Ocho lobos y un zorro

Un vampiro educado

Catherine en multimedia (^-^)

Mi móvil comenzó a sonar, rompiendo el momento de tensión.

El samurai se echó hacia atrás, liberándome de la tensión y suspirando.

- Lástima. - Dijo. - Podíamos haber acabado muy bien. - Añadió, guiñándome un ojo.

Le gruñí y correteé hasta el móvil, pero no podía transformarme en humana frente a ellos porque no tenía mi maldita ropa.

Me debatí unos segundos sobre qué hacer hasta que finalmente el móvil dejó de sonar. Definitivamente los lobos me iban a rastrear y llevarme de vuelta, pensé. Mejor, así me sacarían de aquí.

Un suspiro sonó con fuerza de nuevo, pero esta vez no venía del Samurai sangriento.

- ¿No os han enseñado modales? - La voz procedía, extrañamente, del techo, y clavé mis ojos allí, sintiendo mis ojos ajustándose inmediatamente a la falta de luz. Distinguí a duras penas una figura difusa y pálida muy quieta entre las sombras, haciéndome estremecer.

- ¿No es un poco pronto aún para salir para las sabandijas nocturnas? - Preguntó con sarcasmo evidente en su voz grave el Samurai.

El supuesto Luke rió.

- Sí, y dormiría más, pero al parecer soy el único que sabe tratar con cortesía a un invitado ... A. - Respondió, haciendo que él samurai rodase sus ojos.

- Soy Shou. Shou Ichigo. - Se presentó el samurai, lanzándome una mirada de lado.

- Luke Hemingway. - Dijo el hombre entre las sombras. Olfateé el aire, pero no capté nada. - Para servirla. - Añadió.

En ese momento el sol que ya estaba bajando terminó de esconderse por completo tras la montaña, y observé cómo algo caía con elegancia sobre el suelo. Hizo una reverencia antes de levantar su cabeza y que sus ojos color rubí se centrarán en mí.

- Espero ser de su agrado, Kitsune-ko. - Dijo, con voz suave como terciopelo.

Vampiro.

Tragué saliva y luego me di cuenta de mi descortesía y respondí a su reverencia pero, como estaba en forma de zorro, más bien pareció que estaba oliéndome las patas.

Para mi sorpresa soltó una suave risa y caminó hasta sentarse junto a mí.

- Y bien, querido Oni, ¿vas a decirme qué te ha llevado a traer a un semi demonio a nuestro hogar? - Preguntó Shou, mirando a Adrián.

Pude sentir una tensión violenta crecer inmediatamente.

Luke me tomó entre sus manos y aunque me intenté escabullir me puso entre sus piernas cruzadas y mientras me sujetaba con una mano la otra acariciaba mi pelaje como si fuese un gato.

- No es de tu incumbencia. - Respondió Adrián, de malas maneras.

Entonces comenzó la pelea. Y Dios, era malditamente impresionante.

Shou cortaba el aire con su espada con habilidad mientras Adrián creaba látigos de sangre que cruzaban el espacio entre ellos y salían despedidos aquí y allá. Y mientras tanto saltaban de un lado a otro, y daban volteretas y rodaban por el suelo como en una película de kárate kid.

Entonces un látigo estuvo a punto de alcanzarme ... Pero la mano que Luke tenía sobre mi lomo rápidamente me empujó hacia abajo y el látigo le dio a él en las piernas, quemando su pantalón allá donde había tocado.

Le miré sorprendida. Él esbozó una sonrisa y entonces lo entendí. Me había agarrado porque sabía que esto pasaría. Él ... Me estaba defendiendo.