Capitulo 2

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Cuando llegue a la casa de Barbara la única que faltaba era Charlotte. Típico, ella siempre llegaba tarde a donde fuese.

Las chicas estaban sentadas en el piso del cuarto de Barbara. Su habitación era espaciosa y grande. Estaba diseñada de un forma genial; combinando lo moderno con lo antiguo. 

Me senté y comenzamos a hablar.

-¿Qué proponen como aventura este año, chicas?- dije.

Todos los años, al comienzo, decidíamos planear como entrar a algún lugar, investigar sobre el o lo que sea. Queríamos una aventura que haga que la adrenalina fluyera por nuestras venas.

Amber propuso investigar la vieja mansión abandonada que quedaba de camino al instituto. La idea fue anotada en todas nuestras libretas pero ninguna se entusiasmo mucho con esto.

Todas planteamos ideas diferentes; poner una alerta de bomba en el instituto y recorrerlo sin que nadie nos diga a donde podíamos entrar y donde no o cosas de más o menos ese tipo, pero la idea más brillante fue la de Alissa. Ella quería entrar a la biblioteca de la universidad que quedaba a tres millas de aquí. Esta biblioteca no era una cualquiera. Contaba con todo tipo de alarmas, por dentro y por fuera y además tenía rayos X por si alguien lograba entrar a la sala principal. Era un biblioteca muy importante que ya contenía libros muy viejos y buenos de estudio y de todo tipo. Y era un edificio muy valioso también.

Era todo un reto. No pensábamos robar ni destruir nada así que no estábamos cometiendo ningún delito- bueno, en realidad si, estábamos invadiendo una propiedad privada-.

Planear todo esto nos iba a llevar menos de un año; teníamos que conseguir equipos para escalar hasta el techo, precisábamos técnicas para desconfigurar alarmas y si no era posible tendríamos que aprender a pasarlos, además de que tendríamos que ir a investigar la zona para averiguar si habían guardias de seguridad y estudiar la estructura.

El punto es: ¿Porqué hacíamos esto? Por diversión. Solo por eso. No queríamos vivir con normalidades así que esta era nuestra forma de romper las reglas de la realidad.

Igualmente este año era el triple de arriesgado comparando las cosas que hicimos los años anteriores.

De repente las dos puertas del cuarto de Barbara de abrieron y entro Charlotte. Cielos, como demoraba esa chica en llegar.

-¡Les tengo una noticia increíble!- dijo la rubia que acababa de entrar en la habitación.

No espero a que ninguna contestara.

-Este Sábado abra un fiesta en la casa del bombonazo de Zack Evans y !Estamos invitadas!- dijo nuestra loquisima amiga Charlotte.

-¡Oh rayos!- dijo Barbara.

Todas estábamos sorprendidas ya que muy pocas personas del instituto son invitadas a esa fiesta.
La mayoría de las personas que iban eran de institutos de ciudades cercanas. Además, ese chico era muy conocido ya que para todas las chicas resultaba ser muy "atractivo". El iba a nuestro instituto y estaba en sexto grado. 

La fiesta se realizaba en su enorme casa en esta ciudad. Tenia una hermosa vista a la playa y a su costado se encontraba un inmenso bosque.

-Como hiciste para lograr introducirnos en la fiesta, pequeña zorra?- dijo Sophie acomodándose su largo pelo castaño detrás de sus orejas.

-Mi novio es amigo de un conocido de Zack- dijo con una gran sonrisa de satisfacción- y nos dejó ir,  ¿Cómo hizo para convencerlo de que entremos? No lo sé, ¡Pero el punto es que iremos!

Mientras hablábamos la mama de Barbara entro a la habitación con una bandeja de muffins. Siempre que íbamos nos preparaba algo para comer.

-Esta hermoso el día, ¿Porqué no salen a respirar algo de aire fresco?- dijo Margaret, la mama de Barbara.

Ya que ella tenía razón decidimos salir al enorme jardín que tenían. Allí habían unos bancos muy lindos y nos sentamos.

Nos pusimos a conversar sobre nuestro día en el instituto. Amber y yo estábamos en la misma clase, luego, todas estaban en clases diferentes.

Alissa y Charlotte que eran las únicas que tenían un novio formal nos contaban lo horrible que era tener a sus chicos en otras clases.

A la hora de irnos, la madre de Barbara se ofreció a llevarnos a todas a nuestras casas ya que tenía que hacer las compras.

Cuando llegué a mi hogar nadie estaba allí. Ni mis padres, algo que era muy normal. ni mi hermano, que seguramente se quedaría en la casa de algún amigo. Las noches que mis padres no volvían a casa por el trabajo solía quedarse en las casas de sus amigos, ya que yo no podía llevarlo a la escuela por la mañana. Pero como yo me podía encargar de mi misma me quedaba en casa.

Tomé un vaso de leche y subí a mi habitación. Estaba exhausta y caí en un profundo sueño apenas apoyé la cabeza contra la almohada.




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