Capítulo Dos

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Saqué mi mano del bolsillo para introducir laclave. Cuando logré abrir la puerta que bloqueaba el paso a mi oscuro mundo, sentí sobre mis hombros todo el peso del día. Una parte de mí se alegró de que no hubiera nadie, claro, había salido corriendo de la sala, pero la otra parte me reprochó el egoísmo que estaba demostrando, ellos no tenían por qué cargar conmigo.

La verdad era que ni yo mismo podía. Había intentado apartar todo lo que me rondaba en algún lugar de mi mente, intenté concentrarme en el trabajo, quería empezar a mentalizarme de que debía continuar sin importar qué, pero había algo que me lo impedía.

Entré arrastrando los pies tras cerrar la puerta. Observé todo a mí alrededor como si hubiesen pasado años desde la última vez y es que así lo sentía yo. Me adentré aún más en la conocida estancia y fijé rumbo hacia mi cama. Eso pretendí, pero no fui consciente de a dónde me dirigía hasta que sentí su esencia entrar en mi cuerpo.

Una ligera sonrisa cansada se asomó en mi boca y, echando la cabeza hacia atrás, dejé que el río siguiera su curso. Agarré el borde de mi larga camiseta blanca apretando mis puños. Me ardían los ojos, el pecho se me oprimía y ese vacío volvía a crecer en mí.

Me arrodillé lentamente a un lado de la cama y sentí la necesidad de creer que seguía teniendo dueño. Acaricié la superficie lisa con mis manos temblorosas y recosté mi cabeza en ella, recordándolo, incluso sintiéndolo. Todavía estaba ahí, no se había ido. Podía verlo. Me estaba mirando con una sonrisa tímida llena de cariño y confianza.

Oí como me llamaba, su profunda voz me llamaba. No podía dormir, yo sabía que él no podía dormir y por eso me llamaba. Era el único que sabía que él no dormía bien por las noches:

- Jiminie –me sujetó la mano con delicadeza-. No te vayas, por favor.

Le había prometido que velaría sus noches si con eso él podía descansar. Sus ojos brillaban haciéndome creer que iba a llorar:

- Gracias por quedarte conmigo –me susurró en la oscuridad.

Le había sonreído a pesar de que no podía verme y estiré el brazo acercando su cuerpo al mío. Él se acurrucó más en mi pecho y cerró sus ojos sintiéndose, por fin, en paz.

Percibía su calor, todavía lo sentía entre mis brazos. Su respiración se iba haciendo más pausada mientras caía en un profundo sueño y yo, preso de su desasosiego, era arrastrado con él. Me dormía abrigado por su tacto y su embriagante esencia que, por costumbre, se había vuelto parte mí.

Sonreí estúpidamente ante mi locura y me limpié las lágrimas que seguían cayendo. No tenía fuerzas para levantarme y mi corazón tampoco quería separarse de aquel recuerdo tan acogedor. Sin embargo, mi móvil comenzó a sonar repetidas veces. Lo saqué de mi otro bolsillo y tuve que esperar a que se me aclarara la vista para poder distinguir algo. Tenía varias llamadas perdidas de los chicos y mensajes sin contestar.


'' ¿Seis miembros?''

''Aquí acaba el éxito para ellos''

'' ¡¿Cómo pasó esto?! ¡¿Por qué?!

''No me lo esperaba, ellos parecían tan felices juntos...''

''Sabíamos que ese iba a traer problemas desde que lo metieron''

'' ¡Exijo una explicación!''

''Esto no puede estar pasando...''

'' ¿Es verdad que se va a disolver el grupo?''

Última llamada [VMin] {10/10}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora