Corazón a corazón. (D.O Kyungsoo.) TERMINADA.

Aquella tarde.

__________ arregló rápidamente su cabello que aún seguía húmedo por la ducha reciente que se había dado. Junmyeon le dio todo su apoyo para que regresara a Corea antes de lo presupuestado para poder estar con Kyungsoo. Más agradecida no podía estar.

Kim le había dicho que el la cubriría. Mili agradeció con toda su alma cuando el se ofreció a pagarle el pasaje en avión. El sabía que un viaje de un día para otro salía carísimo y Mili aún no recibía su sueldo oficialmente, debía esperar a como de lugar.

Arregló su maleta lo más rápido que alguna vez lo pudo haber hecho. No había podido dormir bien anoche. Su mente viajaba y viajaba, lejos de su cuerpo, por completo, pero había alguien que siempre estaba ahí. Do Kyung Soo.

Para su buena o mala suerte.

Había pensado bien las cosas y ser mamá no estaría nada mal. Siempre se imaginó qué se sentiría llegar a serlo o si el o ella se parecería a Do. Tan sólo pensar en eso, su corazón se apretaba.

¿25 años es una gran edad, no?

Sabía perfectamente que un hijo no solucionaría los problemas, que mejoraría nada, es más, habían grandes posibilidades de que lo lastimara profundamente, si las cosas salían mal, pero ese era el mayor error de ________ Mills. Pensar, pensar y sobre pensar aún más. A veces admiraba a Kyungsoo por actuar bajo sus instintos y deseos. Ella simplemente no era tan así. Siempre que seguía sus emociones, salía lastimada.

Era momento de cambiar todo.

Este era el momento y ella estaba completamente lista.

Tomó rápidamente el primer taxi que encontró y se abordó en él. No podía dejar de sentir como su corazón latía y latía, definitivamente este sería un largo y emocionante viaje.

"Al aeropuerto, por favor."

"Con gusto."

La nieve caía y caía sin parar. En su mente pensaba lo lindo que sería estar con él en ese momento. El siempre amó la nieve y ella lo sabía perfectamente.

Había vuelto a ver todo desde otra perspectiva, lo cual nunca hacía, y se sentía feliz y agradecida por todo lo que había aprendido a través de los años. Nadie podía quitarle eso.

"Pasajeros con destino a Seúl, Corea. Escala París, Francia. Por favor acercarse a módulo F108. Repito, pasajeros con destino..."

Mili acomodó su cartera firmemente y sacó todos su documentos. Pasaje, pasaporte, ID, más documentos. Tenía todo lo necesario para poder viajar.

"Que tenga un buen viaje, Señora Do."

"Muchas gracias, igualmente." Se despidió una cálida sonrisa, aunque por un momento estuvo a punto de hacer una reverencia. La costumbre, pensaba ella divertida.

Acomodó su asiento y cubrió sus piernas con una manta de polar que ofrecía el vuelo como servicio, arregló el almohadón y bebió un poco de jugo de naranja que le había ofrecido poco después de que el avión despejara totalmente.

Sería un viaje largo.

El viaje había sido mucho más agotador de lo que ella pensaba y el cambio de horario lo podía sentir claramente.

Dormir era la única opción que quedaba.

Horas pasando más rápido de lo que ella podía imaginar.

"Señores pasajeros, les habla capitán y piloto de este avión. Siendo las 4 con 25 minutos de la tarde, hora local, Seúl, Corea. Hemos aterrizado con éxito. Esperando que hayan tenido una experiencia grata, nos despedimos como tripulación y disfruten su estadía. Muchas gracias."

Mili recibió su maleta con anticipación, agradeció a todos los encargados, bajo una honrada reverencia en modo de agradecimiento y respeto.

Lamió sus labios y un suspiró recorrió su boca. Hogar dulce hogar. ¿Quién lo diría?

Se acercó rápidamente a los taxis que se encontraban a la entrada del aeropuerto, especiales para turistas. Mili sabía que eran carísimos y lo entendía. Trabajo es trabajo. Hoy no le importaba.

Pagaría lo que fuera.

"Encantado la llevo, señorita." _________ rió para sus adentros. Si supiera. Pero un halago nunca mató a nadie. Ella siempre decía lo mismo, incluso para molestar a Soo.

Extrañaba estar allí.

"¿Viene de vacaciones?" Preguntaba amablemente el chofer mientras miraba con cuidado el espejo retrovisor.

"No, vivo aquí." Respondió Mili sin prestar mucha atención. "Vivo aquí." Repitió segura.

"Ya veo... No, no tienes cara..."

"Oh no." Rió ________ rápidamente. "No soy coreana, pero vivo aquí."

"Corea no deja ir a los extranjeros, mi vida."

Cuánta razón tenía.

Miró por la ventana un tanto nublada por el frío, limpió con su mano un poco para poder ver con claridad. Una sonrisa apareció en su rostro cuando vio una pareja de jóvenes y dos pequeños bebés, enseñándoles a caminar.

No entendía por qué, pero se sentía bien.

"Que tenga una gran tarde, señorita. Feliz semana."

"A usted." Respondió con un par de reverencias.

Tomó su maleta y acomodó su cabello. Se sentía tonta, pero pensaba, qué le diría él, al ver que había llegado antes. De seguro se emocionaría.

Dio unos par de pasos firmes, a medida que cruzaba en el paso de cebra.

Su corazón se alarmó cuando vio a un moreno, que amaba con todo su corazón, al borde de una pared, descansando. Y Dios, no podía dejar de pensar en lo afortunada que era por tenerlo.

"Kyun..."

No pudo terminar sus palabras cuando una mujer más baja que él, salía por el borde. Estaba al frente de él mientras le hablaba felizmente.

Sojin.

Se acercó dudosa, sabía que iba a pasar, sabía que había pasado. Lo sabía, mierda.

Sus piernas temblaban sin control. Sin poder evitarlo.

Lo miró, necesitaba ver su expresión, pero estaba completamente nula. Tenía su mirada gacha hacia el piso. Ella parecía hablarle y hablarle sin parar mientras jugaba descaradamente con el cuello de su camisa.

Mili sabía que no era su día cuando la chica capturó los labios de su esposo rápidamente.

Intentó gritar, querer llamar su atención, pero no podía. No le salía el habla, ni siquiera un pensamiento.

KyungSoo la empujó rápidamente de él y no podía distinguir qué era lo que sus labios decían.

Pero ya era demasiado tarde.

Fue ahí cuando ________ Mills se había dado cuenta que todo terminaba allí, ese preciso instante. Sintió la mirada de él atónita encima de ella. Gruesas lágrimas caían por sus mejillas sin que lo pudiera evitar. Quería articular algo, algo para defenderse, necesitaba hacerlo, pero no podía. No podía controlar las lágrimas que bañaban por completo su rostro. Su pecho dolía. Todo dolía.

"Mili." Decía KyungSoo mientras se acercaba corriendo hacia ella completamente desesperado. "¡________!" La había divisado por completo.

Brindo por una vida no juntos, Do Kyung Soo.