9: Sólo sabes que la amas cuando la dejas ir.

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Desperté algo temprano debido a la incomodidad con la que dormía. Mi cabeza se encontraba en una mala posición y tenía mis piernas prácticamente fuera de la cama, vaya manera la mía de dormir.

Me levanté y me fijé en la hora, 8:35 am. Sí, para mí eso era temprano.

Fui hasta el baño a lavarme la cara y los dientes. Y así en pijama, bajé hasta la sala donde estaba mi cuñada recogiendo unas cuántas cosas del suelo.

—Buenos días amor mío... —Pilar se dio vuelta y me sonrió.

—Buen día chiquita, algo temprano para ti ¿No? —Rió.

—Sí digamos, es que estaba algo incómoda. —Me acerqué y recogí al mini Sergio del suelo para alzarlo.— Hola mi bebé, ¿Cómo está el bebé hermoso de la casa? —Éste sólo reía. Una ternura.

—En la mañana tu galán mandó algo para ti. —Mi cuñada sonrió señalando el sofá.

Sonreí.

Algo emocionada por no decir que muy, me apresuré a llegar al sillón. Senté al pequeño ahí y tomé un gigantesco ramo de rosas de todas las tonalidades en la escala del rosado que había, el cual se encontraba por cierto, al lado de mi cartera, la que parece que no recogí anoche después de que James me viniera a dejar.

Estaba realmente emocionada, mi pulso se aceleró a mil por hora y creo que de no ser porque Pilar se encontraba ahí, hubiera brincado por toda la casa en un pie.

Dios eran tan hermosas que no podía parar de verlas y olerlas.

Pero...

Mis ojos se abrieron sorprendidos al ver lo más hermoso y... tierno que jamás había visto.

—¡¡¡¡Pili mira mi peluche!!!! —Exclamé como toda una loca y ésta se volteó y sonrió.

—Claro, él te conoce muy bien. Se nota.

No podía creer lo que veía, James había mandado para mí un peluche de tarántula con una carita muy tierna. Dios ahora sí podía morir de la emoción.

Agarré el peluche y lo estrujé contra mí sin parar de sonreír.

—¿Ya leíste la tarjeta?

—¿Cómo? ¿Cuál tarjeta? —Miré a todos lados y entre las hermosas rosas vi una pequeña tarjetita.

La saqué para leerme exclusivamente a mí.

Buen día amore. Espero que te haya gustado la pequeña sorpresa. :) Me gustaría que me concedieras a continuación mi invitación a compartir el desayuno junto a la más mona de todas en un lugar muy especial. ¿Qué dices? Sé que aceptarás así que a las 9 te recojo.

Pd: Muero por darte miles de besos.

Muero de la emoción 8.542.910.367 veces. Dios, ¿Quién no sería capaz de derretirse?

Oh no. Me quedan menos de 20 minutos.

—Lo siento Pili pero debo irme. —Sonreí dándole un beso a mi primito y llevándome todo en mano, corrí escaleras arriba para dejar todo ahí en mi cama y meterme al baño rápidamente.

Cuando salí, me cambié a toda velocidad por un jeans negro y un crop top rojo que iban a la perfección con mis tacones rojos.

Solté mi cabello y le dí unas cuantas cepilladas antes de proceder a maquillarme.

Dios mío debía apresurarme.

Rompiendo Las Reglas © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora