El cielo se iluminó por un segundo, y otros tres después, un trueno casi nos deja sordos. Al menos a mí. Lo miré como pude a través de mis pestañas y las gotas que caían entre nosotros, ahre poética la mina.
-¿Qué querés?— intenté sonar lo más seca posible. No me salió un carajo, obviamente; estaba contenta de verlo.
Abajo de la lluvia el boludo este me hizo morir de ternura. Todo el pelo en la cara, la ropa pegada al cuerpo, los ojos de perrito mojado, temblando de frío como si tuviera hipotermia y todo.
Lo miré de arriba a abajo. Si sigue así le va a dar hipotermia de en serio.
—¿Tienes un momento?— no tartamudeaba, pero su labio inferior temblaba y estaba de un color raro; no morado, pero tampoco rosado como suele estar. El pelotudo se estaba cagando de frío.
—¿Para qué me venís a ver acá o cómo sabías que estaba acá? Te estás cagando de frío al pedo, nene— me tragué mis palabras cuando casi se me escapa un "boludo". Miró a cualquier lado menos a mí. Limpié el agua de mi cara—. Vamos a mi casa.
—L-la mía queda más cerca— dijo ya empezando a tartamudear. Rodé los ojos.
—No me la fumo a tu vieja— cuando me di cuenta que usé una expresión que él probablemente no entendería, me corregí—. No me cae bien.
—¿Por qué?
—Y ¿Qué sé yo, bol...— respiré profundamente—... Qué sé yo, Rubén? Los treinta segundos en los que hablamos no me cayó bien.
Salimos del parque ese, ya directo para mi casa. Intenté memorizar el camino para la posteridad —Pero si no la conoces...
Me di vuelta y lo miré —Vos tampoco me conocías y me trataste para el orto casi todo el tiempo que estuve al lado tuyo. Ahora apurate que te va a dar hipotermia o algo. ¿Por qué temblás, hermano? Ni que hiciera tanto frío, ¿eh?— cambié de tema casi al instante.
Eso era lo único que me gustaba de mí. Aparte de mi pelo azul, je. Cuando veía que la conversación pasaba de buena a que iba a explotar, cambiaba de tema rotundamente y seguía como si nada hubiera pasado. Por lo general lo hago cuando con quien hablo ya se calienta demasiado, o cuando yo ya no sé qué decir, pero ahora él es quien tiene el culo cerrado.
Y de tan cerrado que lo tenía, no dijo ni una palabra en el resto del camino. Apenas llegué le dije que se saque la ropa mojada y se pegue un baño caliente. Obviamente se puso rojo y dijo que ni en pedo, pero le cerré el culo como yo sé hacer y me dejó la ropa mojada en el piso. La pasé por el Coinor o como poronga se llame esa mierda, sequé como pude su bóxer con mi secadora del pelo, y le di una remera que tenía en el fondo del ropero, al lado de Aslan.
—¿Dónde conseguiste esta camiseta?— se ve que le iba bien, incluso un poquito grande.
—Era de un amigo en Argentina. ¿Te gusta?— otra vez, cambié de tema; lo último que haría sería hablar de ese chabón.
Levantó los hombros sin mirarme, en gesto indiferente. Mientras él estaba en el sofá mirando la tele, me fui a cambiar por algo más seco y menos transparente. Seguramente este hijo de puta me pidió un momento para mirarme las tetas.
Mi celular resbaló de mi mano a la alfombra bajo mis pies. Todo este tiempo me pudo estar mirando las tetas y yo como resentida ni cuenta me había dado.
Cuando volví a la sala (roja como un tomate, no hace falta aclararlo) Rubén estaba exactamente en la misma posición, obviamente incómodo —¿Querés algo caliente?
Se ve que no se dio cuenta de que estaba ahí, porque dio un saltito y me quedó mirando como si fuera un fantasma. Aguantáaa, ¿tan fea soy?
Me tapé la boca con una mano cuando noté que lo había dicho en voz alta. Rubén estaba totalmente colorado y había bajado la mirada al piso, admirando la belleza de la alfombra que me vive torturando con las alergias. Nótese el sarcasmo, je.
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Suicidio. (ElRubius)
FanfictionTodos y todas conocemos a uno de los Youtubers más famosos del mundo, Rubén Doblas, alias "elrubiusOMG". Un infantil e hiperactivo joven español, que a la corta edad de veinticinco años, es mundialmente aclamado. Pero dime ¿tú lo conoces realmente? ...