Amor o Amistad (Niall Horan y Tú) |Cancelada temporalmente|

*Capitulo 35*

Narra Niall:

Vi a _______ y se me acercó. La cogí de la mano y me dio un besito en la mejilla, me susurró algo demasiado bajito al oído. Tiró de mí y le seguí.

-¿Niall? ¡NIALL!.-Me gritó alguien.

-Mierda...-Dije en un suspiro.

-Cuanto tiempo irlandés.

Ni siquiera miró a _______, solo tenía ojos para mí lo cual me incomodaba.

-Angie.

-¿Quién es ella?.-Me preguntó Angie, luego bajó la mirada a mis manos y las vio entrelazadas con las suyas.-¿Estáis saliendo?

Me quedé pensativo. Ella me miraba con sus penetrantes ojos esperando mi respuesta.

-No.

_______ me soltó, bufó enfadada y se fue. Me giré, puse mis manos sobre mi pelo y lo despeiné en modo de desesperación. Ella estaba enfadada, eso era malo. Pero el motivo era que no eramos novios, eso era bueno, ¿Verdad?

-No somos novios, aun que eso no significa nada, yo la quiero.

-Niall... lo hace falta que finjas, sé que me sigues deseando.

Le miré con los ojos entreabiertos. Ella no entendía, nunca lo hizo. Corrí buscándola.

-¿Qué buscas tan apurado?

-Paula, has visto a _______.

-Sí, no...--No siguió la frase porque le corté.

-Por favor, tienes que decirme dónde está.

-Niall, esto no funciona así.

-¿Y cómo funciona? Yo solo quiero hablar con ella.

-Lo siento.-Me giré malhumorado.

Me senté en una de las mesas. ¿Qué habría pasado si le hubiese respondido que sí? Supongo que también se hubiera enojado. Después de un buen rato la encontré, estaba con Melissa riendo y sonreí al verlo. Angie se acercó, apoyó sus manos en mis mejillas y me besó, así, sin más. Cuando conseguí que se apartara ya habíamos captado la atención de todos los presentes. 'Pegar a chicas queda feo' me repetí varias veces para no hacerlo. Miré a _______ pidiéndole perdón pero ella solo se giró y camino rápido.

-¡Espera!.-Corrí y ella aceleró, la alcancé, la cogí por la muñeca.

-¡Déjame!.-Se soltó bruscamente

-No es lo que tú piensas.

-No, claro que no.-Dijo sarcástica.-Seguro que es lo de siempre, aunque tú le habías dicho que no eras mi novio no querías besarle, fue ella la que te besó. ¿He acertado?

-Sí.-Dije rendido.-A pesar de que no lo creas.

-Genial. ¿Según tú debería confiar en ti?

Me aproxime a ella, pude notar que estaba nerviosa. Vacilante me acerqué a sus labios. Primero solo los rocé pero poco a poco el beso se fue intensificando.

-¿Y ahora?.-Dije inseguro de su reacción, intentando recuperar la respiración.

-Pienso que eres un imbécil.-Rió.

-Pero...¿Un imbécil al que quieres y en el que confías?

-Sí rubio.

-Rubio... gusta como suena.

-Recuerda, eres mi rubio, de nadie más.

-Está bien.-Reí.

Me gustaban las chicas celosas. Celosas pero no posesivas.

-Mierda, ¿Qué hora es?

-Las doce. ¿Qué pasa linda?

-Mi madre no sabe que estoy aquí, será mejor que me vaya a casa.

-No puedes irte sola, te acompaño.

-Esta bien.

Cogimos mi auto y la llevé a su casa.

-Entra. No hay problema.

-Gracias.

-¡Mamááá!.-Gritó.-¿Hay alguien?

Dejó sus cosas en la mesa del comedor y fue a la cocina, salió con una nota en la mano y un poco decepcionada.

-¿Ocurre algo?

-Mi madre... ha dejado una nota diciendo que no volverá hasta mañana por la tarde. Desde hace unos días está en su nube, creo que ha conocido a alguien que no le conviene y por eso no me lo presenta.

-O puede que haya ido a casa de una amiga.-Intenté animarla.

-No Niall, le conozco.

Se sentó en el sofá y me indicó que la acompañara. Apoyó la cabeza en mi hombro y encendió la televisión. Después de un rato dijo:

-Ven.

La seguí hasta su habitación.

-Espera aquí.

-Vale.-Dije obediente.

Se metió en el baño y salió con el pijama puesto. Estaba medio dormida.

-¿Te puedes quedar aquí esta noche? No quiero dormir sola.-Propuso triste.

-¿Estas segura?

-Podía confiar en ti. ¿Sí?

-Claro.

-Voy a dejarte ropa.-Se marchó a otra habitación y me trajo un pijama de chico.-Era de mi hermano, espero que te sirva, el baño está ahí.

Fui donde me señaló y me cambié. Dejé la ropa en una silla que había. Ella ya estaba dentro de la cama, tapada y con los ojos cerrados. No podía creer lo que estaba apunto de hacer. Me metí con ella, intenté ponerme en el otro extremo para que no se sintiera incómoda pero enseguida se acercó y me abrazó. Me costó dormirme, al final lo conseguí.

Me levanté sobresaltado, sin saber donde estaba hasta que la vi, dormida y linda. Lo recordé todo. Recordé nuestro primer beso y sonreí. Me encantaría levantarme así todas las mañanas. Intenté salir sin despertarla y bajé a la primera planta puesto que su habitación estaba en la segunda.