Carta 6: "La Sinagoga".

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"Porque el SEÑOR es nuestro juez,

el SEÑOR es nuestro legislador,

el SEÑOR es nuestro rey;

El nos salvará. (Is XXXIII, 22)

Respetado sumo sacerdote:

Lo sucedido en la sinagoga de Nazaret con Jesús y sus seguidores se ha repetido en nuestra región.

El día sábado el ministro pronunciaba un sermón sobre la palabra del Deuteronomio que apunta "Cuando un hombre se casa con una mujer y consuma el matrimonio, si después él no gusta más de ella, por haber visto en ella alguna cosa inconveniente escriba para ella un documento de divorcio y entrégueselo, dejándola salir de casa en libertad"

Deliberaba convincentemente dirigiéndose a los ancianos y a los fariseos diciendo: - Existe entre nosotros una divergencia en relación a la interpretación de esta palabra, sobre todo al inconveniente que puede ser estimado para divorciarse de la mujer. Algunos consideran que debería ser un asunto grave, otros que no es significativo la naturaleza del motivo sino el disgusto del esposo. De todos modos, es la ley la que faculta en última instancia al varón para tomar la decisión de despedirla en el momento oportuno-. La reflexión quedó inconclusa, por el ingreso intempestivo y alborotador del nazareno y sus adeptos que permanecieron amuchados en el umbral de la sala. El clérigo aspiró a prolongar el pregón pero fue Jesús quien continuó la prédica lanzando una interpelación desafiante como si fuese un versado en las escrituras y en la Ley: _ Eso que dices – pregunto con vehemencia - ¿qué vinculación tiene con el plan del Altísimo? Dios creó al hombre y a la mujer en condición de igualdad. Y el amor es lo único que puede unirlos como si fuesen uno. Sin amor no hay obligación alguna que les exija permanecer juntos. Ambos podrán dejarse salir de casa en libertad-.

Todos nos quedamos pasmados frente a tamaña aseveración. Algunos comenzaron a vociferar de rabia y los fariseos se levantaron de sus asientos con pretensión de arrojarlos fuera. Pero Jesús, cubrió su cabeza con la toga y fue reuniendo a cada uno de los suyos como el pastor lo hace con sus ovejas retirándose del culto, mostrando su espalda al ministro de Dios y dejando atrás a la asamblea encendida.

Este hombre es un vanidoso usurpando una autoridad que nadie le ha dado. Habló como un legislador capaz de retirar el privilegio que la ley le ha dado al varón y se atrevió a cambiar la interpretación de la escritura afirmando que en el plan de Dios la mujer es considerada en pie de igualdad al varón.

Algo tenemos que hacer inmediatamente para evitar la reincidencia de estos eventos proficientes de disturbio, malestar y confusión entre los creyentes. Hoy nos reunimos en parlamento junto a los ancianos, los saduceos y fariseos para discutir sobre lo ocurrido. Le enviamos nuestras reflexiones y sugerencias quedando a la espera de su resolución final.

Dios sea su amparo.

Con acato y veneración.

Leví Gizbar.


"JESÚS DE NAZARETH Y LA COMUNIDAD LIBERTARIA" 20 Cartas sobre el Reinado de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora