Enamorada De Mi Profesor // COMPLETA

CAPITULO 22

-Si, si ya estoy de camino. Es que hay mucho trafico

-Ten cuidado, eso sobretodo, quiero a mi profesor de una pieza –riendo-

-No te preocupes, ahora nos vemos

-Hasta ahora –sonriendo-

Cuelga. Isabelle estira las sabanas y encima pone una manta de pelo azul, muy calentita. Coloca bien las dos almohadas y se muerde el labio.

El timbre suena, rápidamente baja, casi cayendo y ríe. Una vez abajo abre y lo abraza.

-Hola cielo

-Hola, hola –sonriendo-

-Te noto muy contenta

-Lo estoy, mañana es el último día que tendré que estar con Jack y mi familia será libre...

-¡Es cierto! ¡Tengo unas ganas! –abrazándola-

Lo coge de la mano y suben. Viste con una camiseta cuadros negra y blanca, jeans azules y bambas blancas. Lleva gafas.

-Llevas gafas, ¡qué raro!

-Es que hoy me apetecía verme más filosófico –riendo-

-Estas guapísimo, perdón...esta guapísimo profesor

-Y usted... alumna –pillín-

Se besan y él la coge en brazos. Por las escaleras casi se caen, ríen escandalosos y llegan arriba.

-Esto me recuerda a las películas, cuando se acaban de casar y llega la luna de miel

-Es verdad –ríe-

Lentamente entra en la habitación y la estira en la cama. Ella, des de ahí lo mira y hace circulitos en la cama. Él capta la indirecta y se desabrocha uno de los botones de la camisa, despacio se pone a su lado acercándose.

-Hola profesor... he de confesarle algo...

-Has sido una alumna mala...

-Aja... no he hecho los deberes

-Pues creo que tendré que castigarla...

-Castígueme... -susurrando-

Despacio le desabrocha la camisa y la mira. Isabelle traga saliva mordiéndose el labio y baja la persiana un poco, tan solo se ven sus sombras.

-Cielo, te da vergüenza cierto?

-Eso es...

-Lo entiendo, si rompo algo, lo siento –riendo-

Ríen. Isabelle se quita la parte de arriba del pijama y lo tira al aire. Tiene los pechos suficientes, ni mucho ni poco. Se deja el sujetador, le da vergüenza aun dar ese paso...

Despacio pasa sus manos por su pecho mientras lo besa, ama besarlo. Despacio él toca sus extremidades y sus besos se desvían hacia su delicado cuello. Da pequeños besos y alguna que otra mordida. Sin que ella se lo espere le susurra...

-Te amo...

Se queda sin palabras. No sabe que responder a eso, son palabras mayores que ''te quiero'' y ''cielo''.

El timbre suena, el corazón de Isabelle da un vuelco de repente y se aparta.

-Cielo, escóndete dentro del armario, ojalá no lo sea, pero si lo es...

-Vale –la besa rápidamente-

Brant coge la camisa torpemente y se mete dentro del armario. Isabelle coge un albornoz algo transparente y baja abajo. Abre la puerta y traga saliva. Jack también.

-¡Vaya pivon de novia que tengo madre mía! ¿Me esperabas? –seductor-

-Acabo de salir de la ducha

-¿Con el pelo seco?

-No me gusta lavármelo todos los días

Jack la coge en brazos, por segunda vez sube las escaleras y entran en la habitación. La tira en la cama y él se pone encima.

-Déjame ver que tienes debajo de ese sexy albornoz...

-E...estoy un poco resfriada y...y...

-Yo hare que entres en calor...

Jack se quita la pesada chaqueta de chándal y la tira, a continuación, repite la acción con la camiseta blanca de tirantes, deja al descubierto un pecho propio de un jugador de rugby profesional. Cualquier chica se derretiría al ver semejantes abdominales. Isabelle no, no ve nada.

Jack le besa el cuello y despacio va bajando. Isabelle cierra los ojos y reza para que todo acabe pronto...

Diez minutos más tarde...

Acaba. Isabelle cansada, dolida y muy triste se gira en ropa interior. Jack se viste y le da un beso.

-Nos vemos mañana en el ayuntamiento para la firma, te quiero –feliz y lleno de energía-

-Adiós –disimulando-

Observa como abre la puerta y sale, Isabelle despacio comprueba que se va de verdad y cuando siente el portazo, aprieta los labios muy fuerte y llora dejándose caer por el armario. Brant sale casi rompiendo la puerta y se agacha abrazándola.

-Lo s...siento... yo, yo...- sin poder hablar-

-Shtt no te preocupes, vente

Como puede la coge en brazos y la estira muy suave en la cama. De un mini salto se estira a su lado y con la manta de pelo la tapa hasta el cuello abrazándola por dentro.

-No me pidas perdón, lo hemos pasado mal los dos cielo, ha sido como una especie de lección

-¿Lección? –sollozando-

-No lo sé bien, en cierta parte estamos engañando y eso es malo

-Estamos engañando, pero por nuestro bien...

-Cierto... mañana todo habrá acabado

-¿De verdad? ¿Tú crees que el destino por fin me hará feliz?

-Te lo prometo, sino, subiré al cielo y hablare con dios si hace falta –acariciándole la mejilla-

Sonríe y le da la mano muy fuerte mientras la abraza. Isabelle traga saliva y muy despacio se duerme.