*Capitulo 20*

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Narra Niall:

-No creo que...-Empecé a decirle a Bea.

-¡Bea!.-Me interrumpió alguien.

Era _______. Realmente estaba hermosa hoy. Parecía enfadada y le soltó una bofetada a Bea. Al principio pensé que se estaba pasando pero luego me imaginé a Harry diciendo lo que acababa de decir Bea pero sobre mi y me dieron ganas de pegarle yo también.

-Repite eso.-Dijo furiosa.

-Es verdad. ¿Te acuerdas de cuando salia con Erik hace dos años? Pues cortó conmigo por tu culpa y aun sigue babeando por ti.

-No lo sabía.-Bajó la mirada tímidamente.

-Ya claro, tú nunca sabes nada, ¿Verdad? Tú eres la típica chica que vas de buena pero no eres ni la mitad de importante de lo que te crees, que vas llorando por ahí para llamar la atención de todos y que vayan corriendo.

-¿Sabes para qué he venido hasta aquí? Para decirte que me gusta el mismo chico que a ti, pero al verte tan ilusionada, haría lo que fuera por acercarte a él.-Dijo. A mi me pareció tierno aun que se refiriera a otro pero se ve que no mejoró al decir eso.

-¿Por qué? Porqué crees que eres más linda y que tienes más posibilidades que yo y por eso necesito tu ayuda, ¿No? Pues perdona que te diga pero eso es de ser una guarra.

-Y tú una hija de... tu madre.

-POR LO MENOS LA MÍA NO DEJA QUE SE LLEVEN A SU HIJO.

¿Qué? A partir de ese momento me perdí. Hasta ahí nadie nos prestaba atención pero después de lo que gritó Bea se hizo el silencio y nos observaban, incluso la música había dejado de sonar. _______ abrió la boca para contestar pero en vez de eso cayó una lágrima y se fue corriendo a la parte trasera de la casa.

-No deberías haber dicho eso.-Miré a Bea serio.

En verdad no entendía nada pero sabía que habría sido mejor callarse. Fui corriendo por el mismo camino por el que fue _______.

Ella estaba ahí sentada, en el suelo de césped, casi a oscuras, solo iluminada por una farola lejana, lloraba. Me senté a su lado e intentó disimular sus lágrimas. 

-No tienes porque estar aquí, puedes irte.

-Prefiero quedarme contigo.-Se le dibujó una sonrisa.

-Debería seguir en casa, sin haber venido a esta estúpida fiesta. No te habría molestado y tú estarías divirtiéndote con Bea fuera.

-Si te sirve de algo, estaba apuntito de decirle que no la creía, que no la soportaba más y que no me molestara.-Rió y me di cuenta de que amaba su risa.-Toma. Es el último pañuelo que me queda. 

-Gracias.-Lo cogió.

-¿Qué ha pasado ahí? Me refiero a lo de...-Dudó.-Sólo si tu quieres.

-Esta bien. Cuándo yo apenas tenía 3 años nos mudamos aquí porque mi padre había conseguido un trabajo. Él se quedaba en la oficina hasta tarde y mi madre se quedaba en la habitación de casa llorando aun que yo en ese momento no entendiera porqué. La casa estaba vacía y con el único que podía estar era con mi hermano mayor de 6 años, él fue el que hizo de madre y padre a la vez ya que ellos estaba siempre ausentes. Las cenas eran lo peor, comíamos tarde para poder cenar con mi padre que traía mala cara del trabajo y mi madre tenia los ojos llorosos con ojeras y la nariz roja de llorar. Después de las cenas "familiares" yo y mi hermano nos subíamos a nuestros cuartos para no oír como discutían pero un día la discusión fue antes y la vimos, vimos como mi padre pegaba a mi madre sin parar. Mi hermano empezó a gritar que la soltara y como no le hizo caso se metió en medio, tampoco dio resultado ya que mi padre empezó a pegarle a él también. "-Ya que tú no has sabido educarle, le educaré yo por mi cuenta" fue lo último que dijo antes de que se fuera cogiendo a mi hermano y llevándoselo. A partir de ese día yo me quedaba hasta muy tarde mirando por la ventana de mi habitación para ver si regresaban pero nunca los volví a ver. Yo quería demasiado a mi hermano y ahora ni siquiera sé donde esta. Todos los días me culpo de lo que ocurrió porque no hice nada, me quedé ahí, mirando, sin hacer ni decir nada.

Ella empezó a llorar otra vez, le sequé las lágrimas.

-Princesa.-Le cogí suavemente la barbilla para que me mirara a los ojos.-Voy a coger algo de beber y seguimos hablando.-Asintió.

Iba a coger cerveza pero la verdad es que no quería ver a _______ borracha ni nada parecido y mucho menos pretendía que ella me viera en ese estado. Cuando volví había un chico con ella. 

-Vamos.-Le decía.-No seas estrecha.

-Que no, déjame.

-Hey, déjala en paz.

-¿O si no qué?

-Vamos, no quiero pelea.

-Pues no lo parece.-Se levantó, se acercó a mi, rió pero luego puso cara de enfadado y me dio un puñetazo.

-¿Estas bien?.-Me preguntó dulcemente.

-Claro.

-Te está sangrando el labio.

-No es nada.

-Anda, déjame ver.

Hizo una mueca y sacó una tela de su pantalón. Presionó la herida para que dejara de sangrar. Paré a pensar un segundo y me di cuenta de que las fiestas no son como yo las recordaba, por lo menos aquí no. La miré, estaba concentrada en el golpe, aun tenía la nariz un poco roja y los ojos brillantes de llorar. Paró de presionar y nuestras miradas se cruzaron, ella se puso un poco de puntillas y nos besamos pero yo me aparté.

-Lo siento, perdón, yo no...-Dijo avergonzada.

-Hey, que no es eso.-Sonreí.-Es que me duele el labio. Pero... aquí no.-Señalé mi frente y me dio un tierno besito.-Ni aquí.-Rió y le mostré mi mejilla e hizo lo mismo.-Tampoco... aquí.-Señale mis labios y sonreí juguetón

Amor o Amistad (Niall Horan y Tú) |Cancelada temporalmente|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora