Capítulo Nueve

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Levanté mi rostro como acostumbraba a hacer, cada cinco minutos, y lo volví a revisar. Llevaba horas en aquella silla y ya me dolía todo el cuerpo. No obstante, el sufrimiento de verlo así no tenía comparación. Sentía como si me hubiesen atravesado el pecho con una mano y me estuvieran estrujando el corazón. La agonía me estaba consumiendo.

Observé de nuevo su rostro, el cual había perdido color. Su respiración era lenta, casi inexistente, y eso me daba miedo. Me asustaba el pensar que su pecho no volvería a subir rítmicamente, que en cualquier momento me iba a dejar aquí, solo. Él no estaba bien y no podía parar de negarlo. Yo solo quería creer que todo se iba a solucionar de alguna manera, pero, por otro lado, me gritaba lo estúpido que era.

Me removí incómodo por la postura en la que estaba sentado y cogí aire profundamente con el objetivo de deshacer el nudo que se había instalado en mi garganta hacía ya un tiempo.

De repente, oí un quejido proveniente de la cama y no tardé en visualizarlo. Se estaba despertando y mi corazón no podía latir más fuerte. Cogí una de sus manos haciéndole saber que estaba a su lado y él apretó el agarre como respuesta. Poco a poco, muy a cámara lenta, sus párpados me dejaron ver las oscuras pupilas que parecían perdidas:

- Jimin... -sus labios se movieron con dificultad al pronunciar mi nombre.

Me arrodillé a su altura para estar más cerca y le acaricié con cariño la fría mejilla:

- Estoy aquí –una pequeña sonrisa se vislumbró en sus labios-. ¿Cómo te sientes?

- Bien... -mentía, me acababa de mentir. No quería preocuparme. Sin embargo, lo que él no sabía era que mi preocupación ya era crónica.

- ¿Te duele algo? –negó.

- Lo siento –me miró afligido.

- No te preocupes.

- ¿Has estado llorando? –yo también sentía mis ojos irritados.

- Eso es una pregunta tonta –intenté sonreír-. Tuve mucho miedo, Taehyung. Realmente me asustaste cuando perdiste el conocimiento, y a tu madre también. Estaba al borde del pánico.

- Perdóname, es mi c...

- No digas eso –le interrumpí molesto-. No es tu culpa, ni la de nadie.

Taehyung suspiró resignado y me acarició el dorso de la mano con su pulgar:

- Gracias por estar a mi lado, Jiminie –me sonrió.

- No me las des –le devolví el gesto-. Te amo y jamás me arrepentiré de ello.

- Yo también te amo y no sabes cuánto.

- Sí, lo sé, porque lo haces de la misma manera que yo –me acerqué a sus labios y los besé con suavidad. A pesar de haber estado fríos, sentía como iban recuperando su calor característico, ese que me encantaba.

Su mano se posó en mi nuca, atrayéndome más hacia él. Nuestras lenguas se exploraban ansiosas y recorrían la cavidad del contrario. Noté como los dientes de Taehyung atrapaban mi labio inferior y no pude evitar esbozar una sonrisa en medio del beso. Cuando me soltó, volví con fuerza a atrapar su boca con la mía y saborearla como si quisiera grabarla a fuego. Tal vez, eso era lo que quería, retratar la forma de sus labios, la suavidad y su sabor.

Nos separamos con un poco de recelo, aunque nuestros ojos siguieron conectados:

- Eres hermoso, Jiminie –declaró pasando su índice por mis labios húmedos. Yo no pude evitar sonrojarme. Atrapé su mano antes de que se alejara y la puse en mi mejilla. Me relajaba sentir su calidez.

Última llamada [VMin] {10/10}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora