Capítulo 37. La Isla de las Hadas (Parte 3)

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Hace un año

Regresaron a la hoguera que habían dejado, aún estaba encendida. Se sentaron en silencio y perdidos, cada uno, en sus propios pensamientos, aunque uno junto al otro.

Ethel no paraba de repasar la oferta del hada. Si decía la verdad... debía tenerla en cuenta. Tal vez era la única manera de vencer a Ascadelia y... tenía que reconocerlo, ansiaba tanto ser amada que no podía quitárselo de la cabeza. Se había convencido de que estaría sola para siempre (y no es fácil convencerse de algo tan duro); pero ahora... tal vez no tuviera que ser así. Y aunque el precio era muy alto, conseguiría salvar Veronix y dejarlo en manos de su propia hija. Tal vez no fuera tan terrible dar su vida después de haber conseguido todo eso.

Claro que le daba miedo morir... pero no podía pensar sólo en sí misma. Debía ser realista y responsable.

―Ethel... ―murmuró Edmund de pronto. La princesa giró la cabeza hacia él. Sus ojos parecían más oscuros a la luz de la hoguera―. Dime que no sigues pensando en lo que te ha dicho esa hada.

Debía ser demasiado obvio que así era...

―¡Es una locura, Ethel! ―insistió él―. No necesitas su magia para vencer a tu hermana. Eres una gran princesa y serás una buena reina.

―Agradezco todos los ánimos que me has dado hasta ahora pero... te equivocas ―opinó ella con una triste sonrisa―. Todos estabais equivocados. Y es normal, ya que la única razón por la que mis súbditos creían en mí, era porque comparada con las cosas terribles que Ascadelia tiene preparadas para Veronix, yo parecía una mejor opción.

Oh no... Edmund creía que ya había olvidado sus inseguridades. La había visto volverse más valiente y segura a medida que superaban las dificultades de ese viaje, pero ahí estaban de nuevo. Lo que has creído durante toda una vida se aferra a nuestra mente con más fuerza de la que pensamos y cuesta hacerlo desaparecer.

―No es solo que ella sea más astuta, más valiente, más segura que yo ―continuó, apretando las piernas con los brazos y centrando su mirada en el fuego―; realmente es más poderosa. No hay modo en que yo pueda vencerla sin ayuda.

En verdad la conversación con el hada la había afectado. Hacía meses (casi desde que se habían conocido) que no la oía hablar así de sí misma. Todo lo que había ganado en ese tiempo, se había esfumado. Edmund tenía que hacer algo para remediarlo.

―No puedes pensar así ―le dijo―. Estoy convencido de que puedes ser mucho mejor reina que ella, a pesar de la maldición. Tú misma has dicho que tu pueblo te apoya. Si vuelves a Veronix, te seguirán a ti.

―¿Hasta cuándo, Ed? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se den cuenta de que su reina nunca se casará, ni podrá dejar un heredero? ―preguntó. Le miró directamente―. Te habías olvidado de eso, ¿verdad?

«Por supuesto que no» pensó él de inmediato.

Ethel sacudió la cabeza y movió las manos, se estaba poniendo nerviosa.

―Aún en el increíble caso de que pudiera vencer a Ascadelia sin ayuda y ser coronada, la maldición seguiría en mí. Nadie querrá casarse conmigo... nadie me amará.

El chico buscó la empuñadura de su espada y la estrujo como nunca lo había hecho. Debía pensar con cuidado lo que diría.

―No... te hace falta nadie para gobernar Veronix.

―Pero, ¿y si yo lo quisiera? ―replicó ella. Los ojos le brillaban y la voz se le estaba volviendo cada vez más aguda―. Tú no sabes lo que se siente teniendo que soportar las miradas de desprecio, de repulsión, los comentarios... ―Tembló un momento y cerró los ojos, al tiempo que cogía aire. Al abrirlos, le pareció más tranquila―. No conservo muchos recuerdos de mis padres, pues murieron siendo yo muy pequeña. Pero recuerdo como mi padre miraba a mi madre, el modo en que le acariciaba la mano justo antes de besarla, o como se quedaba mirando la puerta por donde ella salía, aún cuando ya se había ido... ―Edmund levantó la vista, sorprendido―. Yo también quería tener esa clase de amor. Todo el mundo debería sentirlo aunque fuera solo una vez y yo llevo demasiado tiempo pensando que jamás lo tendré. Hyla puede cambiar eso, así que...

Las Crónicas de Narnia: Cair Paravel Vs Hogwarts ¿Quién vencerá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora