Capítulo 7: Drama.

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- Sigo sin creer que hayas dejado a Rodrigo con ella. -bufó John. Era de mañana, él estaba dejando el desayuno sobre la mesa, al fin no teníamos clase hoy, pero no puedo quejarme, estuve sin hacer nada por bastantes años, pero eso no viene al caso. Supe que la fiesta de ayer fue cancelada porque Toby hizo un incendio en el jardín de Brittany, cosa que no me extraña. Supongo que lo interesante es saber como recuperamos a Rodrigo; Bueno, eso sólo lo sabe John.

- Lo deje, sí, pero... ¿Le pasó algo? -pregunte alzando las cejas.

- Pudo haberle pasado algo. -se sentó a mi lado para empezar a comer. Antes de poder tragar su primer bocado de comida, salió Toby despeinado y de bóxer.- Al fin despertó la bella durmiente. Sientate. -le señaló el lugar frente a nosotros.

- ¿Qué pasó ayer? -se sentó apoyando los brazos sobre la mesa de madera.

- Digamos que te besaste con Sarah, Ashley, Jennifer, Eleanor, Hanna, las gemelas Patterson y con Luke. Prendiste fuego el jardín, tiraste al gato por la ventana pensando que era Superman, le bajaste la minifalda a Stephania (la cual no traía ropa interior), rompiste el plasma con el micrófono del karaoke cuando no pusieron la canción de High School Musical que querías, te caíste por la escalera, prendiste veinte cigarros en tu boca, cantaste I Will Always Love You y My Heart Will Go On, golpeaste al capitán del equipo de rugby con un palo de golf y supongo que nada más. -contestó John de forma tranquila.

- ¡Espera! -saltó Toby de su lugar.- ¿A cual Luke besé? -preguntó asustado.

- Al que se baña.

- Gracias al cielo. -suspiró aliviado.

Me quede pensando en como él no había superado el cigarrillo, ya que se puso como veinte en la boca, sin duda tengo que arreglar varias cosas. Al rato que deje de comer y me vestí fui al apartamento de Faith poniendo como excusa la devolución de mi ropa. Toque varias veces pero nadie abría, así que decidí salir a caminar mientras mis amigos se quedaban hablando.
Caminé sin dirección, aun sin poder creer lo que pasaba.

Después de recorrer bastante llegue al edificio, entré a este y vi a Libby llorando en las escaleras, sabía que había venido por Toby, me senté a su lado sin dudarlo dos veces.

- ¿Qué pasa? -pregunté tocando su hombro.

- ¡Resulta que fui a devolverle el estúpido lápiz y me echo! -exclamó en sollozos.- Dice que estoy loca y obsesionada con él, pero ayer fue a la fiesta de Brittany, lo vi besarse con Ashley, Jennifer, Elea...

- Ya sé, ya sé. -interrumpí para no volver a escuchar la lista.- Tal vez deberías... Alejarte.

- ¡Nadie me entiende! -lloró más fuerte, vi el maquillaje correrle por las mejillas.- ¡Mis padres sólo me compran ropa de calidad para llenar el vacío! Hace una semana fui a casa y ellos no estaban, ¡Les dije que iba a ir! Después la esclava Margarita me dijo: "Vete, ellos están en Las Vegas." ¡¿Sabes como me sentí?!

- A veces los padres son, ehm... Así, supongo. -en mis tiempos los padres no dejaban a sus hijos.- Pero seguir a Toby para buscar una familia no es algo que debas hacer, no vivas de otras personas. Ahora parate que tu ropa es rosa y muy costosa por lo que dijiste.

- Sí. -rió un poco parándose.- Gracias, Ray, no eres tan idiota como dicen. -dicho esto se fue, me quede sin querer saber lo que significaba eso. Fui hasta mi apartamento, antes de entrar vi la puerta de Faith, pensé en volver a tocarla pero no era correcto, así que entré a mi propiedad. Abrí la boca al encontrarme con casi todas las luces apagadas y a Brittany en lencería roja. ¿Donde estaban mis amigos?

- Te dije que no te ibas a escapar, gatito. -se acercó a mi, pasando los dedos por mi pecho.

- ¿Y los chicos? -pregunté nervioso quitando su mano.

- Dijeron que ya volvían, así que no hay tiempo. -me tomó de la camiseta, me llevó hasta el sofá que quedaba cerca y me tiró en él. Yo todavía estaba ahí con cara de miedo.- Golpeame. -gruñó sobre mí.

- No le pego a las muj... -mis palabras fueron cortadas por su fuerte cachetada.- ¡¿Qué mierda te pasa?!

- ¡¿Eres un marica?! -volvió a golpearme en la otra mejilla.

- ¡No hagas eso! -grité. Ella ignoró y me rompió la camiseta, genial, otra más.

- ¡Ponte duro! -dijo con el mismo tono que yo.

- ¿Y si hablamos de nuestros miedos? -sonreí. La puerta se abrió, allí estaban mis compañeros con bolsas y Rodrigo sobre el hombro de John, ambos con la boca abierta de la sorpresa.


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