El trato y una noche mala.

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—¿En qué demonios pensabas?—Estaban en una habitación especial, el rey jalo del brazo a su hijo y lo puso en frente de él.

—¿Pensaste que iba a aceptar así de fácil? Eso te pasa por no escucharme—Se miraban a los ojos desafiantes.

—Pues gracias a tu idiotez tu hogar entrara en guerra con los tres reinos ¿Estás feliz?—Preguntó con antipatía cosa que molesto mucho al menor.

—No será así.

—¿Por qué?

—Tengo una oferta que hacer—Sonrió decidido, el adulto arqueó una ceja intrigado—no me casare con ninguna desconocida, en cambió atrapare al líder de esos ladrones que han estado atacando a los reinos.

—¿Qué?—Miro molesto al otro.

—Estoy seguro que los reyes van a estar más que contentos al ver el culpable del robo de sus pertenencias entre las rejas, será perfecto como ofrenda de paz ¿Verdad?—Sonrió al ver como el rey quedaba pensativo.

—¿Y cómo lo atraparas? Tú no tienes habilidades para—Callo al sentir un flecha rozar su mejilla, el menor a gran velocidad había disparado una flecha a una mosca pegada la pared, miro sorprendido la Azaña, la flecha estaba clavada en la pared atravesando las alas de la mosca sin matarla.

— Me encerraste en el castillo con la estricta orden de que practicara mi don ¿Recuerdas? Gracias a eso soy bastante rápido y ágil debido a las fugas que hacía para salir—El rey volteó a verlo serió.

—Agilidad y el dominio de un arma distancia no es suficiente para el campo de lucha.

—Si, por eso me entreno la nana Mito.

—¿Qué? Demonios esa mujer—Aunque no lo crean, Mito en sus tiempos de juventud había sido una guerrera de temer, tanto en armas de distancia como luchas a cuerpo a cuerpo.

—Si aún no te convenzo puedes hacer que Kaito me vigile y en el momento en que le estorbe regresare aquí y me casare con quién tú quieras—Dijo decidido, el adulto lo miro y se quedó callao pensativo—¿Y bien?

—...

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—¿De veras Gon lo hizo?—Pronunció un Kurapika incrédulo a un Kaito pensativo.

—Si, su majestad tuvo que sacarlo a rastras, esto será problemático—Estaban afuera del coliseo vigilando que la multitud no haga desastres al salir.

—¿Cree que haya guerra?

—No lo sé—Pronunció serio, sería difícil persuadir a los reyes esta vez.

—¡Ah oficial Kaito!—El nombrado volteó a ver quién lo llamaba junto con el rubio el cual se sorprendió al ver quien era.

—¡Leorio!

—Doctor no sabía que estaba por aquí—Kaito hizo un apretón de manos con el hombre en señal de saludo.

—Hola Kurapika te ves esplendido hoy—Le sonrió al nombrado a lo que este desvió la mirada un poco avergonzado por el comentario.

—Gr-Gracias...

—¿Qué hace por aquí Leorio?

—Había venido a recoger los ingredientes para una medicina pero me entere de que nuestro príncipe tenía unas cuantas pretendientes—Dijo con un poco de risa—jamás pensé que haría ese tipo de espectáculos ¡Sin duda es único!

Un secuestro de leyenda. KilluaxGonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora