Capítulo 7. "Argentina"

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Bueno, para que vean qué tan lenta soy haciendo un cap, les digo que escribo esto un miércoles 9 de diciembre a las 10:55.

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Decidí aclarar todo con Rubén, sí.

Y sí, ya sé eso suena como si quisiera dejar la friendzone, ya lo sé. Pero de otra manera no puedo expresarlo. Y todavía ni somos amigos para querer salir de la friendzone.

Al día siguiente de hablar con la profe, me quedé afuera del colegio esperando a Rubén, y cuando lo vi, puse en marcha mi plan(?

Él por lo general espera a que la mayoría de los alumnos entren en las aulas para no tener que fumarse a nadie (algo que también hago y me encanta) así que lo único que tendría que hacer sería encontrar una manera de que me siguiera al baño o algún salón vacío. No debía preocuparme sobre testigos, ya que no habría. Mi única interrogante es:

¿Cómo concha hago que me siga si no me quiere ver ni en figurita?

Muy centrada en lo pensaba, no me di cuenta y Rubén pasó por enfrente mío, sin saber que lo miraba. Me quedé mirando su espalda por un segundo y, cuando hubo suficiente distancia entre ambos, empecé a seguirlo, todavía pensando alguna manera de tenerlo. Bueno, se me acerque... Ustedes entienden.

Dos o tres segundos más tarde, se dio cuenta de que estaba atrás de él, por lo que empezó a caminar más rápido, acción que imité. Como un rayo, dobló una esquina y empezó a caminar más rápido, queriendo perderme. Por un segundo se me cruzó por la cabeza la idea de stalkearlo así como en la tele y me reí.

—Rubén...— lo llamé. Ni me respondió, ni paró, ni bajó la velocidad ni nada, el muy forro.

Muy tarde me di cuenta, de que estábamos a pocos metros del salón donde había empezado la clase de diseño básico en 3D. Justo a donde Rubén se dirigía.

El corazón se me paró por un segundo —Rubén...— dije alto, llamándolo. Ni bola me dio. Es más; empezó a caminar más rápido, el forro—... Rubén, no es joda, vení...— intenté alcanzarlo, pero mi paja por correr era monumental.

Con "A la gilada ni cabida" tatuado en la frente, se hizo el otro y entró en el salón. La puta que lo parió pero bien trola hijo de remil millones putas, y la concha de la lora...

Me quede unos segundos analizando la situación. Podría esperar a que termine y empiece el recreo, o seguirlo a su casa y hablar con él ahí. Podría entrar al salón con alguna excusa y sentarme al lado suyo y hablar con él ahí. Pero me conozco lo suficiente como para saber que no voy a soportar que me molesten pidiendo alguna tarea, o que me calle, o que no moleste; voy a terminar mandando a todo el mundo a la mierda. Y lo peor de todo esto es, que si me quedo acá en cualquier momento viene el director a cagarme a pedo.

¡El director!

Ni bien entré en el salón ignoré las miradas y fui con la profe —Perdón que interrumpa la clase, profe, pero el director mandó a llamar a un alumno.

La profe me miró de arriba a abajo —¿Sos argentina?

No pude evitar sorprenderme —¿Me jode que usted también?

Suicidio. (ElRubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora