la verdad

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Hola Renesmee.

La bebé me sonrió en cuanto me vio ingresar a la habitación, su sonrisa era tan hermosa. Cargue a mi yo pequeña del suelo con cuidado, donde minutos antes estaba jugando con unas cucharas; me puso una de sus manitas en la mejilla y me mostro la imagen de mi madre toda decrepita, por supuesto ahora no lucia así, había mejorado mucho.

-Pronto la podrás ver, lo prometo pequeña.

Al poco rato, Renesmee quedo dormida en mis brazos. Era una situación un tanto extraña esto de tener a tu yo pequeña en tus brazos, aunque ya habían pasado dos días desde mi nacimiento, todavía no me acostumbraba del todo.

Rosalie entro a la habitación en ese momento.

-Hola Nessie.

Le hice una señal para que guardara silencio, no quería que Renesmee se despertara. Mi tía se acerco despacio.

-Creo que ya es tiempo de acostarla - me susurro mientras miraba a la bebé con ternura.

Asentí con la cabeza y la deslice suavemente sobre sus brazos fríos. Rosalie me sonrió antes de salir de la habitación.

Me recosté contra el marco de la puerta y cerré mis ojos, pensando que hoy era el dia... el dia de mi partida según Lena. No había dejado de pensar en sus palabras: En dos días podrás volver a tu hogar... todo empezara a partir de esta noche. Y esa noche ya había pasado. Ahora mi madre estaba en el proceso de convertirse en un vampiro, y si Alice no se equivocaba, hoy despertaría.

Mi papá no había abandonado la habitación donde se encontraba mi madre por nada del mundo. No quería abandonarla. La había ido a visitar ayer y me encontré con que, ahora sí, era verdaderamente mi madre; ya no era la humana destruida de hace unos días, ahora era el ser hermoso lleno de vida que yo conocía. Podía sentir el latir de su corazón. Iba a despertar pronto. Lo sabía.

Eche un vistazo a la habitación donde me encontraba. El gran piano de mi padre se encontraba ahí, hacia mucho que no tocaba...

Camine despacio hacia el piano que siempre adore desde pequeña. Toque una de las teclas con cuidado, como si fuera a romperla ante el más mínimo roce. Me senté en el banquito y coloque mis manos sobre las teclas preparándome para interpretar una pieza. Intente recordar alguna canción que me supiera de memoria. Pensé en mi padre y en mi madre, en lo mucho que los amaba; pensé en mis tíos, en la pequeña Renesmee, en Jacob... En toda mi vida. Y fue cuando recordé la nana de mi mamá, la nana que siempre estuvo presente en mi vida, y una de las composiciones especiales de mi padre.

Cerré mis ojos y me dispuse a dejarme llevar. Era indescriptible la calma que en este momento me llenaba con solo oír la música fluir del instrumento. Mientras tocaba, recordé un momento en específico, con toda mi familia, en este mismo salón, y con esta misma música llenando la habitación.

...

Era navidad. Habíamos venido con los niños a la Mansión Cullen. Sarah corrió a abrazar a sus abuelos apenas abrimos la puerta, yo llevaba a Johnny en brazos y A.J. fue con Emmett y Jasper a jugar a los videojuegos. Jacob y yo nos acercamos a mis padres y los saludamos.

El resto de los chicos de la manada, con Billy y Sue incluidos, llegaron a la fiesta también (los chicos con sus respectivas imprimaciones e hijos). Mis abuelos, Charlie Swan y Reneé Dwyer también vinieron.

Ya pasada la medianoche, todos los niños corrieron a buscar sus regalos bajo el árbol. Estaban muy emocionados como siempre.

La única a la que no podía localizar era a mi hija. La busque en todas las habitaciones, pero no estaba en ninguna. Hasta que la descubrí sentada frente al piano de mi padre, lo miraba como si fuera la cosa más interesante del mundo. Entre y me senté junto a ella.

El pasado de un loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora