Las Crónicas de Narnia: Cair Paravel Vs Hogwarts ¿Quién vencerá?

Capítulo 50. En Lo Profundo del Bosque Prohibido

Ante ellos apareció al instante el grandioso castillo, el lago de aguas tenebrosas y el oscuro bosque que lo rodeaba todo. No les recibió un grupo de magos sedientos de sangre, lo cual era una buena señal, aunque ninguno bajó la guardia por ello.

—Edmund —Los dos se giraron y vieron a Hermione acercándose sola, tal y como había prometido. Aunque esta vez traía su varita; uno de los extremos estaba iluminado y lo usaba para alumbrarse en aquella oscuridad. Cuando estuvo lo bastante cerca, vieron que sonreía—. Has venido sin tu ejército... supongo que vuelves a confiar en mí.

—Y espero no estar equivocándome de nuevo.

—Por desgracia todo lo que te he dicho es cierto —aseguró. Les hizo un gesto con la cabeza para que la siguieron y los tres echaron a andar, aunque no en dirección al castillo—. Rochelle ha estado todo el día trabajando en el ritual. Os llevaré hasta el lugar exacto donde está haciéndolo; ahora no habrá nadie allí.

—¿Estás segura? —preguntó Ethel.

—Ya lo creo —respondió la otra—. Rochelle es tan presumida que cree que puede hacerlo todo sola y no deja que nadie la ayude. Además... lo está haciendo en el Bosque Prohibido y por allí no va casi nadie.

—¿Es peligroso, acaso?

—Se llama Bosque Prohibido, ¿tú qué crees? —Bajaron por una cuesta a toda velocidad. En el fondo se veía, gracias al resplandor de la luna, una enorme cabaña de madera y un poco más allá, los inicios de dicho bosque, aunque desde fuera no parecía muy distinto a los suyos—. Escuchad, yo no tengo mucha idea de cómo echar a perder el ritual; ya os digo que Rochelle no se fía de nadie (y mucho menos de mí), pero sé que mandó a unos cuantos magos hasta la antigua morada de la bruja en busca de objetos y libros de valor.

—Si tú no sabes cómo parar el ritual, ¿qué esperas que hagamos nosotros? —preguntó Ethel, inquieta—. No tenemos ni idea de cosas mágicas.

—¿Ah no? Porque yo te vi haciendo magia en Hogwarts, como si fueras también bruja...

Ethel sintió que las mejillas se le encendían, no supo si del todo por la indignación o también por el esfuerzo de la carrera.

—Yo tengo sangre de hada —le aclaró con altanería—; no de bruja.

—En cualquier caso, no eres totalmente humana.

—¡Olvidad eso! —exclamó Edmund que caminaba entre ellas—. Si esa tal Rochelle está usando lo que robó del castillo de la bruja en el ritual, ¿bastará con que lo destruyamos?

—Podría ser —opinó Hermione, aunque no demasiado convencida—. Ojala tuviera más datos, pero no es así.

—Pero sí sabes que la Bruja Blanca todavía no ha vuelto, ¿verdad? —preguntó el chico—. Nos dijiste que hasta mañana el ritual no estará completado.

—Creo que no.

—Espera, ¿crees? —Edmund se detuvo de golpe, haciendo un ruido de derrape sobre la arena. Hermione se volvió y su varita le iluminó el rostro—. Sé sincera de una vez, ¿hay alguna posibilidad de que la bruja ya esté viva?

—Creo que no —repitió—, ¡estoy bastante segura de que no! En teoría no ha tenido tiempo suficiente... —No le gustó la indecisión que vio en los rostros de los narnianos y se puso nerviosa— ¡Ahora ya es tarde para que os echéis atrás!

—¡Es muy fácil decirlo cuando tú no vas a enfrentarte a ella! —replicó Ethel. La reina miró a su amigo y se sorprendió al verle tranquilo—, ¿Ed?

Levantó sus ojos negros con determinación.

—No, no podemos echarnos atrás —convino él. Palpó la empuñadura de su espada y apretó los labios antes de volver a hablar—. No tendremos una segunda oportunidad contra ella. Debemos hacerlo ahora.