Ese fue un día especialmente largo para Ethel.
El enfado le duró unas cuantas horas, pero acabó suavizándose y su ánimo se templó. A veces volvía a aparecer súbitamente, pero es normal cuando tienes algo así en la cabeza y no puedes compartirlo con nadie. No podía acudir a Lucy o a Susan porque ellas le preguntarían si había logrado convencer a Edmund para que liderara el ejército, ¿cómo les diría que en lugar de eso, se había marchado a una reunión clandestina con los magos? Además, si alguien se enteraba darían la alarma y Peter podría actuar de forma precipitada.
Lo bueno fue que como Edmund llevaba unos días sin dejarse ver apenas, a nadie le extrañó su desaparición. Pues pasó toda la mañana y gran parte de la tarde sin que hubiese noticias sobre él.
Ethel disimuló bastante bien hasta que empezó a preocuparse porque le hubiese ocurrido algo malo. Entonces, comenzó a sufrir temblores, las cosas se le caían de las manos y era incapaz de concentrarse en nada de lo que otros le decían. Fue inevitable que levantara alguna mirada de sospecha, así que decidió alejarse de todo el mundo. Atravesó el patio de armas y el portón de Cair Paravel y se sentó cerca de donde comenzaba el camino de arena; el lugar desde donde le vería llegar en cuanto el rey se acercara.
¡Solo que no aparecía!
―Vamos, ven de una vez ―susurraba para sí misma. Creía haberse librado de esa costumbre de hablar sola, pero al parecer retornaba a ella cuando se preocupaba; igual que la manía de morderse el labio inferior―, vamos, ¿dónde estás? ¿por qué tardas tanto?
Ciertamente, había un largo camino hasta los bosques del Oeste y tenía que cruzar la puerta, negociar, volver en un caballo cansado... pero ya debería haber vuelto.
«Oh, no» pensó, nerviosa «Ha debido pasarle algo malo»
Se tapó la cara con las manos y respiró hondo. ¿Cómo lo sabría si había sido así? Edmund no podría avisarles y ella se había callado su escapada a los bosques.
―Vuelve ya. Por favor ―siguió murmurando, apretando los puños contra su frente. Si los magos le habían apresado o le habían... lo último que le habría dicho sería que no iría buscarle. Eso le revolvió el estomago y le provocó punzadas en el vientre. ¿Por qué había sido tan cruel? ¿Y si no volvía a verle? Después de todo lo que había esperado para estar con él de nuevo.
La respiración se le aceleró de golpe y evitó que siguiera hablando sola. De todos modos, no servía de nada. Él no podía oírla.
Pero Ethel sí oyó algo. Cascos de caballo que se acercaban a toda velocidad. Se puso en pie de golpe, apartando las manos y echó a correr por el camino. Tenía que ser él, ¡estaba bien! Descendió intentando no resbalar con la arena y sujetándose la falda del vestido hasta que vio la figura que se acercaba, rodeada por una masa de polvo.
El caballo llegó hasta ella y lanzó algo parecido a un relincho al verla, solo que la mayoría de caballos de Narnia no relinchan, sino que hablan perfectamente.
―¡Majestad! ―gritó el caballo. Se detuvo antes de arrollarla con su carrera―, ¡majestad! ¡El rey Edmund ha sido apresado por los magos!
―¿Qué?
―¡Era todo una vil trampa! ¡Cayeron sobre él usando su magia y el rey no pudo defenderse! ―El caballo parecía agotado, pero aún así siguió hablando aún cuando el lomo parecía a punto de estallarle― ¡Yo conseguí escapar para venir y dar la alarma!
Ethel desvió la vista un instante. Necesitaba pensar, pero el caballo no la dejó.
―¡Debemos avisar al Sumo Monarca!
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Las Crónicas de Narnia: Cair Paravel Vs Hogwarts ¿Quién vencerá?
Fiksi Penggemar¿Cómo sería una guerra entre Cair Paravel, la gran fortaleza de Narnia y Hogwarts, el colegio de magia más famoso de todos los tiempos? ¿Vencerían los magos o las bestias parlantes? ¿Y qué motivo podría haber para que ambos mundos entraran en confli...