Capítulo 3

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Un día de diciembre en un piso de Madrid.
Le ha venido bien salir unas horas para despejarse. Es más, le ha venido bastante bien. No sabe por qué, pero se siente más motivado y con un montón de ideas para el artículo.
Comienza a escribir, y las palabras le salen solas. En menos de dos horas ya lo ha terminado. Le ha quedado bastante bien, ahora sólo falta dárselo a su director. Mira el reloj y ve que son casi las cinco, se pone el abrigo y vuelve a salir de casa para ir a la redacción.
En su móvil suenan varias músicas hasta que vuelve a sonar "Photograph". A Marcos le viene el recuerdo de cuando por la mañana conoció a Ainhoa y sonríe para sí mismo. Es una chica muy especial. Se la ve decidida, directa... Pero a la vez desconfiada. Es un poco brusca, pero está seguro que dentro de ella hay una persona increíblemente cariñosa. Y su sonrisa... ¡madre mía! ¿Y sus ojos verdes? Son precisos. Le recuerdan a los de su exnovia Lidia, a la que despues de ocho meses ha logrado olvidar del todo, pero siempre tendrá un cariño muy especial hacia ella a pesar de lo que le hizo. Verla en...
-¡Hombre! Pero si tenemos aquí al enano de la familia.-Marcos siente una mano sobre su hombro.
-Y el más guapo también.
-Sabes que no-ambos ríen.
Marcos y su hermano Rubén se abrazan. Hacía casi cinco meses que no se veían. Desde agosto, en el Arenal Sound Festival de Burriana, cuando Marcos se encontró a su hermano mayor en el suelo borracho. Cosa que enfadó mucho al menor de los hermanos, ya que odia el alcohol. Pero no se lo tiene muy en cuenta.
-Y bueno hermano, ¿que tal todo? ¿el trabajo bien?
-¿De verdad te importa?-dice en tono irónico.
-En verdad no, sólo me importa como te va con las tías-ambos ríen.
A Marcos le llega en seguida la imagen de Ainhoa y sonríe. Su hermano lo percibe en seguida.
-Uy... No me digas que te has enamorado-Rubén arquea varias veces las cejas hacia arriba de modo insinuante.
-No me he enamorado, almenos no todavía. Simplemente hoy he conocido a una chica que...
En ese momento suena el móvil de Marcos. Es el director.
-Rubén, te tengo que dejar, tengo que entregar una cosa al director de la redacción y llevo prisa.
-No pasa nada. Tira, anda.
Y tras un golpecito de ambos en el hombro, se despiden. Después Marcos contesta al teléfono.
-¿Sí?
-Ramírez, espero que estés de camino. Necesito ese artículo ya.
-Sí, sí, señor, ya estoy en la puerta, ahora cogeré el ascensor.
Y sin despedirse, el director es el que cuelga primero. Marcos anda lo más rápido que le permiten sus piernas. Coge el ascensor y sube hasta la sexta planta. Pasa por todos los despachos de la planta hasta llegar al último, el del director. Toca dos veces en la puerta y oye un "adelante". Marcos saluda con la mano y le deja el artículo sobre la mesa. El director le echa un ojo por encima, y lo aprueba. Hablan unos minutos hasta que Marcos se despide y vuelve a ir de nuevo a su casa.
De camino no deja de pensar en Ainhoa, no entiende como le ha pillado tan fuerte con esa chica. Le atrae mucho y eso que no hace ni un día que la conoce, pero es que al estar a su lado siente algo que hacía mucho que no lo sentía con alguien.

Un día de diciembre, en otro lugar de la ciudad.
-¡Ya estoy en casa!
Miriam cierra la puerta y saluda a sus padres con la mano.
-¿Dónde has estado, cariño?-a Miriam le irritan esas preguntas, odia que sus padres tengan que saber todo lo que hace.
-¿Y que más da? He salido con unos amigos.
-Miriam, te preguntamos porque nos preocupamos por ti.-dice su madre en tono tranquilo.
-¡Pues no os preocupéis tanto,que ya soy mayorcita!
Miriam sube corriendo las escaleras y con un portazo se mete en su habitación. Odia a sus padres. Se tumba en la cama, coge su móvil y se dispone a llamar a Isabel, su mejor amiga. Suenan unos "vip" hasta que al final responde.
-¿Hola?
-Isa, soy yo.
-¡Hola Miriam!-dice su amiga en tono feliz. Pero nota que su amiga no está como siempre.- ¿te pasa algo?
-Nada, lo de siempre, discusiones con mis padres.
A su amiga le preocupan mucho esos temas, porque a veces cuando Miriam tiene una discusión fuerte con sus padres, se fuga de casa un par de días.
-Bueno tía, tranquila, todos los padres son igual, todos se preocupan y nos castigan por nuestro bien.
-No, ellos son imbéciles, no me dejan nada de libertad.-Isabel prefiere no seguir con esto, así que cambia de tema.
-Bueno, dejémoslo, seguro que es una tontería, ¿que tal el día?
Miriam le cuenta a su amiga que había quedado Marcos para ir a tomar algo, pero que luego le llamó su amiga Ainhoa y fue con ellos. Pero Marcos y Ainhoa ya se conocían.
-Vaya, que casualidad-comenta su amiga Isa.
-Demasiada.-Miriam lo ha dicho de manera muy brusca, cosa que alarma a su amiga.
-¿Por qué te pones así? Sólo se acaban de conocer.
-Ya lo sé, pero hay demasiado tonteo entre ellos dos.
-Pero si por lo que me has contado, no había tan a penas tonteo-dice su amiga riéndo.
-Ya bueno... Pero yo he notado que sí había.
-Bueno y si lo hay, ¿que más dará? ¿Tienes miedo de que Marcos deje de hablar tanto contigo?
Miriam se pone a pensarlo, está llevando esa conversación por el camino que no quiere.
-No sé Isa. En fin, te tengo que dejar, tengo que hacer un par de cosas.
-Venga vale, nena. Mañana hablamos.
-Vale Isa, hasta mañana.
-Adiós Miriam, y no te des mal por eso.
Y tras un sonoro beso al aire de ambas, se despiden.
Miriam se queda unos minutos tumbada en su cama pensando sobre lo que acaba de hablar con su amiga. Ha estado a punto de pillarla, menos mal que ha cortado la conversación antes de que fuése a más.
También piensa en lo que le ha dicho Ainhoa sobre irse a vivir a Barcelona. No se lo puede creer. Ha sido muy de repente. Si se va allí no la volverá a ver en mucho tiempo, y Ainhoa es una amiga muy especial para ella.
Lo que Miriam no sabe es que no será la única gran noticia que le den esa semana.




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