Our Little Secret.

Capitulo 11.

  —Así que... ¿Un duende?—Cuestione. El asintió—Bueno es un tanto lógico porque, eres irlandés y los duendes son de Irlanda ¿o no?—reí.

—No seas idiota—refunfuño—Aunque, si, los duendes son de Irlanda—razonó. Asentí orgullosa de mi teoría.

—Si pero ahora... ¡¿POR QUE NO ME DIJISTE NADA?! ¡ERES UN PÉSIMO MEJOR AMIGO!—chille indignada.

—Bueno, tienes derecho a gritar—dijo tapando sus oídos—Pero no lo podía decir, es un secreto como el tuyo, no se lo puedes decir a nadie ¿Entiendes?—explico. Asentí.

El tenia razón porque, no podía venir y de la nada decirme "Oye, Caroline, soy un duende, algo que no es raro porque soy de Irlanda ¿Qué tal?"

Definitivamente no.

—Esta bien, lo siento ¿Vale?, solo estoy sorprendida ¡Eres un jodido duende, James!—chille.

—Y tu un vampiro, y no te digo nada—se encogió de hombros. Abrí la boca para decir algo en mi defensa, pero no tenia nada. Al final acabe dándole la razón y volvimos con los chicos.

Verán, al entrar a casa junto a Jawadd, me encontré con la grata sorpresa de que cierto irlandés estaba solo en short, con unas largas, puntiagudas –y debo admitir que espeluznantes– orejas, con ojos amarillos y peleando con Preston, no era de esperarse, de seguro todos cuando entran a sus casa van directo al sofá a ver Tv, así como yo, pero no.

Yo me encuentro a mi mejor amigo hecho todo un duende.

Literalmente.

Acabe arrastrándolo a la "habitación secreta" y pidiéndole explicaciones.

—Y bien...—habló Josh mirándonos. Me encogí de hombros.

—Ya todo esto es normal para mi, así que no hay problema—dije recostándome mas en el sofá.

Mire toda la sala, solo veía rostros masculinos. Fruncí el ceño.

— ¿Alguien sabe donde esta Blair?—cuestione. Ellos negaron.

—Ya llego por quien lloraban—canturreó la aludida.

—Hasta que apareces ¿Dónde estabas?—preguntó Preston.

—Por ahí—se encogió de hombros restándole importancia.

Arquee una ceja.

—Bien—respondió el.

Ella se sentó en el sofá individual. Se cruzó de piernas y acto seguido centro toda su atención en sus uñas, ignore eso y proseguí en hablar con los chicos sobre el partido que hubo en el instituto –al cual regresaremos dentro de unos días–. Seguí conversando con James y Preston luego de un rato sobre que pueden hacer lo duendes, y me pareció curioso que algunos manejen uno de los cuatro elementos.

—Uh ¿en serio?—pregunte asombrada. El asintió.

—Si ¿quieres ver?—pregunto mientras se levantaba.

— ¡Siii!—chille ansiosa y lo sigue hasta el jardín trasero.

—Bien, yo manejo el agua ¿ves?—habló alzando su mano derecha hacia el pequeño riachuelo que había y formo una estrella. Ahogue un chillido y comencé a saltar emocionada en mi lugar, James rió y ahora formo una flor. Acerco la flor hacia mí y habló: —Una flor para otra flor.

Sentí mi mejillas arder y sonreí mientras tocaba un pétalo de la flor hecha de agua.

—Gracias—sonreí mirándolo.

Admito que tengo ver hacia arriba, soy muy baja y este tierno duende muy alto. Oh espera ¿Un duende alto? Uau.

En fin.

—De nada, pequeña—dijo sonriendo. Dejo la flor y me abrazo, le devolví el abrazo y así nos quedamos un pequeños rato.

Y cuando estaba por dormirme, el me hablo:

—Louise, ¿te parece si entramos?—preguntó. Solté un quejido y me acurruque más en su pecho, el rió.

No se escucho nada mas hasta que sentí que el se levantó –aun conmigo sobre el– y con una mano debajo de mis piernas y otra en mi espalda baja, me logró sostener firmemente y acto seguido comenzó a caminar hacia dentro.

— ¿A tu habitación?—preguntó. Asentí adormilada y sentí como abrió la puerta para entrar.

Pasamos por la sala y yo ya estaba por quedar inconsciente.

— ¿Qué pasa?—escuche a Dylan preguntar. James se encogió de hombros.

—Solo tiene sueño, la llevare a su habitación—respondió.

Supongo que asintió ya que James solo continuo caminando hacia mi habitación. Una vez ya en el, Collins me dejo sobre la cama y me cubrió con la manta, estaba por irse pero lo tome del brazo, el me miro confundido y yo solo sonreí.

—Quédate conmigo—murmure.

El solo rió.

—Vamos, tu pecho es cómodo si se usa como almohada—confesé. Y eso hizo que estallara en carcajadas.

Digamos que no digo cosas muy coherentes cuando tengo sueño. Así como ahora.

—Jameeeees—me queje—Vamos, túmbate conmigo.

—Bien, bien, ya voy—dijo riendo. Sonreí y le hice un lado en la cama mientras el se quitaba los zapatos.

Para su suerte, traía puesta un pantalón de algodón y una camiseta manga corta blanca.

Al menos dormirá cómodo.

Se acostó a mi lado e inmediatamente recargue mi cabeza en su pecho mientras el me abrazaba, dio un beso en mi coronilla y nos cubrió nuevamente con las mantas.

Podría estar así el resto de mi vida.

—Buenas noches pequeña.

—Buenas noches duende—susurre apretándolo mas a mi.

Y así sin mas, caí en un profundo sueño junto a mi adorado teñido.   

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Capitulo corto:( 

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