Capítulo 128

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  — Meghan... ¿qué pasa? — dije tocando su hombro con mi mano y algo nervioso
  — ____... Está... — dijo Meghan con la voz entre cortada
  — ¿Cómo está _____ Meghan? — dijo Alonso ayudándome a sentar a Meghan en una silla de la sala de espera
  — Ella... — dió un gran trago de aire para poder sacar tres palabras — está en coma — Meghan tapó sus ojos con las palmas de sus manos y comenzó a llorar desconsoladamente

Me quedé perplejo, como puede ser posible que ella, mi _____ estuviese en coma.
Mi mente estaba paralizada hasta tal punto en que las lágrimas comenzaron a emanar de mis ojos sin yo siquiera estar consciente de ello, mi cuerpo estaba ahí, en la sala de espera de ese lúgubre hospital, donde las sombrías paredes de concreto hacían juego con el choque de emociones que se almacenaban, pero mi mente se encontraba paralizada en un abismo de soledad donde las voces y ruidos que me rodeaban, se convertían en simples ecos que me consumían poco a poco...

  — Jos, Jos — dijo Alonso sacandome de mi trance — ¿estás bien? — puso su mano sobre mi hombro
  — No — miré hacia el piso — NO — miré fijamente a los ojos a Alonso, quité rápidamente su mano de mi hombro y me puse de pie — ¿Cuál es el número de habitación Meghan?
  — Doscientos veintidós Jos, pero es necesario que...
  — Necesito verla, quiero verla

Me heché a correr por el pasillo del hospital hasta llegar al área de salas, Meghan, unos doctores y Alonso me  seguían mientras éste último gritaba "¡JOS, DETENTE, ¿ACASO ESTÁS LOCO?!" yo sin embargo lo ignoraba y seguía corriendo.
Mi corazón se aceleraba y las lágrimas salían de una manera desmedida.

Al fin me topé con la puerta de la habitación donde se encontraba _____, abrí la puerta y ahí estaba, su rostro lleno de moretones y heridas, recostada en la cama de hospital, con sus ojos cerrados y conectada a muchos aparatos.
Me acerqué a su cama, y me puse en cuclillas, mi corazón se aceleró al tomar su mano, besé delicadamente su mano y con el poco aliento que me quedaba le susurré suavemente:

  — Soy un completo bobo

Inmediatamente solté su mano, recargué mi rostro sobre la cama y rompí en llanto, segundos después sentí una mano sobre mi espalda, hice caso omiso y después esa persona me susurró al oído:

  — Vamos Jos, es hora de irnos — por el timbre de voz supe inmediatamente que se trataba de Meghan

Alonso Meghan ayudaron a levantarme y después salimos todos juntos de la habitación.

(...)

  — Toma — Meghan me entregó un tipo gafete enmicado
  — ¿Qué es esto? — dije examinando el gafete
  — Es para que veas a _____ — me regaló una media sonrisa — se lo iba a dar a Tom pero creo que tú lo necesitas más que él — dió un leve golpe en mi espalda
  — Gracias Meghan
  — Por nada, ahora — se paró de su silla — debo asegurarme de que mamá y papá no se enteren
  — ¿Por qué?
  — Ellos son muy conservadores, el promedio estimado en un coma es de trescientas sesenta horas
  — ¿Quince días?
  — Sí, si no reacciona al tratamiento en ese periodo, una de las opciones más viables para el familiar es desconectar al paciente
  — Y... ¿qué tiene que ver que tus padres sean muy conservadores?
  — Pues... Ellos piensan que, cuando una persona está en esta situación, lo mejor es desconectarla lo antes posibles, así, según ellos, se termina más pronto el sufrimiento de la persona y sus familiares
  — Osea que la desconectarían inmediatamente
  — Eso mismo
  — Pues... En ese caso... Es mejor no decirles
  — Sí, ellos creen que estoy de vacaciones con Tom en Cabo
  — No conocía tu lado malo Meghan
  — Todo por proteger a mi hermana — me regaló una media sonrisa
  — Es la primera vez que te escucho hablar español con fluidez
  — Perfeccioné mi lenguaje 
  — Bien por ti
  — Bueno Jos, no es por correrte pero, ve con ______
  — En verdad Meghan — deposité un beso en su mejilla — gracias
  — Ok Boy, let's go — sonrió levemente

Corrí hacia la habitación donde se encontraba ____, abrí la puerta lentamente y de igual manera la cerré después de pasar.

  — Hola — dije con voz suave acercándome a la cama donde se encontraba _____ — soy yo, Jos — arrimé una silla al pie de la cama de ______
Comencé a recorrer su rostro lentamente con las yemas de mis dedos, era duro para mí ver ese bello y delicado rostro, dañado, demacrado, las yemas de mis dedos se toparon con sus labios, esos preciosos y carnosos labios rojos que ahora se encontraban de un tono morado.

  — Dicen que la gente que se encuentra así escucha... Te juro que — dije mientras seguía tocando su rostro — te cuidaré, todo el tiempo, o al menos éstos quince días, estaré contigo, sé que resistiras, tú eres fuerte, trataré de ser fuerte por ti... — tomé su mano y las lágrimas comenzaron a salir — Soy un llorón, ¿no crees? — lancé una pequeña sonrisa de lado — como sea, después de que salgas de esto, y sé que lo harás, quiero que sepas que no busco que me perdones, me comporté como un completo estúpido y de eso estoy más que seguro, o mejor dicho, un completo bobo, no pido que me vuelvas a amar como antes, no pido volver a ocupar un lugar en tu corazón, es más, si quieres ni la mirada me dirijas. Después de esto no espero que me perdones, aunque, yo no sea tu Bobo Favorito, tú eres mi idiota favorita y eso nunca va a cambiar, aunque tú no me ames, ______ estoy seguro de que eres el amor de mi vida y nada ni nadie me hará cambiar de parecido — deposité un beso en su mejilla
 

«Mi Bobo Favorito» J.C. y Tú |SIN EDITAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora