La semana había transcurrido muy rápido y yo todavía no me decidía que usar para la fiesta de ese día. Estaba indecisa.
-Oye Barbi, ¿Qué usaras para la fiesta?- le dije al teléfono a mi amiga.
-No lo sé aún, pero voy a ir de compras, si quieres puedes venir conmigo y nos ayudamos a elegir ropa, ¿te parece?-.
-Por supuesto, en media hora estoy en tu casa y de allí salimos, nos vemos-.
-Adiós- contestó.
Esa chica era inigualable y era con la que mejor me llevaba. Me encantaba lo buena amiga que era con todas y el carácter fuerte que ella tenía. Era una persona admirable.
Fui a mi ropero y elegí una chaqueta negra de cuero, unos jeans negros y mis botitas all stars, negras también. Me miré al espejo y observé mi cuerpo. Tenía los músculos de las piernas delicadamente marcados gracias a que practique deporte toda mi vida y además yo era una persona alta, no demasiado pero resaltaba un poco sobre todas las chicas.
Era irónico, porque pro mi vestimenta parecía una chica ruda pero por dentro era alguien sensible. Era increíble como mi apariencia engañaba pero a la vez era una ventaja; las personas tenían cuidado al acercarse a mi y muy pocas se atrevían a llevarme la contra.
Salí de mi casa y me dirigí a la parada del autobús. No había nadie en casa como para llevarme y estaba deseando tener mi propio automóvil. Ya había decidido cual quería.
Sumida en mis pensamientos no me percate que había pasado un autobús pero por suerte, en seguida paso otro y me subí. Pagué y caminé hacía el fondo.
Cuando llegué a la casa de Barbi ella estaba sentada en un banco que había en la entrada.
-Mamá nos lleva hasta el centro comercial-.
-Okay-.
-Esta esperando en la cochera, vamos para ahí-.
Fuimos hacía la cochera y me subí en la parte trasera del auto de Barbara y ella subió por el otro lado para sentarse junto a mi.
-Buenos días señora Cox- la saludé con una sonrisa.
-Buenos días preciosa, ¿Como va todo?-.
-Todo va bien- le contesté. No tenía muchas ganas de entablar una conversación así que no seguí hablando.
Al llegar al centro comercial la mamá de Barbara nos saludó y se fue. Entramos y comenzamos el tour de las compras. Fuimos a muchísimas tiendas de ropa. Yo me había enamorado de un vestido negro que iba por arriba de las rodillas, ajustado y además era de manga larga. También me elegí una chaqueta de Jean y unas plataformas doradas. Además, me había comprado algunos shorts, remeras y Vans, algunas camisas y polleras ajustadas- mis favoritas-.
Barbara también se había comprado un vestido para la fiesta y se había elegido un montón de ropa.
Ninguna de nosotras- incluyendo a nuestras demás amigas- tenía problemas con los gastos en ropa, algo que valoraba mucho de mis padres ya que trabajan todo el día para cumplir con cada cosa que nos hiciera falta. A las demás les pasaba lo mismo, sus padres trabajan todo el día y volvían tarde en la noche. Igualmente yo daría lo que fuese para estar mas tiempo con ellos. Me hacía falta tener a mis padres en los días.
Al irnos, nos tomamos un autobús hacía la casa de Barbara.
A las 8 irían las chicas hacía allí para poder vestirnos, arreglarnos e ir juntas. Ninguno de nuestros padres podía llevarnos, pero accedieron a que nos lleve el novio de Alissa.
-Hola hermosas- nos saludó a Barbara y a mi Sophie cuando entró al cuarto de Barbara.
Detrás de ella fuerón apareciendo las demás; Alissa, Amber y Charlotte.
-Bueno chicas, ya que llegaron todas comencemos a arreglarnos- dijo Barbara.
Yo dejé mis cosas sobre el baúl que había a los pies de la cama.
Primero me puse el vestido negro que había elegido, después fui al baño con mi estuche de pinturas y me pase rimmel en las pestañas y me pinte los labios de rojo opaco. El color rojo en mis labios era algo vital ya que resaltaba su forma y me encantaba. No quería excederme con el maquillaje ya que me vería como un puerco de laboratorio.
Luego, me solté el pelo y me lo dejé hacía adelante. No precisaba plancharlo ya que la forma natural de mi cabello era lacio.
Me puse las plataformas doradas- que en verdad me encantaban- y la chaqueta de jean.
Me observe en frente al espejo y me encanto lo que vi reflejado. Estaba muy conforme con mi apariencia.
Cuando todas habíamos terminado de vestirnos y arreglarnos Alissa llamo a su novio para que pasará por nosotras. Cuando llegó nos subimos al auto en la parte trasera y algunas en la falda de la otra ya que no daba el espacio. Alissa iba adelante con Bruce, su novio.
ESTÁS LEYENDO
Midnight
Teen Fiction-A la medianoche estaré ahí- dijo con una sonrisa cautivadora. -Dije que no quiero salir contigo- le contesté. Se acercó a mi y me miró a los ojos. Se quedo quieto y observándome. Era una persona indescifrable. Nunca sabría que se vendría luego de...