarde ella se encontraba rodeada de muchos zombis los cuales se abalanzaron sobre ella, sin poder hacer nada para ayudarla me dispuse a subir con mis compañeros mientras se escuchaban los gritos de la maestra quien estaba sintiendo como los zombis le desprendían pedazos de carne a mordidas su voz se oía cada vez menos hasta que después se hizo un silencio y aquella mujer que en la mañana nos estaba dando clases ahora ya estaba muerta.
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*Muertos*...
ParanormalEvan es un joven cuya vida da un giro de 360 grados, cuando un día normal en la escuela se convierte en un verdadero infierno para el y sus amigos. Ahora los jóvenes se encuentran en medio de un apocalipsis zombi y están atrapados en su escuela, sin...