revelacion

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Me desperté cuando los rayos del sol que se colaban por la ventana, dieron de lleno en mi cara. Estaba tan exhausta. Casi no había podido dormir, debido a lo que paso la noche anterior. No podía creerme todavía que yo... yo... había besado a Jacob, y muy apasionadamente. De repente, sentí un tacto helado por mi espalda, no me sobresalte, recordaba todavía aquella charla que tuve anoche con mis padres, que me resulto tan acogedora. Era como si ellos fueran mis padres. Era tan sencillo contarles mis problemas...

Me había quedado dormida en los brazos de mi padre, como cuando era niña. Como todavía tenía los ojos cerrados, los abrí poco a poco, hasta que se acostumbraron a la luz. Entonces alce la cabeza, y lo descubrí mirándome atontado y mostrándome una gran sonrisa.

-Hola - lo salude media dormida aun.

-¿Cómo estas? - me pregunto él.

-Mejor que anoche, eso te lo aseguro - le mostré una media sonrisa, que el correspondió con otra.

Mi cabeza volvió a apoyarse contra su pecho, pero por alguna razón sentía que seguía mirándome. Y eso me ponía nerviosa y un poco incomoda. Asi que alce mi cabeza de nuevo. En efecto, seguía mirándome de la misma manera que antes.

-¿Qué ocurre? - le pregunte.

-¿A que te refieres?

-¿Porque me miras de esa forma?

-Ah, pues... - estaba nervioso por alguna razón - que... no sé cómo lo haces.

-¿Hacer que? - pregunte confundida.

-Ser tan encantadora y dulce con todo el mundo, no importa que tan cabezota o molesto pueda ser - me explico y si no fuera vampiro, juraría que se hubiera puesto tan rojo como un tomate.

Sonreí, me alegraba saber que él creía eso de mí.

-Me gusta ser así, aceptar a la gente por lo que es.

Me sonrió, y antes de que pudiera hablar, mi madre se empezaba a mover bajo las mantas y el frio brazo de mi padre.

-Hola - murmuro ella con voz ronca.

-Hola - dijimos mi papá y yo al mismo tiempo.

Nos reímos ante la coincidencia.

-Bueno, yo... - me levante del sofá - iré a la cocina por un bocadillo - mire a mi mamá -. ¿Quieres que te traiga más sangre, Bella?

Ella negó con la cabeza, todavía medio dormida.

-De acuerdo - me disponía a salir de la sala, pero luego me gire hacia mi padre -. Ah, y gracias Edward, me ayudaste mucho anoche.

-Por nada, cuando gustes.

Les sonreí a los dos, y salí de la habitación. Entre en la cocina, me dirigí hacia la nevera para sacar todo lo necesario para hacerme un sándwich con jamón y queso.

Muy bien, tengo: pan, jamón, queso... ¿Que me falta?... ¡Ah, claro! Un cuchillo.

Camine hacia el cajón de la encimera, lo abrí y saque el cuchillo. Corte mi pan a la mitad y le agregue el resto de los ingredientes. Regrese el cuchillo a su lugar y le di una mordida a mi bocadillo, pero cuando me gire... Mi cuerpo se estampo con la persona a la que menos quería ver ahora, irremediablemente las imágenes de la noche anterior se arremolinaron nuevamente a mi mente.

-Hola - murmure, aunque sin mirarlo.

-¿Dónde estuviste toda la noche? Te estuve esperando, pero jamás apareciste.

Esta vez, sí que lo mire; sus hermosos ojos negros estaban con un tinte entre la preocupación y la culpabilidad.

-Estuve con Edward y Bella anoche - le conteste.

El pasado de un loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora