Ciudad de México
Enero 2025Era una mañana lluviosa y fría en la ciudad.
Eran alrededor de las 2 de la tarde y en el ambiente se respiraba tristeza, todos sabíamos lo que estaba pasando y lo que pronto nos pasaría, habían dedicado las primeras planas de los diarios para anunciar que estábamos en una guerra civil, el crimen organizado estaba matando gente inocente, nos estaban matando solo para demostrar su poder, para dejarle claro al presidente que ellos eran más fuertes que él y no se detendrían hasta tener todo el país.
Mi nombre es Sofia y tengo 20 años, siempre he sido una chica que cree en el cambio, que sueña y anhela un país mejor.
Soy alguien que quiere ser escuchada, nunca falte a una marcha, nunca deje de luchar por mi país y no lo haré. Sé que este no es nuestro fin. No aún.Mi largo cabello negro cubre mi pálido rostro mientras camino a través de las calles que se encuentran repletas de gente.
gente caminando de un lado a otro, parejas tomadas de la mano, madres con sus hijos, jóvenes dirigiéndose al trabajo, todos hacia distintas direcciones, los miraba atentamente mientras me dirigía hacia el negocio de mi madre.
Una pequeña sastrería donde mi madre se dedica a hacer arreglos a la ropa de la gente e incluso diseña sus propios vestidos para vender.
Todas las tardes después de la escuela voy a ayudarle un poco con los pedidos.
Apresuro el paso y doy la vuelta en la esquina de la calle en donde se encuentra el negocio.
Pero entonces paro en seco.
— No puede ser — alcanzó a decir en apenas un susurro al ver lo que hay frente a mis ojos.
Toda la calle esta repleta de cosas, hay ropa tirada por todos lados, maletas, zapatos...
Parece que han saqueado todos los negocios.
Estoy parada mirando todo el desorden completamente aterroriza. Me quedo así unos segundos y entonces recuerdo a mi madre.
Mis ojos se agrandan y corro con todas mis fuerzas hasta donde se encuentra la pequeña sastrería.
Al llegar mis manos tiemblan de miedo, sabia lo que había pasado.
La puerta estaba abierta, doy un paso hacia enfrente para pasar y las lagrimas están a punto de salir de mis ojos.
Todos sus vestidos están en el suelo regados por todos lados, la vieja maquina de coser esta hecha pedazos en el suelo.
Y es entonces cuando las lagrimas salen. Mis piernas no aguantan más, se doblan y caigo al suelo, abrazo uno de sus vestidos y lloro desconsoladamente.
Sabia que esto pasaría muy pronto, pero no pensé que pasaría sin mí estando presente.
Se habían llevado a mi madre y no sabia a dónde, quienes, que le harían o que le habían hecho.
Aprieto la fina tela del vestido con mis manos. Las lágrimas caen tan rápido que mi vista empieza a ponerse borrosa.
Los minutos pasan y sigo en la misma posición, llorando tan desconsoladamente que no me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor, no sé qué pasó con los vecinos, no sé si los que hicieron esto siguen por aquí cerca. No lo sé y ya había dejado de importarme.
Si venían y entraban a matarme no me importaría. Mi madre no estaba y sabía que era imposible que regresara. De cualquier forma si vivía o moría mi vida sería miserable.
¿Qué haría sin mi madre? ¿Cómo podría continuar viviendo?
Sonidos de disparos me hacen reaccionar. Me limpio los ojos rápidamente y a través del orificio que hay entre la puerta y la pared alcanzo a ver a personas corriendo por la calle.
Me dejo caer sobre mi espalda y miro al techo mientras más lagrimas vienen a mis ojos.
¿Valía la pena tratar de salvarme?
El sonido de otro disparo hace eco entre mis oídos, gritos de gente y autos moviéndose por la calle.
Entonces recuerdos de todo lo que había pasado los últimos meses vienen a mi mente como si cada disparo trajera uno nuevo.
Yo gritando frente al palacio nacional con mis amigos, luchando para hacer respetar nuestros derechos.
¿Para qué había sido todo eso? ¿Lo había hecho en vano?
Otro disparo.
Yo y mi madre en la cena celebrando la aprobación de la ley que aumentaba el salario mínimo.
Tantas veces había anhelado un país diferente, tantas veces me había encontrado a mi gritando y deseando ser escuchada.
¿Porque estaba dejando eso irse por el caño?
Dos disparos más.
Reaccionó y me muevo a gatas rápidamente para cerrar la puerta del negocio.
Me limpio las lágrimas, me pongo de pie y colocó el seguro con las manos temblorosas.
La vieja cortina se agita frente a mis ojos y solo así me doy cuenta que la ventana está abierta.
Mis nervios empiezan a alterarse, me muevo rápidamente con cuidado de no pisar ninguno de los vestidos y la ropa que hay en el suelo y cierro la ventana.
Un disparo más y brinco por el fuerte sonido que este hace. Ha sido más cerca, no cabe duda.
Tomo todas las prendas que están regadas en el suelo y las pongo sobre la mesa.
Camino hacia la puerta que está al final del negocio y la abro.
Es la puerta que da hacia nuestra casa, aún recuerdo la vez que la compramos y el rostro de felicidad de mamá al ver que había un gran espacio enfrente.
"Aquí en este gran cuarto haré mi negocio, Sofi, ¿te imaginas? Al fin tendremos nuestro propio negocio, será acogedor y bonito, comprare una máquina y cientos de telas, podré por hacerte los vestidos de los colores que más quieras e incluso podría vender unos cuantos. Sería un sueño ¿no es así?"
¿Dónde estará? ¿Qué le habrán hecho?
Observo las escaleras para luego subirlas de dos en dos cerrando la puerta detrás de mi.
Siento los latidos de mi corazón aumentar con cada escalón que subo. Ya no se han escuchado más disparos ¿se habrán ido ya?
Una vez que estoy arriba corro hasta mi habitación y me fijo por la ventana.
Tres autos completamente perforados por las balas están detenidos en diferentes partes de la calle.
Mi manos se posan en mi boca en una reacción de asombro al ver cuerpos de personas cubiertas de sangre en el asfalto.
Son dos policías, una mujer y un hombre.
Más lagrimas empiezan a salir por mis ojos al darme cuenta que se trata de Esmeralda, una señora de unos 39 años de edad que tenía una tienda de flores en la esquina.
Siempre había sido muy amable con mamá y conmigo. Años pasados en el día del amor y la amistad nos regalaba rosas o en mi caso pequeños cactus pues sabía que estos eran mis favoritos.
Nunca la había visto tener problemas con nadie.
Sabía que pagaba sus cuotas para poder trabajar bien su negocio ¿qué había pasado entonces?
¿Por qué se habían venido contra nosotros?

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Criminal love
Teen FictionMéxico 2025 Lucha, destrucción, hambre, gente durmiendo en las calles, pobreza. Todo esto llenaba las calles de la cuidad de México. Una guerra imparable entre el crimen organizado y el gobierno estaba acabando con el país. Nadie podía detenerlo...