Después de haber visitado a mi psicólogo, este me dijo que una de las cosas que podía ayudarme, era escribir todo lo que sentía, y estaba viviendo. Para si poder saber más rápido que es lo que tanto me molesta de mi misma. Y para detectar el problema que hay en mí.
Al principio cuando me dijo esto, lo quedé mirando con el ceño fruncido. "Será como si estuviera escribiendo en tu diario de vida" fueron las palabras que utilizo. Supongo que está en lo cierto, después de todo, debo escribir cada vez que me sienta mal conmigo misma. Y por lo general eso es siempre...
La verdad nunca había escrito en un "diario de vida" antes. Tenía la manía de ir repasando las cosas que me sucedían, en mi mente antes de ir a dormir. Supongo que para mí, eso contaba como un diario de vida.
Supongo que para que esto funciones debo decirte mi nombre... O donde vivo. Cosas por el estilo.
+Bueno mi nombre es Elise
+Tengo 16 años.
+Soy del este de Canadá.
+Vivo con mis padres y mi hermana y hermano.
Supondré que el resto de la información te la iré diciendo, a medida que valla escribiendo, ¿Te parece?
Ah, se me quedaba un gran punto.
+Soy anoréxica.
+Me auto lesiono.
Bueno la verdad el motivo por el cual asisto a psicólogo es por aquellos dos últimos puntos mencionados.
Tal vez te pregunta cómo fue que empezó todo esto de la enfermedad. La verdad no lo recuerdo. Soy conciente de que la anorexia siempre estuvo presente. Pero hace ya dos años que empezó en su punto máximo.
Recuerdo primero era así: comía más de lo normal al almuerzo, en la once no cenaba. Si comía algo dulce y con calorías, al día si gente no tocaba la comida. Después de cenar siempre hacia ejercicios. Tomaba litros y litros de agua. Siempre, pero siempre estaba haciendo algo. No me gustaba estar sentada, ya que para mí eso engordaba más.
Luego empezaron los vómitos: cómo ya estaba acostumbrada a comer muy poco, supongo que mi estómago se achico al tamaño de mi puño. Creo. Como era pequeño, y había ocasiones en las que comía bastante, sentía la necesidad de expulsar todo aquello que tenía dentro. Además si no lo hacía, el estómago me podía doler el día entero de tan copado que estaba. Entonces fue ahí donde inconcientemente me inducia al vómito. Al principio me juré que sólo sería de vez en cuando, y que cuando sintiera que ya estaba bien, lo pararía. Grave error. La verdad nunca tuve en cuenta las consecuencias que traía eso. Creí ingenuamente que podría detenerlo cuando yo quisiera, que si lo deseaba podía pararlo. Lo que no supe, fue que una vez que comienzas no puedes parar más. Es cómo un círculo vicioso, siempre dices una última vez más, pero dentro de ti sabes que no es verdad, y que tarde o temprano sentirás la necesidad de volverlo hacer.
Creo estuve así medio año, ya era rutina: vomitar después de haber comido "mucho" -para mi haber comido mucho, es en realidad una porción de alimento normal, para una persona- normalmente esto era en la noche, después de cada cena, y de vez en cuando después de almorzar.
Cuando supe que el vómito provocaba que mis dientes perdieran su esmalte, empecé a preocuparme. Entonces me dije »Si no comes no vomitas, si no vomitas tus dientes no pierden la blancura. Hay que dejar la comida. « Creo fue ahí donde me derrumbe.
La verdad fue algo sumamente raro, de un día a otro sentía cada vez más asco por los alimentos, había algo dentro de mí que decía que si comía eso me haría mal, y lo peor, engordaría. Era como si cada vez un pequeño susurro se escuchara en mi cabeza.
Recuerdo un día que mi mamá preparó alfajores, que por cierto estaban muy ricos. Comí hasta que mi estómago no pudo más. Después de eso subí a mi cuarto con la intención de poder hacer algo que me distrajera, ya que me había prometido que mantendría la comida dentro. Entonces de la nada algo dentro de mi empezó a susurrar: »Mira lo que has hecho, cómo pudiste ser capaz de comer tanto. Engordaras como un cerdo. Cobarde no eres capaz de ir y vomitar de una buena vez. Cobarde... eres una cobarde Elise«
Y por supuesto, demostrándole que no era una cobarde, sin darme cuenta termine encerrada en el baño con los dedos anulares en la boca. Supuse que eso bastaba para no volverla a escuchar... Sirvió, de la nada se calló, pero con el tiempo cada vez que volvía a comer esa pequeña voz aparecía. Pero está vez más fuerte que la anterior.
Los días así se convirtieron en un completo infierno, cada vez esa insaciable voz me hablaba en mi cabeza. Decía cosas horribles. Me hacía hacer cosas que yo no quería.
Yo la llamo "Ella". Es cómo sí mi subconsciente me estuviera hablando. Mi otra yo. Quién mejor que "Ella" para manipularme. Conoce todos mis secretos y miedos... Fue así cómo también caí en lo de la autolesión...
Hoy después de una larga investigación, horas interminables de conversación con mi psicólogo. Descubrí que no soy la única que la oye. Que hay más personas que sufren lo mismo que yo. Que la oyen.
General mente todo empieza con un leve susurro en tú cabeza, que cada vez se hace más fuerte. Más continúo... hasta que termina controlándote por completo. Y lo peor, no hay escapatoria. Jamás podrás lograr callarla.
Es cómo sí estuvieras en un laberinto, y la única salida sea cumplir sus deseos. Para mi desgracia sus deseos son malos, crueles. Terminan haciéndome daño.
Temo no poder aguantar y seguir peleando está incasable guerra conmigo misma.
Temo que llegué un ponto en el cual me quiebre y termine haciendo lo que más anhelo en este momento...
Abecés pienso que no es tan difícil... Que es la única salida para poder callarla de una vez y para siempre.
La verdad no estoy segura sí sería capaz de hacerlo. Tal vez ella tiene razón, soy estúpida y cobarde. No valgo la pena seguir en este lugar, lo único que hago es estorbar y dañar a quienes me quieren e intentan ayudarme para que toda esta pesadilla termine. Pero por desgracia, las pesadillas no siempre terminan cuando despiertas...
Cada vez ciento no tengo fuerzas para luchar, y que tarde o temprano "Ella" terminará ganando está batalla. Por fin obtendrá lo que quiere. Por fin todo acabara de una Puta y buena vez... Sin duda ahí una parte en mí que aún tiene las esperanzas de que pueda salir adelante. De que todo esto terminara y volverá a ser como antes. Pero claramente "Ella" cada vez se encarga de ir eliminando aquella esperanza.
Temo me consuma por completa y termine haciendo lo que tanto anhela... Temo suicidarme...
Tristemente Elise.
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El diario de una anoréxica #Wattys2016
Teen FictionLa única forma de desahogarme es por medio de las hojas...